Por: Ma. Fernanda Munguia
Alumna de la Facultad de Comunicación
“Ama hasta que te duela. Si te duele es buena
señal” es una frase que solía usar la Madre Teresa de Calcuta, para explicar la
verdadera concepción de éste sentimiento. Aquel que ha servido de inspiración
para tantos poetas, cantantes y escritores. Para comprobar la verdad en las
palabras de la Madre Teresa, debemos remontarnos al comienzo de éste sentimiento,
las relaciones amorosas.
Aunque hoy en día, es más fácil que una pareja se
separe, a que se constituya como una relación formal, el amor, no ha dejado de
existir sólo de entenderse. El ¿por qué?
es muy sencillo, somos una generación egoísta, superficial y sofría. Tal vez sea la época en la que vivimos, o la
evolución que hemos tenido, pero hoy en día, el amor se entiende de manera muy
diferente a lo que percibían nuestros abuelos. Ellos tenían como base: si algo
se rompe debe repararse, mientras que nosotros simplemente lo reemplazamos. Evidentemente
no sólo son dos formas diferentes de actuar sino también de pensar.
Situémonos a principios de los cincuenta, la mujer
es coqueta, sensual sin ser vulgar, recatada y con buen
gusto. Amante de su hogar, la familia, las buenas costumbres y el amor --- estaban enamoradas del romance ---Sin embargo las oportunidades de superación de cualquier
índole fuera de la vivienda eran minúsculas, las concebían como reinas de sus
casas. Los hombres eran los trabajadores, disciplinados, de
carácter fuerte, poco involucrados en las cuestiones domésticas pero antes que
otra cosa caballeros. El honor era el valor
máximo en un hombre, sin el, no era nadie.
El amor se entendía como un sentimiento de
admiración, respeto y tolerancia hacia la otra persona. Buscaba la protección y
la ilusión, concebía sacrificios y
entrega e incluso dolor. Las canciones
hablaban de desnudar el alma y el brillo de los ojos en su mirar.
En la actualidad, la mayoría de las mujeres han
perdido la noción de la elegancia y el significado de la palabra dama. El vocabulario es soez y muchas de sus
actitudes prosaicas. Sin embargo, pueden estudiar, ejercer su profesión,
vestirse de la forma que consideren conveniente, decidir sobre su cuerpo y
votar. Los hombres, en su mayoría, son irreverentes, parranderos y desobligados
y el honor es una palabra más en su vocabulario. En cambio algunos gustan de
cocinar, otros saben coser, limpiar y pintar.
Por ende la idea de amor también cambió, se volvió
egoísta, indecente e interesado, descomprometido, intolerante, fácilmente
removido e indispuesto a sufrir. La música también cambio y con ello las letras
que adquirieron un tono más pícaro y lascivo.
¿Dónde estuvo el cambio? Mucho se le ha atribuido a
la segunda ola de la revolución femenina, en 1960, donde muchos patrones de
comportamiento comenzaron a romperse, comenzando por la forma de vestir hasta
terminar por la igualdad entre hombres y mujeres en cuestiones de
sexualidad, familia, lugar de trabajo y de forma más controvertida, los
derechos en la reproducción.
“La revolución femenina es una espada de doble
filo” dijo alguna vez Rush Limbaugh quien acuño el término “feminazi” al referirse a
las feministas que al hablar, en vez de abogar por la igualdad de géneros,
declaraban la guerra entre sexos.
Debido a esto, hoy se vive en una gran confusión de
valores e ideologías. Existen las mujeres que consideran impropio pagar la
mitad de la cuenta, cuando se les invita a salir, pero piensan que es ridículo
dejarse abrir la puerta. Los hombres que ven las serenatas, flores y chocolates
como un gasto de dinero que bien podrían aprovechar en alcohol y amigos. La
galantería y caballerosidad son cualidades que se ven como protocolos
innecesarios, absurdos y anticuados.
En las redes sociales circulan comentarios como
“¿Qué ganas dan de ser una dama cuando ya no hay caballeros?” después de
escribir “la cruda no me deja recordar
¿con quién dejé el brasier ayer?” mientras que los hombres usan “Para todas las mujeres
que dicen que ya no existen los caballeros: Si existen, pero los caballeros se
ven atraídos por las damas. No por zorras. Lo siento” después de escribir
“sabes que fue una buena noche si despiertas como regadera” o bien el ya común,
“¿qué pasó ayer?”
Actualmente la generalidad
no cree en la vida en par, pero busca desesperadamente conocer el amor. No quieren sufrir pero quieren amar, no están dispuestos a llorar pero quieren
sonreír.
