África a través de ojos chilangos

Una egresada de la Anáhuac haciendo cine en Nigeria

Por: Laura Gómez Aurioles

Licenciada en Comunicación UA

         Cuando le dices a la gente que vas a dirigir una película en África, lo primero que piensan es que harás un documental con elefantes, leones y negros en taparrabo. Créanme, he vivido en Nigeria por más de cuatro meses y ni un solo león obstruyendo el camino hasta ahora. ¡Ni siquiera en la reserva ecológica vi uno! Tuve suerte de ver un par de changos…

Y… ¿cómo llegué aquí? La vida está llena de coincidencias y fue gracias a una pregunta en una conferencia sobre Aiesec, una organización que busca el liderazgo de jóvenes y se dedica a hacer intercambios profesionales en el extranjero, que hice el contacto con Jumoke Olatunde, una cristiana amante del cine que estaba en búsqueda de un director extranjero a través de esta asociación. 

Llegué a Lagos el 11 de enero, después de haber pasado una noche en Ghana pues mi avión no pudo aterrizar en Nigeria, debido a la huelga que había porque el gobierno había quitado el subsidio del petróleo (que elevaba su precio al doble).

Creo que podrían entender la situación si se figuran algo parecido a que se privatice el petróleo en México, así de fuerte fue el conflicto aquí. Nadie iba a trabajar, había revueltas y los precios de la mayoría de las cosas se elevaron. Jumoke insistía en que regresará a México y no tomara el avión que partía de Accra a Lagos, temía que estallara una guerra civil.

Audaz o estúpidamente tomé ese avión. No había volado 11 mil kilómetros para regresar. Asimismo, conocí a un importante banquero en la espera del vuelo que me dijo que ese tipo de situaciones ya se habían dado y que en cuestión de días el gobierno regresaría el subsidio (de hecho, así fue). Se ofreció a llevarme hasta mi nuevo hogar personalmente y cuidar de mí. Después de encomendarme a Dios y evaluar mi circunstancia, le tomé la palabra y finalmente llegué sana a mi destino final.

Lo que parecía una quimera loca e improbable se hizo realidad y me encuentro terminando el guión de mi opera prima, por el momento titulada “The Blessed”, en donde un hábil contador pierde la fe en Dios días después de ser elegido pastor de su aldea; mientras comienza una relación amorosa con una abogada atea y corrupta. 

Detrás de esta historia hay meses de trabajo y de investigación periodística, necesaria tanto para la escritura como para la dirección. Kunle, que es el pastor y protagonista, ha sido conformado por lo que he visto, leído y vivido en Lagos, la ciudad más poblada de Nigeria y la segunda con más crecimiento en África y séptima en el mundo.

Aquí he asistido a cuatro iglesias cristianas diferentes y, siendo católica, he aprendido a valorar la espiritualidad Nigeriana, que en gran parte ya ha sustituido la brujería, el politeísmo y el vudú por una fe ferviente en Cristo. Digo “sustituir” porque muchas veces la gente reza de una manera tan intensa que parece que están haciendo conjuros mágicos. También he leído un par de libros de pastores nigerianos que hablan sobre el poder de la oración y cómo rezar contra “malos” espíritus.

La fe en Cristo se ha convertido en un escudo contra la gente que aún hace brujería y también una manera de dar sentido a la vida de tantas personas pobres que viven en las zonas poco favorecidas.

Un mercado

Volviendo un poco a mi experiencia, es justo en zonas marginadas en donde se hace más evidente el trato especial que tienen los africanos hacia los blancos. Cuando he ido a los mercados o a colonias marginadas, la gente me saluda emocionada y me grita “oyimbo” que significa “persona blanca” en Yoruba, uno de los principales dialectos de la zona. En Nigeria se habla inglés, pues fue colonia británica, no obstante, la mayoría de la gente también habla el dialecto de su tribu.

Lagos tiene sus similitudes con México, pero maximizadas. ¿A qué me refiero? Déjenme darles algunos detalles:

• La gente no puede comer sin chile, pero en serio cocinan con tanto chile que a veces me es imposible comer o ¡me lloran los ojos!
• El tráfico es el pan de cada día, lo sabemos, pero aquí llegas a echarte trayectos de más de dos horas en donde normalmente haces menos de 10 minutos.
• Encuentras vendedores ambulantes en el tránsito, solo que no se limitan a refrescos o chicles; te venden verduras, películas, juegos de mesa, relojes, accesorios del celular, cuadros, palomitas… En verdad, son multitudes de personas vendiendo y comprando entre los carros.
• Hay mucha corrupción en el gobierno, pero no como en México que luego inflan el presupuesto para construir un puente; aquí lo inflan y ¡ni siquiera lo construyen!
• Hay una mezcla de gran tradición antigua contrastada con la invasión del mundo occidental. Un ejemplo es que llevan a cabo dos tipos de ceremonias al casarse: la tradicional por la tribu y la boda de blanco en la Iglesia, además de la boda por el civil, claro está. Por su puesto que aquí aún quedan muchos más rasgos culturales vivos que en México, los 150 años que llevamos de ventaja en obtener nuestra independencia han hecho lo suyo. Además de que el proceso de colonización británica fue diferente al que vivimos nosotros respecto a los españoles.

Los vendedores ambulantes

La insalubridad

De esta manera, paso a paso, he descubierto las formas de esta cultura e ido incorporándolas a mi guión y a la historia de Kunle y los personajes que lo rodean. La trama se sitúa principalmente en una aldea, aunque también tiene escenas que ocurren en Lagos.

Subir a ese avión hace unos meses fue una decisión que probablemente no cualquiera hubiera tomado, aún recuerdo que un americano llamó en Ghana a su agente para que le programara el primer vuelo de vuelta a Estados Unidos. Me da gusto no haber hecho lo mismo, porque ahora estoy a unos meses de decir “¡acción!” y hacer de este sueño una película. 

¡Hasta la próxima!

El rodaje es en agosto, ya que es cuando las lluvias nos permiten filmar sin preocupaciones. ¡Deséenme suerte y pronto les escribiré más sobre la producción y todo el proceso del rodaje! 

¿Sabes qué es Nollywood?

Es la segunda industria de cine más grande en el mundo, después de Bollywood, en la India, con un tiraje de más de mil 200 películas al año.

No obstante, la mayoría de las entregas se realizan en formato digital y con un bajo presupuesto, siendo rodadas en una o dos semanas. Son pocas las cintas realizadas con presupuestos elevados y cumpliendo con estándares de occidente o hollywoodenses.

Pese a la falta de calidad en el cine, existe un fenómeno muy curioso: la gente consume su cine y lo disfruta, incluso encima del americano. Tampoco se venden películas pirata nigerianas, únicamente aquellas que fueron directamente hechas para DVD. 

¿Quieres saber más sobre la vida y el cine en África? ¡Dale un vistazo al blog de Laura! http://charraurioles.blogspot.com/