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lunes, septiembre 05, 2016

LA GIGANTESCA OLA DEL CAMBIO

Camila de la Fuente
Venezolana estudiante de periodismo


            Alguna vez Simón Bolívar dijo que “cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho”. Esas palabras de libertador venezolano se han hecho verbo estos últimos días en el país suramericano. En Venezuela desde hace casi dos décadas se vive una crisis que poco a poco ha degradado la calidad de vida de su gente. Noticias de asesinatos, pobreza, escasez, robos, corrupción son lo que se leen en los pocos periódicos opositores que sobreviven en el país criollo.

La gente se cansa. Cuando el abuso y la tiranía se convierten en el pan de cada día, algo hay que hacer. Quedarse con los brazos cruzados es un lujo que los venezolanos ya no pueden darse, es hora de hacer algo al respecto.




La renombrada “Toma de Caracas” se dio el pasado primero de septiembre en la capital, donde más de un millón de personas marcharon a favor de un referéndum revocatorio que el gobierno quiere impedir. Que esta cantidad de gente lograra ponerse de acuerdo y alzar sus voces por su país –y no por un partido político- es un aprendizaje de años y años de ensayo y error de la oposición.



Como menciona Aristóteles en su obra Política (1314 a.c), la tiranía se basa en tres supuestos: que los súbditos piensen poco, que desconfíen unos de los otros y que se hallen imposibilitados de actuar. “Si hay alguna enseñanza que extraer de aquí sería que, en política, ante todo es necesario pensar, luego confiar, y finalmente actuar.” escribe Colette Capriles (2010).

En Venezuela hoy hay dos fuerzas que impulsan la marea y quieren el cambio: las personas que aprendieron a pensar, confiar y a actuar, a pesar de los discursos discriminatorios y de odio que el gobierno ha implementado y por otro lado, los que no han aprendido a pensar, pues están muriéndose del hambre. También hay de los dos mezclados: los que han aprendido y además, no han comido.

La catastrófica gestión gubernamental que ha fortalecido aún más a la oposición, obligándola a actuar y a buscar un cambio. La marcha del pasado primero de septiembre fue impresionante. No me sorprende que el mismo gobierno haya prohibido el sobrevuelo de drones para evitar que veamos el tamaño de nuestra grandeza. El miedo lo vive ahora el gobierno, de eso no hay duda.



Esto apenas es el primer paso de Venezuela para hacerle saber al mundo que sí, viene una ola fuerte de cambio que probablemente se lleve al gobierno por delante –de una manera pacífica- para recuperar aquello que llamamos libertad y tener el verdadero empoderamiento del pueblo que el gobierno prometió y, claramente, la uso para manipular.

Vuelvo a citar a Colette Capriles en su libro La máquina de impedir: “el poder (del pueblo) no está hecho únicamente de palabras, de promesas, de futuros épicos, de heroísmos trasplantados. El poder significa tener opciones, decidir entre alternativas y ser dueño de seguir cualquiera de ellas”. En Venezuela se busca ese poder, que por ahora, sólo vemos la luz del túnel a través de nuestro derecho constitucional: El Referendo Revocatorio.



Bibliografía:

C. Capriles (2010). La máquina de Impedir. Venezuela: Alfa.

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