Quien no está dispuesto a
perderlo todo, no está preparado para ganar nada. El verdadero amor, duele,
hasta lo más profundo del alma y el que no esté dispuesto a soportarlo tampoco
merece recibirlo y aquel que no ha amado intensamente no ha vivido y el que no
ha vivido, a pesar de vivo, sigue muerto.
¿Por qué si antes se
creía en las relaciones amorosas como la oportunidad de construir un camino de
la mano de otra persona, hoy nos es tan difícil de asimilar? Hay que entender
que una pareja no es la falta de libertad, sino la libertad de amar. No es
dejar de lado tus deseos y fantasías , sino todo lo contrario, es que tus
deseos se vuelvan los de tu pareja y viceversa, es la búsqueda y el apoyo
para que los cumpla.
Tenemos que aprender de nuestra
historia, dejar de desechar valores, por considerarlos anticuados, darnos
cuenta del deterioro que nuestra civilización está sufriendo a causa de nuestro
nauseabundo comportamiento. No es posible seguir viendo en una sociedad donde
entre mujeres se insultan y hombres sin palabra, vulgares. Recobremos el
verdadero amor y las relaciones en pareja.
Creo que cada quien tiene un significado diferente del amor, por lo tanto las relaciones van a ser diferentes, pero estoy de acuerdo en que el amor sigue existiendo.
ResponderBorrarCreo que tienes una serie de puntos interesantes, particularmente la cuestión de que las relaciones ya no se visualizan como antes. Se ven como algo desechable y es difícil tener a alguien que esté dispuesto a sufrir y sangrar para que las cosas funcionen a pesar de los pesares. Más en una ideología de "a la fuerza ni los zapatos". Por llamarlo de otra forma, el amor en los tiempos del capitalismo.
ResponderBorrarEl amor como tal, sigue existiendo Y creo que si bien es cierto que ya no se ve directamente como antes se veía, se sigue teniendo una conceptualización del mismo que hace que miles de personas sigan creyendo en él. Mucha gente sigue poniendo el estar con alguien como una de sus metas en la vida, ya sea al final de ella o en un futuro próximo. Si no me crees, pregúntale a las telenovelas. La idea del amor eterno sigue vigente aún hoy en día.
Ahora bien, el punto con el que no estoy de acuerdo contigo, es en esta reflexión que haces de los cambios de las damas. Creo que estás idealizando el pasado. La gente siempre será gente caliente. Y el sexo es el sexo, y el deseo es el deseo. Lo que ha cambiado es el cómo se externa. La gente sigue siendo igual de perversa que como lo ha sido siempre. La principal diferencia es que ahora puede toparse con muchas más personas que pueden compartir esa ideología sin tener que sentirse culpable directamente. O incluso, para ponerlo en otros términos, digamos que ya no es tan necesario esconderse en el clóset para compartir los deseos que uno puede llegar a tener. ¿Quieres sexo? Lo consigues, sin problema. No obstante, el verdadero problema viene en la calidad del mismo. Y en la cuestión que considero que es el verdadero problema actual y que es el miedo a la intimidad. En un mundo donde puedes llegar a "conocer" a alguien a través de redes sociales, etc, antes de que puedas incluso hablar con ella, entonces nos topamos con este necesidad imperiosa de querer resguardar quiénes somos en realidad. ¿Cómo ponerte una máscara si todos parecen saber quién eres? Y entonces, viene el problema. El miedo al vacío, la angustia, y este miedo constante de no aportar un valor a la vida de los demás. Y he ahí cuando aparece este sistema tan particular y tan interesante de estos sitios como askme, etc. ¿Qué tanto deseamos que alguien nos conozca que buscamos que nos hagan preguntas acerca de nosotros mismos? Y, peor aún, ¿queremos que realmente nos conozcan? No sé. Creo que va más por ahí. No tanto en un terreno de idealizar tiempos pasados. Esa retórica se ha mantenido a lo largo de la historia de la humanidad y considero que es una respuesta un tanto simplista a un problema más complejo.
Por decirlo en términos de Lacan "Si Dios está muerto, nada está permitido". Es decir, s todo está al descubierto, entonces nada es realmente conocido. Y he ahí el gran miedo. Ese miedo inherente a la intimidad, a la verdadera intimidad. Y no me refiero a un "how to look good naked". si no a un sentido más profundo.
Por hacer una comparación un tanto tonta con una película que amo (Crazy Stupid Love), pongo una escena como referencia.
ResponderBorrarRyan Gosling (dios mío, Ryan Gosling) dice en la escena que considero más importante para su personaje, "Ask me something personal". Puff. Qué frase. Y qué tristeza. Porque a final de cuentas, eso es lo que verdaderamente queremos.