El viernes pasado en el Centro Nacional de las Artes (CENART) se llevó a cabo la conferencia, que cerró el ciclo del Seminario “Nuevas Directrices del Periodismo Cultural”, a cargo de Juan Villoro (ponente), Ricardo Cayuela (moderador) y Jesús Silva-Herzog Márquez (comentarista).
En este sentido hizo énfasis en la importancia del buen uso del lenguaje, que en todo caso funge como la representación de aquello que queremos informar, sin romper el necesario vínculo con la verdad, base del periodismo. Dos son las formas de lograr la mezcla perfecta: la tiranía y la narrativa. La primera para no alterar los hechos, la segunda para contar algo de forma que nadie lo haya hecho.
Ni más, parecía que la voz de Villoro era el sonido del “tumarit” y nosotros las cobras encantadas, ávidas de seguir escuchando. Las palabras parecían inagotables y asimismo la variedad de temas que podía estructurar con ellas; una hora de lectura y los smartphones no eran los protagonistas.
Se abrió paso a la participación de Cayuela y Silva-Herzog quienes brindaron a su vez elementos para complementar los Itinerarios.
Claro, la tecnología no podía faltar. Citada como amiga y a su vez como uno de los grandes desafíos que enfrenta el periodismo en estos días. Y que quede claro que las redes sociales no fueron señaladas como las responsables. Sin embargo, se advirtió un disyuntiva: reflexión y calidad vs. instantaneidad.
Si bien se refleja con mucha fuerza en el periodismo, la anterior desafía también a otros campos profesionales, escolares e incluso personales.
En el mismo marco, los portales electrónicos, espacios que permiten la existencia pública de textos de n número de personas, pero que también han provocado la falta de responsabilidad de los mismos; la cultura del anonimato. Y una mención más, “si todos decimos, quién escucha”.
El tiempo otorgado para preguntas del público (en el auditorio y de las redes sociales) fue del mismo modo fuente de valiosos elementos. A decir de Villoro, una de cuestiones fundamentales para el periodismo es la documentación y observación sobre el tema que se esté trabajando, y que con esa base, se realicen preguntas pertinentes. No hacerlas sólo en un marco genérico, que igual puede sólo proveer respuestas laxas, sino profundizar, para que mediante los detalles se logre un texto más sustancial, pues en los pequeños detalles a veces se encuentra lo que más vale la pena ser contado. No es en el total de la pintura, quizá “detrás del verde hay una historia”.
Fueron relatores magistrales, ideas ilimitadas pero minutos contados. Entre Cayuela, Villoro y Silva-Herzog un –retrato del periodismo- fue construido durante las más de dos horas que duró la conferencia. En el lapso, la visión sobre el paradigma periodístico fue abierto, modelado, y ofrecido como la herramienta que es: relatora de la verdad.
El periodismo es en definitiva una de las profesiones más nobles de acuerdo a su naturaleza, por ello es fundamental que se genere nuevo conocimiento en orden de enfrentar los desafíos que se presentan.
ResponderBorrarComo bien dice Villoro, todo periodismo bien escrito es cultural, y en ese sentido, en particular en México, es importante que no se permita apagar las voces ante la situación que se vive, claro de forma responsable.