Por
Jesús Valdez Soto
Alumno de Prácticum I
Del 23 al 28 de febrero se disputará, una vez
más, el Torneo Abierto Mexicano de Tenis en Acapulco. El torneo recibe a más
jugadores con cada edición; en menos de 20 años la bolsa se quintuplicó —en
esta ocasión será de un millón y medio de dólares—, con lo que el ATP 500
mexicano se convierte en el segundo torneo más importante del continente, e
incluso se ubica por encima de otros como los de Tokio y Marsella.
Pero además de la relevancia deportiva que el
Torneo cobra, vale la pena destacar que la derrama económica que deja el
certamen para Acapulco, es mayor a la que generan los puentes vacacionales en
el puerto, pues ésta rebasa los 350 millones de pesos, que solamente son
superados por el periodo vacacional de Semana Santa.
Para la presente edición se espera superar
los 55 mil visitantes que, a su vez, ocuparán 30 mil cuartos de hotel, por
lo que se puede resumir que la derrama económica rebasará los 400 millones
de pesos en lo que respecta a hotelería, restaurantes y transporte aéreo y
terrestre.
El evento, que llegó a estar en crisis, ha crecido
de tal forma que el costo de la organización ya no depende de totalmente su
aportación; tanto así que en la edición del 20 aniversario, el 35 por ciento
del costo del torneo salió del boletaje y a los patrocinadores se les remuneró
con alrededor de 5 ó 6 pesos por cada uno de los que ellos pusieron.
Al contar con más de 30 patrocinadores como
HSBC, Corona, Martí, ESPN; entre otros, y los más de 50 mil asistentes que se
espera recibir éste año, el Abierto Mexicano de Tenis se convierte en
uno de los eventos que mayor derrama económica genera para el puerto; con todo
esto, Acapulco está listo para entregarnos una vez más un evento de talla
internacional.
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