Por Mayte Navarrete
Las personas que
pasan delante de la ClÃnica Condesa, miran apenas, con temor de ser
sorprendidas. Algunos muestran señales de miedo, parece que el gran edificio se
los fuera a comer. Casi todos se detienen para otear, pero huyen con rapidez:
“no vayan a ser contagiados”.
En la sala de espera, a lado de la
ConsejerÃa 2, hay más de veinte seropositivos. Entre ellos, caminan, dos madres
que cargan a sus respectivos hijos.
MarÃa es una de estas madres, una
paciente que apenas obtuvo su expediente en la clÃnica hace un mes. Tiene como
28 años, integra el rango de edad de 25 a 29 años, el grupo con mayor
porcentaje de afectados por el virus según datos del Instituto Nacional de
EstadÃsticas y GeografÃa (INEGI). Por otra parte, el Centro Nacional para la
Prevención y el Control del VIH/SIDA (CENSIDA) detalla que en este rango de
edad existen 2,236 casos de mujeres contagiadas.
MarÃa viene acompañada de Pablo, su
pareja, y su hermoso bebé, Emilio, de
tan sólo 8 meses ―su mayor felicidad y por lo único que ella tiene ganas de
luchar―. La vida ha sido ruda desde hace cinco meses. “Pablo me ocultó que se
encontraba contagiado por el VIH, pero cuando supe de su enfermedad lo único
que pensé fue que yo habÃa seguido teniendo relaciones con él, mi temor creció
cuando pensé en mi niño. Tal vez los dos estábamos contagiados por el VIH.”
Buscando respuestas.
El Doctor Florentino Badial Hernández,
médico de planta de la clÃnica, da consultas en la ConsejerÃa 2. Tiene 40 años,
es un hombre de mediana estatura, de piel blanca, su mirada color verde se nota
sincera, y es amable con toda persona que se le acerca. En la ClÃnica Condesa
labora desde 2009. Cientos de personas de todo tipo han sido sus pacientes,
pero él se enfoca más en hombres porque, según dice, hay siete hombres por cada
mujer en la consulta.
Desde siempre el porcentaje con mayor
número de infectados por el virus es del sexo masculino. Para 2012, según el
Registro Nacional de Casos de SIDA, se notificaron un total de 157 mil 529
desde 1983, de los cuales 81% son hombres (129 mil 366) y el 17.9% son mujeres
(28 mil 163). En casi el mismo periodo, de 1984 a 2012, se reportaron 41 mil
667 casos que continúan como seroposotivos a VIH.
¿Y las mujeres?
El Dr. Badial afirma que “Muchas veces
las mujeres se sienten seguras y creen que, con su pareja estable, no les
sucederá nada. Y sÃ, muchos hombres no les llegan a comentar a sus esposas
sobre las relaciones que tienen extramaritales. Es por eso que ellas no se
atienden a tiempo.”
MarÃa es una de esas mujeres, Pablo, su
pareja, le ocultó su diagnóstico, intentó evadir la situación como se evaden
los impuestos, sólo que en vez de ser un acto ilegal, éste se convirtió en un acto
inmoral. Ahora MarÃa es una portadora más del VIH.
¿Cómo es el momento en que se les entrega el diagnóstico revelador?
En el primer piso de la clÃnica se
realiza la prueba para detectar casos con VIH/SIDA. Una enfermera es la
encargada de dar una plática a las personas que se realizarán la prueba. Se
informa que el VIH sólo se transmite por vÃa sexual, sanguÃnea o perinatal. En
un virus que se encarga de destruir los Linfocitos CD4, los cuales son parte
del sistema inmunológico del organismo, es decir, el sistema de defensa. Este
proceso causa que los seropositivos contraigan infecciones graves de las que
una persona sana no se contagiarÃa. El nombre de esta afección es SIDA
(SÃndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) y puede llegar a afectar todos los sistemas
corporales.
