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miércoles, noviembre 03, 2010

La lección de Chile

Por: Valeria Echeverría Cusi. (*)

El caso de los treinta y tres mineros atrapados en Chile es un claro ejemplo de que la unión hace la fuerza. Para nosotros es difícil imaginar el esfuerzo que hizo Sebastián Piñera, el presidente de Chile para rescatarlos: Se unieron talentos para una misma finmalidad: sacarlos con vida. Ingenieros de Suiza, militares de Afganistán, uso de tecnología de la NASA, perforadoras de punta entre otros. Esto nos pareció un milagro por un grupo de leprosos desprotegidos. Afirmo esto porque, a veces, nos asombramos de que alguien haga un acto heroico cuando en realidad debería de ser un acto humano, común y corriente el querer rescatar a otra persona cuya vida corre peligro.





Estamos tan acostumbrados a convivir con la cultura de la muerte que, cuando alguien decide ir a contracorriente y buscar ante todo preservar la vida, el mundo entero se moviliza para atestiguar este acontecimiento.

Y no es con afán de demeritar al gobierno chileno, por el contrario, ya que si bien considero muy loable todo lo que se hizo por estos hombres, más bien nos critico como sociedad. Hemos creado una cultura tan negativa, vivimos rodeados de noticias tan fuertes y tan crudas, que, cuando surge una nota positiva, nuestros ojos incrédulos se quedan pegados a la televisión para ver un rescate muy positivo, pero de sólo 33 seres humanos. Ojalá así nos quedáramos cuando un médico se arrepiente de abortar cientos de bebés al año. O cuando un narcotraficante se entrega, sabiendo que merece una pena por sus miles de crímenes.


Estas historias que nos mueven el corazón, al mismo tiempo representan un negocio multimillonario para las televisoras quienes, gustosas, ya tenían toda una agenda programada para los mineros en cuanto salieran. Y es que la prensa sensacionalista se alimenta de notas como estas. Si la noticia solamente se hubiera dado a conocer (por alguna extraña razón) cuando ya los mineros hubieran salido sanos y salvos, no habría trascendido.

Toda nuestra atención se centraba en sí los mineros lograrían salir todos vivos, si no habría un lamentable accidente de último momento mientras alguno ascendía, cómo lucirían después de tantos días bajo tierra, qué dirían al ver a sus angustiados familiares, etc.

De cara a la ética, es muy positivo observar casos como estos en los que nos recordamos el valor de la vida, pero por otro lado, también se llega a caer en muchos casos en un UTILITARISMO en el que la persona, fuera de ser un fin se convierte en un medio para lucrar, para ganar fama y popularidad política, para tener acto de presencia (caso concreto, la bandera de E.U. ondeando en la mina), etc. Y pudiendo ser este un caso tan positivo, se vuelve en un espectáculo mediático de proporciones insospechadas.


Los mineros recibieron toda clase de cuidados y revisiones cuando estaban bajo tierra, se les estuvo monitoreando constantemente. Se buscó que sintieran el apoyo exterior, se les trató como celebridades. Pero después, al salir, pareciera que eran un pedazo de carne arrojado a los leones, quienes estaban prontos para devorarlos: La prensa se peleaba por concederles espacios en todos los medios, tenían ofertas de libros, les llovían ofertas para entrevistarles y más. Sin embargo nadie se preocupó por su situación familiar, económica o social.

¿Qué es la persona? Un minero que estuvo atrapado más de dos meses junto con otros treinta y dos. Esto es incorrecto, lo adecuado sería: ¿Quién es la persona? Ahí contestaríamos: Florencio Ávalos Silva, 31 años, casado, reside en la población El Palomar de la comuna de Copiapó, es inteligente y líder por naturaleza, su carisma cautiva a todos sus compañeros. Esto nos ayudaría a entender que el valor de un ser humano no se determina por las circunstancias que le rodean sino por su simple naturaleza.


Si valoráramos a cada ser humano, si una sola vida nos pareciera un milagro y un regalo, las noticias serían siempre más positivas, los medios de comunicación serían más objetivos en cuanto a otorgar la correcta dimensión a cada cosa, y el mundo sería mejor.

(*) Alumna de la materia de Ética de la Comunicación.

2 comentarios:

  1. diego Ballesteros
    buena historia y es un claro ejemplo que cuando el ser humano quiere llegar a una misma meta no importa la nacionalidad ni tecnologia que posee cada pais, se puede alcanzar a traves de la union

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  2. Chile nos dio una gran leccion, por la perseverancia de salvar a 33 vidas que estaban en juego. El poder de la tecnologia y coraje humano hicieron una conjuncion exitosa para poder lograr esta asombrosa azaña.

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