Por: Ximena Cervantes
Alumna Practicum I
El miércoles 29 de septiembre en Kansas City se jugaba el séptimo
y último juego de la Serie Mundial 2014. La Serie llegaba empatada 3-3, tras
seis partidos jugados. Sin duda, era una noche que iba a ser historia, sin importar
cuantas entradas se tuvieran que llegar a jugar, esa noche, tenía que haber un
ganador.
Como en toda la Serie, las primeras entradas eran de gran importancia para comenzar a sumar números en la pizarra. La segunda entrada fue
emocionante, comenzaban a batear los visitantes y lograban anotar dos tantos
para abrir el marcador de la noche. Los locales, no se dejaron intimidar y
también empujaron dos carreras para empatar el encuentro.
El estadio Ewing M. Kauffman estaba tapizado de seguidores
vestidos de azul que estaban ahí para apoyar a los Reales y así lograr hacer historia. El equipo de
Kansas City, no se corona campeón desde 1985. Sin duda, hubiera sido un enorme
triunfo para los locales.
La cuarta entrada fue la decisiva donde los Gigantes de San
Francisco anotaron la tercera y ultima carrera de la noche. En el comienzo de
la quinta, el pitcher de los visitantes Madison Bumgarner, hizo magia al
lanzar, una vez más, un juego espectacular.
Tras nueve entradas, los Gigantes de San Francisco se coronaron
campeones de la Serie Mundial 2014 ganando el séptimo y decisivo partido 3-2.
El jugador más valioso de la competencia también se lo llevaron los Gigantes,
el premio fue para el extraordinario lanzador Madison Bumgarner.
Sin duda, fue una Serie Mundial con enormes emociones. Ahora solo
queda sonreír y disfrutar lo que paso y esperar unos meses para volver a
ver la MLB en acción.
¿Quién se llevara la próxima Serie Mundial?
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