Alumna de Prácticum I
Éstas quizá sean las palabras de una mujer, explicándole a quien
esté dispuesto a quererla.
Soy fuerte, pero tengo debilidades.
Soy arrebatada e impulsiva, pero coherente.
Soy desordenada, pero sé lo que quiero.
Soy feliz, pero me encanta llorar.
Soy amable, pero tengo mi carácter.
Soy tierna, pero también digo groserías para descargar mi furia
con quienes no lo son conmigo.
Tengo familia, y siempre será mía.
Soy humilde, pero sé quien soy.
Tengo un gran corazón, pero tengo cicatrices que me han hecho
recordar que debo cuidarme.
Soy blanco, pero puedo ser muy negro.
Soy positiva, pero con los pies en la tierra.
Puedo ser tan cursi y tan odiosa a la vez.
Soy frágil, pero puedo sola.
Soy independiente, pero también tengo miedos.
Soy vanidosa, pero me dedico más a alimentar mi alma.
Soy trabajadora, pero también me tengo permitido trabajar y
regalarme el día.
Soy crítica, pero objetiva. Me gusta más resaltar lo bueno.
Soy buena persona, pero me han enseñado que no todo mundo lo es.
Soy tan versátil, que tengo un abanico de matices desde el color
blanco hasta el negro.
No quiero ser tu todo, a veces si.
Quiero que cuando algo te recuerde a mi, me lo digas.
Sé que soy mujer, y por eso
puedo cuidarme sola.
No necesito a un hombre que me cuide, quiero uno que me ayude a
hacerlo.
No necesito un hombre que haga todo por mi, quiero a uno me vea
intentarlo y se acerque a auxiliarme.
No necesito a un hombre que sólo se dedique a verme, quiero a uno
con el que pueda caminar juntos de la mano y veamos los dos hacia la misma
dirección.
No lo necesito. No necesito a un hombre.
Sólo quiero a uno con quien compartir mi vida, mis sueños, mi
corazón.
Me puedes querer mucho, pero yo lo haré más.
No entiendas mis cambios radicales de humor. Las mujeres somos un
cocktail de hormonas a punto de explotar.
Y así resumo, todo lo que soy.
Soy todo esto.
Soy lo mejor que pudieras tener o quizá lo peor que pudiste
imaginar.
No pretendas cambiarme, de verdad no lo voy a hacer.
Porque así soy.
Y si no eres tú, hay alguien más, dispuesto a amarme sin
condiciones. Aceptando cada parte de mi.
Ámame siempre, y más cuando menos lo merezca.
Es una carta de bienvenida o despedida, tu elige el sentido de
ésta.
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