"Botero: una celebración"

Por Amaya Álvarez Campistro

Alumna de la Facultad de Comunicación. 

Estos días de asueto, se pudieron observar grandes colas afuera del Palacio de Bellas Artes, el motivo es la exposición de Fernando Botero. Cientos de personas hicieron cola para poder entrar a ver estas rotondas figuras conocidas en todo el mundo y originales del artista colombiano. Pintura, escultura, llenan el espacio del Museo y son admiradas y criticadas.

Para algunos, las caras de sus pinturas no cambian, poseen una actitud similar, parecida. Lo que cambia es la temática.

El colombiano regresa a México, para inaugurar en el Museo del Palacio de Bellas Artes la retrospectiva más grande que jamás se ha hecho sobre su trabajo con motivo de sus 80 años de vida.

La exposición contiene unas 180 obras, de las cuales la mayoría son cuadros al óleo, pero también hay 11 esculturas de pequeño formato y una sala entera dedicada a los dibujos en técnica mixta y cinco esculturas. 



Lina y Fernando Botero



Gran parte de las piezas exhibidas, provienen de la colección de Botero. El resto procede de colecciones privadas y de la Universidad de Berkeley.

"Para Botero, los artistas mexicanos fueron los primeros en darle dignidad e importancia al tema de América Latina. Era válido retratar sus orígenes y él recuperó esta idea y desde entonces se convirtió en su lenguaje", dijo Lina Botero, hija del escultor.

 "La Sala Nacional está dedicada a la producción más importante a lo largo de su vida, que son aquellos cuadros que reflejan la Colombia de su infancia, de sus recuerdos porque él nunca ha trabajado a partir de la realidad" dijo Lina.



El terror de Abu Gharib



Importante parte de esta exposición, es la obra dedicada a denunciar los excesos y las atrocidades cometidos por soldados de los Estados Unidos en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, y que prestó la Universidad de Berkeley. Unos 15 oleos en una sala particular de esta muestra.

La exposición además contiene naturalezas muerta y pinturas dedicadas a las corrida de toros, un constante en la obra de Botero, así como a los artistas que han influido su trabajo cómo: Piero della Francesca, Pablo Ucello, Rubens y Velázquez, entre otros.

Lina Botero dice que la riqueza de un artista es la fusión de influencias que pueda tener a lo largo de la vida, y que lo inteligente, cuando uno está en proceso de formación, es abrirse a todas esas influencias, saberlas asimilar y saberlas superar también. Lo importante es aprender de los grandes maestros para después hacer una obra propia".

La hija del artista colombiano, muy cotizado en el mercado de arte, concluye: "Ha sido una experiencia extraordinaria y he sentido que ha fluido naturalmente porque llevo años trabajando con mi padre, años compenetrándome no sólo a nivel personal, sino sobre todo a nivel profesional. Sé qué es importante para él y cómo le gustaría ver colgada su exposición. Es el fruto de una relación de toda una vida".

“Botero, una celebración” estará en el Museo del Palacio de las Bellas Artes hasta el mes de junio. La larga fila es para adquirir boletos de entrada que cuestan 43 pesos. Maestros y estudiantes no pagan boleto.