Por Noemí Gurrión
Practicum 1
Practicum 1
Es alarmante la cantidad de feminicidios a lo largo del país y a lo largo
de los años: Hace diez años el tema de las muertas de Juárez se veía
en todos los medios de comunicación, hoy, nada se sabe de ellas.
En nuestro país la cifra incrementa. Según datos del INEGI, el 47% por ciento de las mujeres mayores de 15 años ha
sido víctima de violencia de género. ¿Cuál es la razón? Sencillo, no se le da
la misma importancia a las mujeres, no tienen el mismo derecho en el país, es
tan fácil matar a una mujer por despecho, odio, estorbo, inconformidad y después
alejarse de la situación; las denuncias no tienen respuesta y el empoderamiento
del hombre en sociedad parece ser un problema que nunca va a terminar.
Se escuchaba años anteriores sobre
secuestros, videos snuff, en donde torturaban y violaban a mujeres para después
crear una aterradora película y venderlas a empresarios y políticos.
Actualmente, secuestran a menores
sin respuesta alguna del agresor para después encontrarlas tiradas y ultrajadas
en algún río lejano a la ciudad. Solo porque sí, por gusto, diversión y
entretenimiento, por demostrar el poder que tienen sobre la mujer.
¿En dónde quedan todos estos
casos terroríficos que se escuchan en las noticias? A la semana no se sabe qué
pasó con los familiares de las víctimas, ¿Se les hizo justicia o no? Eso jamás
lo sabremos, porque vivimos en un país en donde si el Presidente de la República
se pone los calcetines al revés acapara los medios de comunicación y las redes
sociales por semanas, incluso meses. Pero no se conoce nada sobre los casos tan
aberrantes en contra de miles de mujeres que sin deberla ni temerla terminan muertas, desmembradas y arrojadas en bolsas de basura.
El pasado 19 de octubre se celebró el miércoles
negro, miles de personas apoyaron con imágenes y publicaciones en redes
sociales. Sí, hay una concientización de todo lo que está ocurriendo alrededor de
nuestro país, pero una publicación no cambia la realidad en la que vivimos.
Es inaceptable no tener la
confianza de salir a caminar a la calle por el miedo a lo que pueda pasar, por
la incertidumbre el saber si podrás regresar a casa esa noche o no.
Y esto me hace recordar las líneas
de un poema de Chus Martín : Cuando la violencia masca, afila los dientes de
todos. Acciones y cambio es lo que necesitamos.
No podemos seguir viviendo en un
país en el que la impunidad y la violencia sean el pan de cada día, porque por
más que el gobierno quiera esconder que
está sucediendo, es un tema que ya se salió de control. Alguna vez escuché la
pregunta de ¿Por qué matan a las mujeres?, La respuesta fue tan sencilla como,
porque se puede.
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