Por: Katy Castro
Alumna de Prácticum I
La vida... La vida empieza enseñándote a caminar, te enseña a dar pasos firmes,
a nunca mirar hacia atrás.
Te demuestra que nunca debes tener la mirada abajo, al contrario, la frente
en alto.... siempre. Y confiar en cada paso que des.
También te enseña que el camino estará lleno de piedras, algunas fáciles de
esquivar pero algunas necesarias, con las que hay que tropezar.
Te obsequia la visión de un camino que puede ser largo, muy largo, hasta
parece que tus pasos nunca tendrán fin. Pero... ¿cuál es ese fin?
¿Cuál es el objetivo de cada paso que das en la aventura de vivir?
El objetivo es el siguiente: hay llegar hasta el final. Y para llegar alto
hay que escalar, pero te tiene que costar ... te cuesta lagrimas, te cuesta
sudor e incluso dolor. La recompensa, es la mayor satisfacción que podrá
obsequiarte ella, la vida.
Te enseña que no todo es fácil y que no todo es bueno, pero que de eso
mismo consta la aventura de la vida, de pequeñas dosis de cosas buenas y malas,
para que tu mismo encuentres el sentido de ella.
Te hace caer. Demostrándote que un día puedes estar arriba y otro día
abajo. Pero que no por eso eres menos o peor que los demás.
Puede ser gris... pero también puede tener felicidad y color. Te enseña con
cada experiencia. Y éstas pueden ser buenas o malas, pero te harán aprender,
madurar, crecer, levantarte y andar.
Ella, te enseña que puedes disfrutar su color cuando TÚ lo decidas.
¿Qué tan rápida te ha parecido? ¿Y el tiempo? Tan subjetivo y volátil. Tan
relativo y perdido.
Un instante se queda en el aire, en tus pasos, en tu mente y en tu corazón.
Ella, te enseña que no siempre será eterna. Que disfrutes cada segundo y cada
día, como si ese instante fuera el último soplo de tu corazón.
La vida te enseña a vivir. La vida es un camino, no un destino.
Así es que ahora deja todo atrás, sigue adelante, disfruta y admira tu
alrededor. Observa y siente cuan maravillosa es la vida y todo lo bello que
tiene preparado para ti...
Anda, da el siguiente paso y encontrarás el color.
Te preguntarás ¿por qué me habla de la vida y me dice cómo debo vivirla?
Yo no te estoy dando un instructivo de como vivir. Solamente te aliento a
ti, lector, a que vivas la mejor experiencia y la única razón por la cual estás
aquí.
Si escribo esto, es para que tu, al igual que yo, tengas un respiro de todo
lo malo que pasa alrededor. Y que terminando de leer, te tomes un segundo y
puedas seguir adelante sonriendo a la vida.
Muy bien, esa sonrisa me gusta.
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