Por Miguel Pérez Cuesta
Industria del Entretenimiento
Los
mayas tenían razón. Este puede ser el pensamiento de los directores de las
empresas discográficas al enfrentarse a la baja de ventas y la competencia vs
el material pirata.
En un principio, la música fue creada como una
manera de expresarse y de transmitir emociones y sentimientos. Desde los
sonidos prehispánicos o los hits de Lady Gaga, toda forma de música busca
llevar un mensaje. Esto es primordial si queremos entender el futuro de la
música y poder adaptarnos a los cambios que traerá el tiempo. La música es
libre y siempre lo será; lo que será diferente es la forma de distribuirla.
A lo largo de la historia la forma de distribuir la
música ha cambiado drásticamente. Antes de poder grabarla era necesario que el
artista estuviera presente para poder interpretarla en vivo. Luego se empezaron
a hacer las primeras grabaciones y ahora es posible escuchar música sin tener
al artista en el mismo lugar.
La forma de distribuir esta música grabada fue
cambiando hasta que, en 1999, Shawn Fanning desarrollara un programa para
compartir música entre sus compañeros de la universidad. Esta idea creció hasta
convertirse en una amenaza para las empresas discográficas. Y es que así fue
como nació la forma más sencilla de compartir música, por medio de Internet.
El estudio "Abbey Road" |
En la actualidad
hay empresas que ya aceptaron esta situación y están invirtiendo tiempo, dinero
y personal en crear estos “teletransportadores” que lleven la música del
artista al público de una manera más efectiva en estas condiciones.
Por un lado, están las herramientas de Internet que permiten desde la reproducción, y promoción de música hasta la recaudación de fondos para poder crear nuevas grabaciones. Estos negocios sobreviven de cuotas que le cobran a los usuarios, pero más que nada de la publicidad y los patrocinios de marcas.
Otra estrategia para el futuro de esta industria es el uso de lo gratis, como comenta Anderson. La música grabada debe convertirse en un instrumento de promoción para crear una base de aficionados que atraiga a multitudes a eventos y conciertos donde se pueda ganar dinero de la venta de boletos y mercancía y de los patrocinios.
Una última estrategia que considero que será importante en el futuro de la industria musical es el apoyo de los fans a los propios artistas. Es lógico que si queremos seguir escuchando música de determinado artista debemos ayudarlo y apoyarlo para que pueda seguir en este negocio. Ya se han hecho intentos muy exitosos donde se apliquen estas estrategias. Por ejemplo, Radiohead hizo el experimento de sacar un disco que estuviera disponible con la dinámica “ponga usted mismo el precio” donde los fans pagaban lo que quisieran por el material. Hubo gente que no pago nada, pero también hubo gente que llegó a pagar $20 dólares, lo que llevo a un promedio de $6 dólares por disco. Este álbum se convirtió en el más exitoso comercialmente de la banda y atrajo a muchísima gente a los conciertos, lo que demuestra que estas estrategias sí funcionan.
De
todo esto tiene que darse cuenta la industria musical y no temerle al cambio si
es que quiere seguir de pie. No todo está perdido, pero hay que actuar
inteligentemente, de manera eficiente y eficaz. Me gustaría terminar con una
frase de John F. Kennedy: “El cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire
al pasado o al presente, se perderá el futuro.”
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