Por María Bescós Rodríguez
Practicum 1
Esto va dedicado a todas las mujeres y espero que lo entiendan.
El arte de presionar, es algo con lo que nacemos, presionamos a nuestros padres cuando queremos algo, presionamos a nuestros hermanos más grandes para que nos hagan caso, presionamos a los más chicos para que nos obedezcan. Mientras vamos creciendo esta costumbre se va intensificando y ahora presionamos a cualquier persona que pueda proporcionarnos lo que queremos en ese momento, amigas, profesores, novios e inclusive a nosotras mismas.
En esta nota he decidido enfocarme en, "cuando las mujeres presionan a los hombres", más a fondo, cuando las mujeres presionan a sus novios. Es normal, como ya dije, está en nosotras y no lo podemos evitar, pero si lo podemos controlar, es obvio que siempre vamos a querer que las cosas pasen como lo teníamos planeado, porque esa es otra, el 90% de las mujeres planean toda su vida desde que tienen uso de razón y cuando esto se nos va de las manos, empezamos a presionar.
Los hombres, como todas en el fondo sabemos, no funcionan con indirectas, con miradas y mucho menos con presiones. Cuando se trata de lo último lo único que conseguimos es sofocarlos al punto de alejarlos y con esto me refiero a problemas serios, no a la película que se estrenó en el cine que él no quiere ver pero tu mueres de ganas. No, problemas como ejemplos, cuando apenas están empezando a salir y quieres que vaya a conocer a toda tu familia y el no está listo, o cuando va a salir con sus amigos pero ellos no te caen del todo bien entonces no quieres que vaya, o ya en un extremo, cuando ya te entró la urgencia por casarte. Esta última tiene que ser lo peor que una mujer le puede hacer a su pareja, por más años que lleves con esa persona, este es un tema tan delicado que tiene que ser tratado con el debido respeto y es algo que repele a los hombres como si se tratara de una enfermedad contagiosa.
Tenemos que entender que para ellos es suficiente con la presión que ellos mismos se cargan con este tema, como para que lleguemos nosotras a intensificarlo; es que si lo pensamos bien, ellos lo único que quieren es hacernos felices y si cuando empezamos a lanzar indirectas como, "amor, todas mis amigas se están casando", "gordo ya viste el anillo que le dieron a Marta, ¡está increíble!" y como último, "cuando nos casemos", y ellos no están listos, ya sea por problemas económicos, que no hayan terminado de estudiar o simplemente porque en estos momentos quieren disfrutar la relación de novios, lo único que va a pasar es que se presionen al límite de pensar, "ella se merece a alguien que le pueda dar todo lo que quiere" y acaben terminando su relación. Obviamente este problema no es general y no todas van con sus novios a prácticamente pedirles matrimonio, pero no podemos negar que este es un problema más común que irreal y si escribo este artículo es porque he visto relaciones de años terminar por este inconveniente.
Y no es que me ponga de lado de los hombres y quiera justificar que por esta "tontería" acaben con una relación de cinco o seis años, pero también tenemos que entender que a veces las cosas no pueden ser como nosotras queremos y cuando esto pase, en lugar de complicarnos y complicarles la vida, mejor aprendamos a disfrutar de lo que tenemos y lo demás ya se irá dando sin presiones, además que el mundo ya no gira como hace 30 años y que ahora las mujeres tenemos muchísimas oportunidades que tal vez al estar casadas no podamos lograr de la misma forma que estando con novio, porque la responsabilidad de llevar una casa es algo muy grande y que mejor que aprovechar este tiempo "libre" para realizarnos como personas.
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