Por Andrea Vela. @ AndreaVla11
Realiza sus prácticas empresariales en UNO TV.
Foto: Stephen Mallon |
Foto: Stephen Mallon |
¿Qué pensarías si el metal es arrojado al océano? Más
de 2,500 vagones del metro de Nueva York, han sido lanzados al mar con el fin
de crear un arrecife submarino para crustáceos y peces en el Atlántico.
Durante tres años, el
fotógrafo de 42 años, Stephen Mallon de la empresa Front Room Gallery, captó
imágenes de todos los trenes que serían tirados a las aguas profundas; sus
fotografías se pueden apreciar en la Universidad de Nueva York, ciudad donde se
lleva a cabo este proyecto.
Los vagones son colocados en
una barcaza, la cual, se encarga de transportarlos a Delaware, Virginia y
Carolina del Sur, puntos donde son arrojados una vez al mes; esto con el
propósito de formar largas filas de “casas” para la vida marítima.
Algunos trenes han sido
arrojados a Georgia, sin embargo, las ubicaciones no siempre son reveladas al
público, ya que muchas de ellas son utilizadas para estudios ecológicos.
La Autoridad Metropolitana
del Transporte de Nueva York, ha monitoreado todos los vagones que ahora se
encuentran en el mar; gracias a las estructuras, ahora hay 400 veces más
comida, por pie cuadrado, para los peces. Los invertebrados, como los
mejillones azules, que no pueden vivir en el fondo de arena natural, ahora se
encuentran estables viviendo en los metales.
Peces como el róbalo negro,
que no pueden nadar rápido, permanecen cerca de las estructuras pesadas por el
alimento que encuentran en ella y porque, ahora, tienen un refugio en el que se
pueden esconder de los depredadores.
Muy interesante, pero ¿Acaso el metal no es corrosivo y puede llegar a envenenar a esos ecosistemas? ¿Qué tanto dura el metal en las aguas salinas del mar? ¿Es un hábitat temporal o permanente? Muchas veces creemos que hacemos un bien, pero en realidad podemos estar haciendo un daño ¡Vaya pretexto para deshacerte de tu basura!
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