El aumento de precios en México, más que una realidad, es una pesadilla. Como una bola de nieve que cada vez se hace más grande, más poderosa, y a su paso millones de personas en el país se están viendo afectadas debido a los altos precios que han venido adquiriendo todo tipo de productos y servicios. Los mexicanos, que históricamente se han caracterizado por salir, divertirse, comer, han tenido que ponerle un freno de mano al consumo. La inflación anual se ubica en el 8,62% en México, es la tasa de inflación más alta del país desde que en el año 2000 llegara hasta el 9,12%.
Foto: Juan Diego Pardo Martínez
Los dos últimos años de pandemia han traído consigo un bloqueo en las producciones y ventas de varios de los productos de la canasta básica, que elevaron sus precios hasta tal punto de que muchas personas tuvieron que ceder para priorizar la compra de otros productos y servicios. Pero no solo impactó en alimentos, los cines, los restaurantes, las tiendas, todos tuvieron que aumentar sus precios de venta debido a la poca demanda que estaban teniendo, en parte debido a las cadenas de suministro y los problemas que han acarreado desde que la pandemia empezó.
Los estudiantes universitarios también se han visto afectados por este aumento desproporcionado de precios, ahora las cafeterías, puestos de comida, papelerías y demás servicios están aumentando los precios de venta de sus establecimientos y le economía estudiantil es la primera que se ve afectada, ya que un estudiante ahora debe priorizar y mostrarse mucho más cauto a la hora de dividir los gastos semanales de sus comidas. La gasolina, el agua, los estacionamientos, todos son productos y servicios que están aumentando a un nivel y a una velocidad que ya rebasó a la población hace mucho tiempo.
El poder adquisitivo de las personas se ha visto fuertemente golpeado, ya que, al subir los precios de todo, las personas tienen que controlar de forma casi extrema sus gastos y dejar de lado todos aquellos “lujos” que se daban.
Los estudiantes, por ejemplo, muchos de ellos han tenido que dejar de ir en coche a la universidad, ahorrar lo más que puedan en gasolina y estacionamiento, para invertirlo en menor medida en transportes públicos, ir caminando, bicicleta o pedir el favor a alguien. Las personas que estaban acostumbradas a comprar cafés y comida en los establecimientos de la universidad han visto cómo todos estos gustos se han visto reducidos al máximo, cambiándolos por comida hecha en casa, cafés en termo o simplemente en establecimientos más accesibles económicamente.
Los cigarros también han visto un incremento en sus precios, y los estudiantes universitarios son los primeros en notar este impacto económico, ahora ya no son solo las cajetillas, sino que los mismos cigarros individuales te los están vendiendo hasta tres pesos más caros que antes de la pandemia.
Son momentos de una incertidumbre y una crisis económica en México, todos los sectores de la población se están viendo afectados y perjudicados por los incrementos tan altos de los bienes y servicios. El tiempo dirá hasta cuándo seguirán subiendo las cosas, pero lo que está claro, es que, en este momento, muchos mexicanos, no están para ningún tipo de placer.
Por: Juan Diego Pardo Martínez
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