Llegar a fase SIDA es sinónimo de
mortalidad, pero si se llega a detectar el VIH a tiempo se puede tener una gran
calidad de vida. Se aconseja realizarse la prueba del VIH por lo menos una vez
al año ya que es imposible distinguir por simple observación si una persona
está infectada o no.
Después de media hora de exposición, la
presentación llega a la mejor parte, donde con gran emoción la enfermera
muestra que existe una vÃa de salvación para las personas con VIH: los
antirretrovirales.
Para una vida con calidad.
La terapia antirretroviral consiste en
una serie de medicamentos para el tratamiento del VIH, no mata el virus pero sÃ
ayuda a evitar el debilitamiento del sistema inmunológico. Existen más de 20
antirretrovirales distribuidos para cada fase del ciclo vital del VIH.
Más del 90% de los antirretrovirales,
según el Dr. Badial, son gratuitos en México y sólo algunos no están
disponibles y tienen un alto costo. Los antirretrovirales llegaron a México en
2003 y según afirma el Dr. Badial, cientos de pacientes tener una vida con
calidad. Dice que algunas
personas llegan a vivir hasta 70 años más después de que les diagnostican VIH,
pero, como dice, sin un debido cuidado el rango puede reducirse entre 8 y 10.
Ejemplo viviente.
Francisco GarcÃa Cornejo, o mejor
conocido como Paco, es ejemplo vivo. Tiene 42 años y 24 viviendo con VIH. En
1988, cuando Paco tenÃa 18 años, un hombre de 38 años lo violó y lo contagió.
Según estimaciones de la SecretarÃa de
Salud (SSA), en México ocurren alrededor de 120 mil violaciones al año, es
decir, aproximadamente una cada cuatro minutos.
Paco permaneció dos años sin saber que
era portador de VIH. A los 20, su pareja de aquel momento, lo llevó a que se
fuera a hacer una prueba. Existen distintas clÃnicas donde la prueba del VIH,
Hepatitis B, C y SÃfilis son gratuitas. El diagnóstico de Paco resultó
positivo.
Durante la década de sus 20 años, Paco
padeció repercusiones psicológicas, sociales y éticas. Era una época donde la
palabra SIDA o VIH significaban muerte, un lastre con el que se cargaba hasta
el último dÃa. La persona contagiada era foco de infecciones y nadie querÃa
estar cerca de ellas. Los mitos y especulaciones lo incluÃan todo, inclusive se
dijo que cualquier contacto con su saliva serÃa mortal, es decir, habÃa miedo
de hablar con un enfermo por temor a ser salpicado, temor de un estornudo,
temor de compartir un plato. Era terrible que tuvieras un enfermo de SIDA en tu
familia.
Paco ha vivido con esta enfermedad ya
24 años y los antirretrovirales y cuidados excesivos lo mantienen optimista en
la contienda. Ha pasado por momentos de gran dolor y depresión como lo que le
sucedió a los 35 años, dejó su tratamiento porque creÃa que ya nada le
importaba, porque querÃa morirse para dejar de sufrir.
En la actualidad se dedica a ayudar a
personas contagiadas por el VIH. Su caso ha sido inspirador para muchos, es un
ejemplo, es el entusiasmo por la vida encarnado en un hombre.
Paco y el Dr. Badial afirman que jamás
dejarán de luchar por las personas con VIH o SIDA, que su contienda no se
acabará hasta que tengan por seguro que estos portadores puedan tener luz en su
vida.
“Yo no me voy de aquà nunca, no me voy
hasta que se encuentre una cura, no me voy, yo no abandonarÃa a mis pacientes
―afirma el Doctor Badial―. TodavÃa tenemos mucho por hacer, mucho camino que
recorrer”.
¡Muy buen trabajo! Me gusta tu estilo de redacción.
ResponderBorrarAna Karen Tovilla.
muy buen artÃculo e interesante !!!!!!
ResponderBorrarbuena redacción felicidades!!!
Ximena Oropeza