Hacerle frente al estrés en la Universidad - Revista Coma

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de los alumnos de la Facultad de Comunicación de la Universidad Anáhuac, México.

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 Por: Patricio Oviedo, Marion Reznik, Sofia Abadi y Vicky TawilLenguajes Periodísticos EspecializadosAh, la universidad. Esa etapa de nuestras vidas tan amada por unos, y temida por otros; donde los jóvenes pasan de la infancia a la edad adulta. La...

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sábado, abril 19, 2025

Hacerle frente al estrés en la Universidad

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 Por: Patricio Oviedo, Marion Reznik, Sofia Abadi y Vicky Tawil

Lenguajes Periodísticos Especializados

DOcendo


Ah, la universidad. Esa etapa de nuestras vidas tan amada por unos, y temida por otros; donde los jóvenes pasan de la infancia a la edad adulta. La era dorada de las fiestas, los romances, los viajes y las amistades que durarán toda la vida; donde nos independizamos (aunque sea un poquito) de nuestros padres, y nos preparamos para finalmente seguir esa pasión a la que le dedicaremos nuestras vidas, ya sea por el dinero, la construcción de una vida mejor, o aportarle algo a esta sociedad cada vez más destruida.

Pero, a pesar de las libertades y oportunidades que esta nueva etapa presenta, la “uni” no deja de ser una escuela, una “para los grandes”, y como tal, tiene sus retos y dificultades, que dejan, muy, pero muy atrás, a esos molestos reportes de conducta de la secundaria (no te hagas, ambos sabemos que no eras el santito o santita que presumía tu mamá).

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Becas que mantener, proyectos empalmados, maniobrar clases con actividades extracurriculares… Problemas, y problemas… ¡Y adivinaste, aún más problemas! Si pensabas que ser un “esquincle” incomprendido ya era difícil, es porque no estabas preparado para la cachetada de los dieciocho.

Hasta que te encuentras con el estrés. Todos lo hemos experimentado. Tú, yo, el vendedor de la esquina y la presidente de la República. Es tan fastidioso que no respeta edades, tan desalmado que le importa un comino si estás viviendo la mejor etapa de tu vida, o estás en el fondo del abismo.

No es sorpresa para nadie que, durante la pandemia, los niveles de ansiedad y depresión aumentaran un 25%, según reporta la Organización Mundial de la Salud (OMS); y si lo aterrizamos a un entorno tan complejo como la universidad, donde los estudiantes aún no se acostumbran del todo a esto de ser adulto, el estrés se vuelve la receta perfecta… ¡Para el desastre! De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hasta el 56% de los estudiantes de este nivel experimentan ansiedad antes de presentar un examen, tan sólo una fracción del daño que representa para su salud.

Casos de estrés en la Anáhuac

Un caso es el de Alan quien está cursando su séptimo semestre de la licenciatura en Dirección Deportiva, en la Universidad Anáhuac México Norte. Pese a ser una carrera enfocada más en lo práctico, menciona en entrevista que justo en las últimas semanas de su semestre, la carga de trabajo ha aumentado bastante, y eso le ha perjudicado en la administración de su tiempo, ya que también trabaja.

“Hay días en los que hasta tengo que desvelarme para poder terminar todos los trabajos”, comenta, algo cansado, sobre su apretada agenda. Estos desvelos evidentemente lo agotan, lo que perjudica su rendimiento en clases, y su interacción con los demás. Afortunadamente, su familia siempre lo ha apoyado, y le han dado ese empujón que necesitaba para poder descansar y esforzarse para terminar bien.

Otro caso es el caso de Fernanda, quien cursa su séptimo semestre de Comunicación, igual en la Anáhuac, pero que además es actriz y coordinadora de la sociedad de alumnos de su licenciatura. Al principio, se limitaba a ser una estudiante más, pero al darse cuenta que no le faltaba mucho antes de graduarse, decidió aprovechar más lo que la institución tenía para ofrecer; sin embargo, no es muy buena para organizarse, especialmente si se trata de realizar tantas tareas a la vez, así que, sin quererlo, ahora debe organizar sus tiempos, anotando todo lo que debe cumplir, y equilibrar sus estudios, su pasión por la actuación, y las responsabilidades de la sociedad, cuenta entrevista,.

