Por: Fernando César López
Alumno de Practicum 1
Alumno de Practicum 1
¿Quién alguna vez en su vida no ha
degustado una deliciosa torta? Probablemente no exista ningún mexicano que no
las haya probado o al menos escuchado hablar de ellas. Es, por excelencia, uno
de los platillos más populares a nivel nacional junto al taco o el tamal. Tan
presente en la cotidianidad del mexicano y, sin embargo, no hemos llegado a
degustar ese suculento sabor a historia que posee entre cada rebanada.
El historiador Jesús flores y Escalante
señala en su libro “Breve historia de la comida mexicana” (2003) que entre 1850
y 1860, al pan en la Ciudad de México se le nombraba comúnmente bolillo o
telera, mientras que en Puebla se le llamaba torta, pero al agregarle algunos
condimentos y productos la denominaban “torta compuesta” (su nombre original).
A partir de este momento las tortas compuestas se popularizan en todo el país.
A finales del siglo
XIX, varios periódicos de la capital expresan su malestar por la abundancia de
puestos de tortas compuestas y otros antojitos que invadían lugares públicos
como calles y aceras (hasta la fecha sigue siendo así), dándole, según estas
publicaciones, un mal aspecto a la ciudad. Proliferaban, entre otros lugares,
en las actuales calles de República de Argentina, Motolinía, y Simón Bolivar.
Puesto de Tortas en 1947 |
El periódico “El
Imparcial” publica en 1902, una nota al Consejo Superior de Salubridad que
revise la cantidad de puestos en los que las personas enfermaban dado que “las
carnes y los fiambres con los cuales están hechas no son de buena calidad”. No
obstante su popularidad crece y empieza, no sólo a ser el alimento de muchos
obreros y trabajadores, sino también de algunas familias adineradas de la
capital.
Puesto de Tortas en el D.F |
Empiezan a surgir,
entre los torteros de aquella época, algunos ingredientes que hoy en
día no pueden faltar en una torta como frijoles, aguacate, rebanadas de jamón,
queso de puerco, chipotle y pollo picado. Había tortas tanto para ricos como
pobres y cada una costaba distinto según los ingredientes que se
usaran.
Eventualmente la “torta
compuesta” empieza a ser denominada simplemente como torta y surgen variedades
tan originales que hoy en día son un clásico entre los puestos ambulantes y
locales fijos: suiza, cubana, toluqueña, milanesa, mole o jamón con queso;
algunas son más sencillas, pero no por eso menos ricas, como la
legendaria “guajolota”; otras solo se pueden apreciar verdaderamente
en otros estados como la “ahogada” en Jalisco o las “Guacamayas” en Guanajuato.
Y, por supuesto las caseras, hechas por nuestras madres para el lunch de la
primaria, como la de huevo o la de frijol.
Torta de Tamal |
Torta Ahogada |
Indudablemente la
torta seguirá siendo un alimento muy popular entre la sociedad mexicana, tan es
así que cada año en la delegación Venustiano Carranza en la Ciudad de México,
se realiza el “Festival de la torta” a mediados de año, que tiene como fin
promover este patrimonio de la gastronomía mexicana.
Bibliografía:
1.- Candia Pacheco, R.
(2012). La torta. Origen de un banquete urbano. Relatos e Historias en México, 51,71- 78.
Excelente nota! Sigue escribiendo asi! Saludos... (¨)>
ResponderBorrarMe encantó, la torta es una cosa graciosa y muy típica mexicana!
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