Por Michelle
Angell y Andrea Moreno G
Practicum 1
Gerardo Valtierra, conductor
y reportero de Televisa, a 30 años del sismo de 1985 platica al programa "45 y
Contando" de Radio Anáhuac 1670AM, su experiencia bajo las ruinas del edificio Niños Héroes 27, en donde
eran las oficinas de los noticieros.
La entrevista inició con una
gran disposición del entrevistado, así como mucha emoción por parte de los
alumnos. Empezando bien la semana, el pasado lunes a las 8 de la mañana,
Gerardo tomó la llamada dispuesto a contarnos cada uno de los sucesos que
experimentó aquel 19 de septiembre, treinta años atrás.
La tragedia comenzó cuando él
estaba en una de las oficinas, ante el brusco movimiento del edificio, decidió protegerse debajo de un escritorio de la redacción junto con el bolero conocido como "El copetes". Gerardo nos confesó que a la
fecha aún no sabe si lo decía en voz alta o en su mente, pero no dejaba de
repetir: “no me quiero morir”. Gerardo siempre ha sentido que tiene aún mucho
por hacer.
A los 30 o 40 minutos logró
arrastrarse y salir por un espacio reducido. Una vez fuera, decidió salir a
reportear y cubrir el evento de inmediato. Le informaron que sí podía trabajar,
pero que primero debía curarse el dedo que estaba completamente destrozado.
Gerardo no tuvo tiempo de
darse cuenta de sus heridas, su asombro ante la tragedia era inmenso y lo único
que quería era cumplir con su trabajo, lo que habla de su gran profesionalismo
y valentía.
Esta entrevista con Gerardo
Valtierra como alumnos y seres humanos nos enriqueció muchísimo, pues es muy
emotivo e interesante darte cuenta de cómo las personas reaccionamos ante la
tragedia.
A 30 años del sismo y
posterior al comentario de Gerardo aprovechamos este espacio para honrar a cada
una de las personas que sobrevivieron y a las que lamentablemente no lo
hicieron aquel 19 de septiembre de 1985.
Los invitamos a hacer día con
día lo que Gerardo nos enseñó con su testimonio, a vivir al máximo y a entender
que no tenemos la vida comprada, por lo que debemos realizar nuestros sueños y
ser siempre personas de las que nosotros mismos estemos orgullosos.
Gerardo aquel día volvió a
nacer y como él muchos, por lo que exprimamos cada instante que vivimos y
reconfortémonos en ejemplos como el de Gerardo, en el que la tragedia no ha
sido freno, sino acelerador para apreciar lo que tiene y vivir al máximo.
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