Por: Fernanda Bello / Practicum 1
Hace tiempo que el cine abrió sus puertas para recibir como actores a los luchadores provenientes de la WWE. Lo vimos desde 1991, con Hulk Hogan, y lo vemos actualmente con luchadores como Dawyne Johnson “The Rock” o John Cena. Es, precisamente, este último luchador el que protagoniza la película familiar más reciente de Nickelodeon: Jugando con Fuego (2019).
En esta cinta dirigida por Andy Fickman, quien también es director de Una Chica en apuros (2006), Entrenando a papá (2007) y La montaña embrujada (2009), conocemos a un grupo de bomberos paracaidistas que descienden valientemente desde el cielo para controlar incendios y rescatar a sus víctimas. El equipo está conformado de manera peculiar. Su líder, el superintendente Jake Carson (Cena), es un hombre serio, cuadrado y distante. Mark (Keegan-Michael Key), su segundo al mando, tiene toda la energía del mundo, siempre está en todas partes, listo para cualquier cosa y con una gran empatía y cómica sensibilidad. Rodrigo (John Leguizamo) es, honestamente, un poco miedoso para su profesión, mientras que “Hacha” (Tyler Mane) es completamente intimidante y, al parecer, poco accesible. La vida y la dinámica de este equipo élite se voltea patas para arriba cuando, debido a una ley de asilo, tienen que recibir en su estación y cuidar a tres niños que rescataron en un incendio forestal: Brynn (Brianna Hildebrand), Will (Christian Convery) y Zoey (Finley Rose Slater).
Debido al director y al argumento de esta entrega, es irremediable compararla inmediatamente con Entrenando a papá, sin embargo, Jugando con Fuego tiene ciertos elementos que la diferencian de ésta y que la hacen funcionar un poco mejor que aquella protagonizada por la Roca.
Por un lado, esta película le da un tiempo más equilibrado a todos sus personajes principales. Esto, nos permite conocer mejor a todos, divertirnos con sus tropiezos, gozar de las diferencias entre sus personalidades y disfrutar las distintas y numerosas interacciones en pantalla. Por el otro lado, Carson nunca es arrogante o egocéntrico y esto, sumado a la interpretación carismática de Cena, nos permite, conectar mejor con el líder del escuadrón, comprender las razones de su estricta personalidad y mantenernos a la expectativa de su desarrollo como personaje. Finalmente, el hechos de que sean tres niños, en lugar de una sola, es un factor que juega totalmente a su favor.
El largometraje familiar cumple con su objetivo de divertir con un buen sentido del humor y respeta a su target y audiencia haciéndolo de manera blanca. Por eso, la película es apta para los que acudan en familia con sus pequeños, o para todos los que disfruten de este tipo de entretenimiento. La posibilidad de pasar un buen rato entre risas está abierta, y es buena.
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