Por Jessica Montalvo
Alumna de la Facultad de Comunicación
Madrid, España.- La Jornada Mundial de la Juventud que se llevó al cabo en Madrid del 18 al 22 de agosto pasados, fue para muchos de los jóvenes que asistimos la experiencia de nuestras vidas.
Desde el jueves, que llegó el Santo Padre e hizo su entrada por la Puerta de Alcalá, ya se respiraba en el ambiente una emoción inexplicable por ver lo que sucederÃa en los dÃas siguientes. Todos querÃamos aprovechar cada momento para dejar grabado en la mente y el corazón, el mensaje de esperanza que llevábamos ese millón de jóvenes asistentes.
Las actividades de Benedicto XVI tuvieron un justo balance, su tiempo lo destinaba tanto a reuniones con funcionarios y representantes polÃticos, como a pasar tiempo con “la juventud del Papa”, que fieles a nuestra fe, permanecÃamos largas horas en los distintos sitios por donde sabÃamos que pasarÃa el papamóvil, con la única ilusión de recibir su bendición a lo lejos. Todos los discursos que pronunció en las diversas plazas y foros, tuvieron mensajes muy claros.
El Papa denunció problemas que la Iglesia considera que son relevantes. Perseveró en su invitación constante a ser jóvenes que comparten la alegrÃa de la esperanza y agentes que promuevan la vivencia de la fe.
Las calles de Madrid se llenaron con los vivos amarillos, rojos y verdes que la imagen de la jornada habÃa adoptado como colores oficiales. Por todas partes sonaban las porras y cánticos desde muy temprano hasta entrada la madrugada. La imagen del “peregrino” seguro quedará grabada en las mentes de los madrileños, que nos vieron saturar las avenidas, llenar el metro a toda hora y que escucharon declarar con voz fuerte que la “juventud del Papa” vive “Arraigada en Cristo. Firme en la Fe”.
Las actividades masivas, en las que nos concentrábamos como multitud eran las más emotivas. La bienvenida en Plaza Cibeles y la velada en el aeródromo Cuatro Vientos, fueron experiencias impactantes. La primera vez que apareció el Santo Padre cruzando la Puerta de Alcalá, se extendÃa la emoción por dar inicio, mientras que en la Velada de oración se vislumbraba la clausura de la jornada. Los diez minutos de silencio que se generaron en los kilómetros cuadrados de Cuatro Vientos, fueron impactantes.
Con la misma fuerza con la que los jóvenes cantábamos, supimos hacer silencio y orar por el resto de las personas de todo el mundo, pero que mediante nuestra presencia estaban siendo representados.
La Jornada Mundial de la Juventud 2011 fue un cúmulo de emociones, aventuras, conexiones de juventud y buenas experiencias. Las imágenes de las corrientes de personas que abarrotaron la ciudad de Madrid fueron una prueba de que aún se encuentra juventud que busca vivir de acuerdo a la unidad propuesta por la Iglesia Católica y siguiendo a la cabeza que la dirige, el Santo Padre Benedicto XVI. La promesa de continuar este festejo de fe, se encontrará satisfecha en Brasil 2013.
Quisiera también agradecer al comité organizador, que hizo grandes esfuerzos por que la organización del evento que contemplo una logÃstica magnifica para la distribución de hospedaje, comida, material impreso y actividades culturales para que cada uno de los peregrinos tuviéramos una experiencia muy enriquecedora durante esos 4 dÃas de estancia en la bella ciudad de Madrid.
Jessica, muy buen artÃculo. Nos trasladas a Madrid con la emoción que sentiste al participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud. ¡Felicidades!
ResponderBorrarSe me hace muy bueno el articulo y ver como estuvo el evento para que en el futuro te animes a ir!! que padre!!!
ResponderBorrarMuy buena la noticia! es bueno saber que muchos jovenes todavia se itneresan por otras personas y que siguen creyendo en los milagros.
ResponderBorrarMe da mucho gusto saber que apesar de las diferencias de muchos paises puede haber unidad y sesigualdad en este aspecto.
Me da gusto que los jovenes sigamos creyendo en la iglesia.
ResponderBorrarMuy buena notica clara y con buen sabor de boca.