Por: Fernanda Bello / Practicum 1
El eterno dilema de las pelÃculas
basadas en productos previos es, y será siempre, la dificultad de mantener el delicado
equilibrio entre brindar un homenaje que conserve la esencia y lo icónico del
material original, mientras se aporta la cantidad exacta de novedad que permita que la audiencia no se eche, simplemente, un refrito más. A esta
delicada tarea se enfrenta Los Locos Addams (2019), cinta animada que
llega a cartelera en la temporada spooky de este año.
Como bien sabrán los seguidores de esta excéntrica
familia, Los Locos Addams hicieron su debut en 1938, cuando las tiras cómicas
del caricaturista estadounidense Charles Addams llegaron a las páginas del periódico
The New Yorker. Tal fue su impacto, que los Addams tuvieron infinidad de
adaptaciones a diferentes productos comunicativos, siendo la serie de televisión
del mismo nombre, transmitida de 1964-1966, y con las actuaciones de Carolyn
Jones, John Astin y Jackie Coogan, la versión más popular.
En esta nueva re-imaginación animada de
la historia, todos los Addams, tanto el núcleo familiar, como los parientes más
distantes, se reunirán para presenciar el rito de pasaje de Pericles de la
niñez a la edad adulta. Sus padres, Morticia y Homero, deberán de enfrentarse a
este gran paso, asà como a la creciente rebeldÃa de Merlina, su hija mayor,
quien, tras encontrarse con el mudo fuera de la mansión (del que siempre ha
vivido separada), y tras convivir con Parker Needler, su nueva compañera y
amiga, empieza a sentir inquietud acerca de su identidad, su libertad y la
sobreprotección de su madre. Por si esto fuera poco, nuestros personajes tendrán que lidiar -de la
mano de Largo, Dedos y el tÃo Lucas- con la incómoda, exasperante e intolerante
remodeladora de casas, Margaux Needler.
Lo positivo, la cinta conserva de manera
adecuada los rasgos generales de los personajes y el humor satÃrico que tanto ha
encantado al público a lo largo de los años, al tiempo en el que le da su
momento de brillar al famoso tema musical de los Addams. Además, el hecho de
que esta entrega sea animada, permite que veamos en pantalla situaciones
extremas y divertidas que no era posible observar en sus versiones live
action de antaño. Por último, el largometraje esconde interesantes y
divertidos guiños a distintas pelÃculas de terror, y una interesante crÃtica
social a la maleabilidad de las masas en las redes sociales.
El problema es, más que nada, que los personajes
han sido sometidos a tantas adaptaciones, que las distintas generaciones se han
ido enamorando de aquella que les tocó a cada una, por lo que, a pesar de su
casi hora y media de duración, nos resulta muy difÃcil conectar con la familia
y sentir sus emociones a la par. Para los que conocen y aprecian otra
interpretación de los protagonistas de esta historia, hay algo, ese famoso je ne sais quoi
(no se qué), que hace que el filme no termine de cuajar para los espectadores jóvenes
y adultos.
La pelÃcula parece tener, entonces, el
propósito de atrapar a las nuevas generaciones, presentarles a estos clásicos
personajes y acercarlos a sus aventuras.
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