Tanto Alan como Fernanda han reconocido al estrés como un problema a vencer en sus vidas, y eso es algo en lo que todos, independientemente de qué, cuándo y dónde estudiamos, podemos estar de acuerdo. Estudiantes de distintos semestres y licenciaturas, dentro de la Universidad Anáhuac México Norte, cuentan cómo el estrés afecta su desempeño académico, aunque la mayoría pidió mantenerse de manera anónima.

“Cuando yo me estreso me bloqueo. Mi mente no rinde de la manera en la que debería rendir”, dice Vicky, estudiante de comunicación. Otra alumna añade: “de repente [hay semanas en donde] se junta mucho trabajo, y hay semanas en las que no”.

El reto de los exámenes, proyectos y tareas

Como se puede notar, los ; mientras que el bullying está muy por debajo del resto (posiblemente dado que este es un entorno más adulto y profesional, o al menos, eso espero); y, por lo tanto, es en periodos de medio término o finales de semestre cuando los niveles de estrés se disparan hasta la estratósfera (o más allá, si me lo preguntan).

Para explicar mejor esto, la experta en salud mental, Daniela Zetune, comenta: “[En la universidad] dejan bastantes tareas, hay mucho examen, hay muchas evaluaciones, y eso podría llegar a estresar mucho a cualquier estudiante. También tenemos esa presión que existe por obtener buenas calificaciones y por cumplir las expectativas, a veces de nuestros maestros, de nuestros padres […] siempre estamos buscando cumplir con esas expectativas, que podría llegar a resultar ser estresante”.


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¿Cómo hacerle frente al estrés?

 

Todos somos diferentes, y por lo tanto, también lo son nuestros problemas, así que inmediatamente después de identificar cuál es la causa del estrés, se debe encontrar la estrategia correcta para reducirlo.

 

Para uno de los estudiantes entrevistados, el ‘vape’ y las fiestas con sus amigos le ayudan a distraerse y buscar momentos de felicidad entre periodos complicados por culpa del estudio; para otro, es el ejercicio; y un tercero dice que llevar una buena comunicación con lo que llama “un buen profesor” es lo que puede permitirle desahogarse y lidiar con el estrés.

 

Otra estudiante, Marion, concuerda con la idea de que los profesores, si en verdad se toman en serio su trabajo, ser un soporte del cual los estudiantes pueden sujetarse para poder solucionar sus problemas, además de asegurar que el dormirse temprano y empezar los trabajos con anticipación le ayudan a ser más productiva.

“Yo creo que no hay mejor red de apoyo que la familia. Si contamos con esta red de apoyo podemos estar estables, podemos sentir cierta calma, de que tenemos a alguien que nos está apoyando […] y nos podría proporcionar herramientas para salir adelante, aporta Zetune, psicóloga.

Otra estrategia usada bastante por las personas para combatirlo es la meditación. Esta no sólo libera la mente de malos pensamientos, sino que permite reenfocar nuestros esfuerzos a tareas sencillas y facilitar nuestra toma de decisiones. Si esto es para ti, quizás estos tres podcasts motivacionales que te recomendamos te sea de mucho agrado; pero si no, puede que quieras echarle una oída a esta playlist relajante para concentrarte en tus estudios.

En realidad, no importa mucho la estrategia por la que te decidas, sino que ésta cumpla su cometido de ayudarte a frenar los avances de estrés. No importa si es haciendo mapas mentales, acordeones, fiestas o comiendo (¿sabías que existen ciertos alimentos capaces de ayudarte en tus exámenes?). Lo importante es que reconozcas qué es lo que te está afectando, y encuentres una manera efectiva de contrarrestarlo.

El estrés puede ser peligroso si no se maneja con cuidado, y en un entorno tan demandante como lo es la universidad, la posibilidad de acabar afectado por él es demasiado alto. Debido a ello, sugiere la especialista en la salud, Zetune que las autoridades universitarias deberían ofrecer sesiones con psicólogos gratuitas para todo aquel que lo necesite (algo que desafortunadamente no sucede), o programas y talleres para el manejo del estrés y la búsqueda de la tranquilidad.

¿Y cómo sé si necesito ir a terapia? Me estarán preguntando. Bueno, esa fue la misma pregunta que le hicimos, y la especialista respondió que, si notamos un cambio de humor demasiado pronunciado, afectaciones serias en los hábitos de consumo y sueño, o ya de plano dificultad para realizar nuestras actividades diarias, o hasta deseos suicidas, es cuando debemos acercarnos a un profesional.

Diseño de dibujo: Docendo discitur

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