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lunes, noviembre 04, 2013

En busca de una vida digna




Por Mayte Navarrete


Las personas que pasan delante de la Clínica Condesa, miran apenas, con temor de ser sorprendidas. Algunos muestran señales de miedo, parece que el gran edificio se los fuera a comer. Casi todos se detienen para otear, pero huyen con rapidez: “no vayan a ser contagiados”.

En la sala de espera, a lado de la Consejería 2, hay más de veinte seropositivos. Entre ellos, caminan, dos madres que cargan a sus respectivos hijos.

María es una de estas madres, una paciente que apenas obtuvo su expediente en la clínica hace un mes. Tiene como 28 años, integra el rango de edad de 25 a 29 años, el grupo con mayor porcentaje de afectados por el virus según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI). Por otra parte, el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA (CENSIDA) detalla que en este rango de edad existen 2,236 casos de mujeres contagiadas.

María viene acompañada de Pablo, su pareja, y su hermoso bebé, Emilio, de tan sólo 8 meses ―su mayor felicidad y por lo único que ella tiene ganas de luchar―. La vida ha sido ruda desde hace cinco meses. “Pablo me ocultó que se encontraba contagiado por el VIH, pero cuando supe de su enfermedad lo único que pensé fue que yo había seguido teniendo relaciones con él, mi temor creció cuando pensé en mi niño. Tal vez los dos estábamos contagiados por el VIH.”




Buscando respuestas.

El Doctor Florentino Badial Hernández, médico de planta de la clínica, da consultas en la Consejería 2. Tiene 40 años, es un hombre de mediana estatura, de piel blanca, su mirada color verde se nota sincera, y es amable con toda persona que se le acerca. En la Clínica Condesa labora desde 2009. Cientos de personas de todo tipo han sido sus pacientes, pero él se enfoca más en hombres porque, según dice, hay siete hombres por cada mujer en la consulta.

Desde siempre el porcentaje con mayor número de infectados por el virus es del sexo masculino. Para 2012, según el Registro Nacional de Casos de SIDA, se notificaron un total de 157 mil 529 desde 1983, de los cuales 81% son hombres (129 mil 366) y el 17.9% son mujeres (28 mil 163). En casi el mismo periodo, de 1984 a 2012, se reportaron 41 mil 667 casos que continúan como seroposotivos a VIH.


¿Y las mujeres?

El Dr. Badial afirma que “Muchas veces las mujeres se sienten seguras y creen que, con su pareja estable, no les sucederá nada. Y sí, muchos hombres no les llegan a comentar a sus esposas sobre las relaciones que tienen extramaritales. Es por eso que ellas no se atienden a tiempo.”


María es una de esas mujeres, Pablo, su pareja, le ocultó su diagnóstico, intentó evadir la situación como se evaden los impuestos, sólo que en vez de ser un acto ilegal, éste se convirtió en un acto inmoral. Ahora María es una portadora más del VIH.



¿Cómo es el momento en que se les entrega el diagnóstico revelador?

En el primer piso de la clínica se realiza la prueba para detectar casos con VIH/SIDA. Una enfermera es la encargada de dar una plática a las personas que se realizarán la prueba. Se informa que el VIH sólo se transmite por vía sexual, sanguínea o perinatal. En un virus que se encarga de destruir los Linfocitos CD4, los cuales son parte del sistema inmunológico del organismo, es decir, el sistema de defensa. Este proceso causa que los seropositivos contraigan infecciones graves de las que una persona sana no se contagiaría. El nombre de esta afección es SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) y puede llegar a afectar todos los sistemas corporales.

Llegar a fase SIDA es sinónimo de mortalidad, pero si se llega a detectar el VIH a tiempo se puede tener una gran calidad de vida. Se aconseja realizarse la prueba del VIH por lo menos una vez al año ya que es imposible distinguir por simple observación si una persona está infectada o no.

Después de media hora de exposición, la presentación llega a la mejor parte, donde con gran emoción la enfermera muestra que existe una vía de salvación para las personas con VIH: los antirretrovirales.



Para una vida con calidad.

La terapia antirretroviral consiste en una serie de medicamentos para el tratamiento del VIH, no mata el virus pero sí ayuda a evitar el debilitamiento del sistema inmunológico. Existen más de 20 antirretrovirales distribuidos para cada fase del ciclo vital del VIH.



Más del 90% de los antirretrovirales, según el Dr. Badial, son gratuitos en México y sólo algunos no están disponibles y tienen un alto costo. Los antirretrovirales llegaron a México en 2003 y según afirma el Dr. Badial, cientos de pacientes tener una vida con calidad. Dice que algunas personas llegan a vivir hasta 70 años más después de que les diagnostican VIH, pero, como dice, sin un debido cuidado el rango puede reducirse entre 8 y 10.





Ejemplo viviente.

Francisco García Cornejo, o mejor conocido como Paco, es ejemplo vivo. Tiene 42 años y 24 viviendo con VIH. En 1988, cuando Paco tenía 18 años, un hombre de 38 años lo violó y lo contagió.

Según estimaciones de la Secretaría de Salud (SSA), en México ocurren alrededor de 120 mil violaciones al año, es decir, aproximadamente una cada cuatro minutos.

Paco permaneció dos años sin saber que era portador de VIH. A los 20, su pareja de aquel momento, lo llevó a que se fuera a hacer una prueba. Existen distintas clínicas donde la prueba del VIH, Hepatitis B, C y Sífilis son gratuitas. El diagnóstico de Paco resultó positivo.

Durante la década de sus 20 años, Paco padeció repercusiones psicológicas, sociales y éticas. Era una época donde la palabra SIDA o VIH significaban muerte, un lastre con el que se cargaba hasta el último día. La persona contagiada era foco de infecciones y nadie quería estar cerca de ellas. Los mitos y especulaciones lo incluían todo, inclusive se dijo que cualquier contacto con su saliva sería mortal, es decir, había miedo de hablar con un enfermo por temor a ser salpicado, temor de un estornudo, temor de compartir un plato. Era terrible que tuvieras un enfermo de SIDA en tu familia.

Paco ha vivido con esta enfermedad ya 24 años y los antirretrovirales y cuidados excesivos lo mantienen optimista en la contienda. Ha pasado por momentos de gran dolor y depresión como lo que le sucedió a los 35 años, dejó su tratamiento porque creía que ya nada le importaba, porque quería morirse para dejar de sufrir.

En la actualidad se dedica a ayudar a personas contagiadas por el VIH. Su caso ha sido inspirador para muchos, es un ejemplo, es el entusiasmo por la vida encarnado en un hombre.

Paco y el Dr. Badial afirman que jamás dejarán de luchar por las personas con VIH o SIDA, que su contienda no se acabará hasta que tengan por seguro que estos portadores puedan tener luz en su vida.

“Yo no me voy de aquí nunca, no me voy hasta que se encuentre una cura, no me voy, yo no abandonaría a mis pacientes ―afirma el Doctor Badial―. Todavía tenemos mucho por hacer, mucho camino que recorrer”.

2 comentarios:

  1. ¡Muy buen trabajo! Me gusta tu estilo de redacción.

    Ana Karen Tovilla.

    ResponderBorrar
  2. muy buen artículo e interesante !!!!!!
    buena redacción felicidades!!!
    Ximena Oropeza

    ResponderBorrar

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