Por: Mariely Moctezuma
Practicum 1
El Papa Francisco llevó acabo el domingo por la
tarde en Filadelfia una misa de cierre de su gira por Estados
Unidos, tras reunirse con víctimas de abusos sexuales de sacerdotes católicos.
Nuevamente, volvió a destacar el papel de la familia.
El
papa Francisco dijo a los obispos de Filadelfia que se había reunido con un
grupo de víctimas de abusos sexuales perpetrados en ese país.
"Todos
los responsables deberán rendir cuentas", comentó el Papa en su último día en Estados Unidos.
El
grupo estaba conformado por cinco adultos, tres mujeres y dos hombres, quienes
sufrieron los abusos por parte de miembros del clero, familiares o maestros
cuando eran niños, informó el portavoz del Vaticano. La
reunión se produjo el domingo en la mañana en el seminario de Charles Borromeo
de Pensilvania. En
junio, el Papa aprobó la creación de un tribunal que juzgará casos de obispos
acusados de encubrir a curas que abusaron sexualmente de menores de edad.
El papa
Francisco otorgó una misa en la catedral de San Pedro y San Pablo de
Filadelfia, en donde pidió una participación más activa de los laicos en la
iglesia, ya que considera que el reto es fomentar un sentido de responsabilidad
compartida en la planificación del futuro de parroquias e instituciones.
“La
iglesia en los Estados Unidos ha dedicado siempre un gran esfuerzo a la
catequesis y la educación y el reto ahora es fomentar un sentido de
responsabilidad compartida en la planificación del futuro de nuestras parroquias
e instituciones”, dijo.
El
pontífice precisó que esto no significa “renunciar a la autoridad espiritual que
se nos ha confiado; más bien, significa discernir y emplear sabiamente los
múltiples dones que el espíritu derrama sobre la iglesia”.
La
arquidiócesis de Filadelfia, a la que pertenece la quinta ciudad de Estados
Unidos y que está considerada la capital histórica del país, tiene algo más de
cuatro millones de habitantes y un 35% de católicos.
En su
segundo día en Filadelfia el Papa Francisco visitó el Instituto Correccional “Curran-Fromhold”,
donde compartió el momento doloroso que viven los presos y lamentó la falta de
oportunidades en sistema judicial.
Tras
un encuentro con obispos de diversos países, en San Carlos Borromeo, el papa
abordó un helicóptero con destino a la cárcel ubicada a 27 kilómetros de la
ciudad. Lo recibieron las autoridades de la prisión y fue acompañado hasta un
gimnasio donde ya lo esperaban unos 100 detenidos todos vestidos con camisas
celestes.
El
papa comentó que “Jesús busca a todos porque quiere sanar las heridas, curar
las llagas, y limpiar el polvo sin preguntar por donde anduvo cada quien o que
estuvieron haciendo”.
“Quiero
animarlos a tener esta actitud entre ustedes, que todas las personas de alguna
manera forman parte de este instituto”, exclamó.
El papa inspira a muchos
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