Fotos: Isabella Ramaci
MÚSICA Y ECOLOGÍA
Isabella Ramaci
Practicum I
“Música y Ecología” ¿qué les viene a la
mente cuando escuchan esas dos palabras juntas? en mi caso, cuando me enteré
del proyecto de la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional
titulado de esa manera, no podía imaginar de qué se trataba, pero tenía un
presentimiento: No podía ser malo.
“Desde el origen de la creación de la
música todo se inspiraba en la naturaleza. El sonido de la flauta buscó recrear
el canto de las aves; los instrumentos de cuerda imitar el murmullo del agua; y
los tambores, simular el estruendo de la tierra” eso fue lo que dijo Enrique
Arturo Diemecke, él fue el encargado de dirigir la OSIPN en la primera temporada
de un proyecto muy interesante llamado; “Música y Ecología”.
Tuve la astucia de aferrarme a asistir al
primer concierto del año titulado Campo.
Varios eventos convergieron con el inicio de este proyecto: en primera se
cumplen 80 años de la creación del Instituto Politécnico Nacional, segunda, el
IPN y la OSIPN buscaban implementar un mensaje de suma importancia para
cualquiera; la ecología y para cerrar con broche de oro se cumplen 260 años del
natalicio de Wolfang Amadeus Mozart.
Llegué 30 minutos antes, esperaba
afuera del famoso “queso” como le llaman los estudiantes y personas cercanas al
Centro Cultural Jaime Torres Bodet. En breve me dieron un papel en dónde se
podían apreciar las piezas de las que seríamos testigos los asistentes al
concierto.
De un momento a otro comenzamos a entrar al
auditorio, que se mostraba imponente ante todos los que ingresaban; el acabado
de la madera en tonos cálidos, el color vino en las butacas recordando
constantemente al IPN, conjugado con una luz enfocada específicamente al
escenario preparaban a cualquiera para centrar su atención a una sola cosa; la
música.
Llegó la tercera llamada y entró Enrique
Diemecke, el director de la orquesta. Su presencia se hizo notar desde el
primer segundo, no era el típico prototipo de director de orquesta malhumorado,
era todo lo contrario; simpático y hasta bromista comenzó a dar una breve
reseña de lo que estábamos a punto de escuchar; nada más y nada menos que algunas
piezas de Federico García Lorca, que calentaron motores de una forma singular y
como lo dijo Diemecke “es para recordar la música que se hace en los kioskos”.
El concierto prosiguió con la entrada de
Pablo Diemecke, un violinista que ha dejado su nombre plasmado en Europa y
América Latina; desde que tomó entre sus manos su instrumento, transmitió a todos,
un ambiente lleno de dramatismo y cambios drásticos al momento de interpretar, acompañado
por la orquesta, resaltó el trabajo de Alberto Ginastera, violinista argentino
que escribió Concierto para violín, una
obra novedosa para su tiempo la cual
Pablo interpretó perfectamente.
Después de la interpretación de Pablo
Diemecke, Enrique Diemecke anunció que se interpretaría la Sinfonía núm. 6 en
fa mayor, op. 68 “Pastoral” de Ludwing Van Beethoven. Antes de pasar a dirigir
lo que sería la parte final del concierto, Enrique dijo acertadamente, que está
sinfonía revelaba la inspiración de Beethoven hacia la naturaleza y las etapas
que esta tenía, de cómo pasaríamos a apreciar la calma para pasar a la parte
enardecida y llena de ansiedad de una pieza musical relacionada con en bosque, el viento, las hojas y un sinfin de elementos que se conjugan en un espacio libre.
Pablo y Enrique Diemecke |
Llegó el momento de Beethoven; cada
integrante de la OSIPN comenzó a interpretar con verdadera perfección sus
instrumentos, me asombró ver el nivel de ensamble y continuidad que presentaban
como grupo, era imposible no querer cerrar los ojos pues me parecía que así
podía escuchar completamente y dejar que la pieza que interpretaban en ese
momento los 85 músicos de la orquesta me transportara a la inspiración del
famoso compositor romántico.
Quedé sorprendida; nunca había tenido la
oportunidad de presenciar el concierto de una orquesta, por eso decidí tomar la
oportunidad de experimentar algo nuevo, y debo de mencionar que fue impactante
ver a tantas personas concentradas trabajando por un mismo resultado.
Al terminar de interpretar Pastoral, Enrique Diemecke dijo algo que
me pareció muy cierto; la música es un arte inigualable, si una foto tomada
hace veinte años es vista en la actualidad, es muy probable que la definición
no sea tan buena, que no se aprecien bien los detalles, pero en cambio la música
es la única capaz de mostrar cada detalle pues se encuentra, enfrascada en un
conjunto de notas, que al ser interpretadas, transmitirán lo mismo sin importar
el tiempo, como él lo dijo, es una selfie
musical.
Si tú que me lees, no has escuchado nunca a
una orquesta en vivo, te invito a que lo hagas, es una experiencia que no vas a
olvidar jamás, no se puede llegar a comparar con algo más, así que deberías de
darte la oportunidad, el precio es súper accesible para cualquier bolsillo, y
si presentas tu credencial de estudiante te dan un descuento. Esta es una
oportunidad para que te des una vuelta y escuches aquí algo que está al nivel
de cualquier otra orquesta.
La OSIPN presentará más conciertos ligados
a este concepto de concientizar a las personas sobre la situación de la
ecología mediante la música; los más próximos son el jueves 4 y sábado 6 de
febrero con la presentación de Universo,
en donde se llevarán a cabo piezas de Antonio Vivaldi, Leonard Bernstein entre
otros, siguiendo por Selva el jueves
21 y sábado 23 de abril y Tierra el
jueves 2 y sábado 4 de junio y se finalizará con Mar el jueves 16 y sábado 18 de junio.
Entrevista a flautista de la OSIPN: https://soundcloud.com/isabella-ramaci/flauta
Me encantó la crónica, ahora entiendo la pasión por la música clásica que existe
ResponderBorrarNuevamente una gran crónica Isa!!! Aunado a que me encantan tus fotos. Saludos cordiales.
ResponderBorrarExcelente música.
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