Por: Carlos Sagaón Ruiz
La lucha libre es una de las joyas culturales más
importantes de nuestro país. La combinación entre deporte y espectáculo ha
dejado la remembranza de leyendas trascendentes, como lo fue el Santo o Blue
Demon. Uno de los mayores atractivos de esta actividad es el impacto que tienen
los personajes en las familias mexicanas. Algunos definen que la lucha libre
mexicana, a través de las máscaras, permite reconocer superhéroes de carne y
hueso. No obstante, el mercado de este deporte es tan versátil que se ha abierto
la puerta a atletas sin máscara, que destacan por su carisma, su fuerte
personalidad o algún otro aditamento. Bajo este criterio, uno de los más
icónicos del mercado luchístico mexicano es Cibernético, un luchador
importantísimo y por demás, polémico.
Nacido bajo el nombre de Octavio López Arriola,
destacó desde niño por su afición a Canek, uno de los luchadores enmascarados
más emblemáticos de las últimas décadas. Contaba en una serie de entrevistas
que su papá lo llevaba al Toreo de Cuatro Caminos, hoy extinto, a ver las
peleas estelares de los primeros años del Consejo Mundial de Lucha Libre,
premio a su vertiginoso ascenso. En la entrevista realizada a este personaje,
mencionó: “Mi mayor inspiración para entrar a este deporte fue una promesa que
le hice a mi padre: Algún día seré tan grande como Canek”. Bastaron un par de
años para conseguir cumplir esa promesa. De acuerdo a un artículo del sitio
“Superluchas”, Cibernético debutó en 1994 junto a su ídolo, Canek.
Comenzó su carrera bajo el nombre de Espíritu Negro,
pero fue un personaje que no despegó de la manera que ellos esperaban.
Cibernético declaró en la entrevista realizada que quería cambiarse el nombre a
Cyborg, basado en la película de Terminator, pero la Comisión de Box y Lucha no
permitía los nombres en inglés. No obstante, de acuerdo al reglamento
gubernamental de boxeo y lucha libre, hoy en día ya es posible adoptar un
seudónimo anglo. En consecuencia, adoptó el nombre de Cibernético, destacando
con este personaje en la empresa Triple A como uno de los rudos más rebeldes,
originales y controversiales de la cartelera.
Después de varios años de irreverencia, desobediencia
a las normas y poner desorden en las filas de la lucha libre mexicana, llegó el
momento de la lucha que marcaría el destino de Cibernético y daría,
sorprendentemente, el despunte de su popularidad. En una apuesta de máscaras
contra La Parka, el también conocido como el “Main Man” de la lucha libre,
perdió su cubierta, haciendo pensar a los espectadores que sería el fin de una
carrera tan sobresaliente. Como señala el artículo “El riesgo de perder la
máscara” de Milenio Noticias, muchos luchadores le otorgan a la máscara todo el
interés y la importancia de su personaje. Al perderla, el público ya no se
identifica y se vienen abajo, siendo Cibernético una de las pocas pero
relevantes excepciones. Este dicho fue reforzado por el propio luchador, quien
menciona que “Hay luchadores que les quitas la máscara y ya están derrotados,
ya no tienen más que dar. Yo sí tenía más que dar. De ahí exploté mi
personalidad y a la gente le gustó”.
Dentro de la empresa Triple A, Cibernético creó varias
agrupaciones de luchadores, a los que ayudó a destacar dentro de las filas de
la Tres Veces Estelar a nivel personal, pero también como agrupación, esto
reforzó su personalidad ambivalente en el ring y fuera de este, una vez perdida
la máscara. El primero de ellos y el más conocido fueron “Los Vipers”,
agrupación que, de acuerdo a LuchaWiki, surgieron en 1997 como un novedoso
concepto de rudos, cuya vestimenta y comportamiento luchístico llamaron la
atención de los espectadores. Aunque la Triple A intentó retomar este concepto
en múltiples ocasiones, nunca volvió a tener el impacto que tuvo bajo la
dirección del “Main Man”. Cibernético destaca que otras de las facciones
destacadas en esta empresa fueron “La Secta”, los “Hell Brothers” y otros,
haciendo de Cibernético un luchador imprescindible para acaparar atención de
los medios de comunicación y del público hacia la empresa.
Dentro de esta misma empresa, Cibernético ganó
múltiples campeonatos que lo reconocieron como una figura estelar y de los
exponentes más renombrados de este deporte. El propio luchador citó en la
entrevista un total de 16 campeonatos de peso completo a lo largo de su carrera,
destacando el “Megacampeonato AAA”, la presea más emblemática de la empresa a
la que perteneció por muchos años. Incluso, el sitio oficial de la Triple A aún
mantiene un artículo en su nombre, titulado “Megacampeonato: Reinado de
Cibernético”, donde lo señalan como el segundo luchador que se hizo acreedor al
cinturón, tras derrotar a El Mesías. Fue uno de los reinados más largos como
campeón. De hecho, nunca fue derrotado por otro luchador que intentara hacerse
del campeonato, sino que renunció a él tras un breve primer distanciamiento de
la empresa, por conflictos internos.
Tras unos meses en el campo independiente, Cibernético
regresó a lo que serían sus últimos años dentro de la empresa a la que
perteneció por muchos años, hasta el año 2016, cuando la compañía luchística
comenzó a tener problemas con varios de los luchadores de su cartelera, mismos
que señalaron que Triple A les quitaba los nombres y los personajes por tema de
derechos de autor, quitándoles toda oportunidad de reconocimiento cuando sus edades
ya no fueran las apropiadas para seguir en los cuadriláteros. En resumen,
querían inmortalizar a los personajes y no a los luchadores. Cibernético no
estuvo de acuerdo y, por diferencias irreconciliables, abandonó la empresa
definitivamente, provocando una controversia sin precedentes en la Triple A, de
la que todavía no se han podido independizar.
Los siguientes meses en la carrera de Cibernético se
dedicaron a los medios de comunicación y programas de espectáculos. En el
ámbito luchístico, se incorporó a Lucha Élite, una de las ligas de luchadores
independientes del Consejo Mundial de Lucha Libre. Aunque no podemos decir que
su popularidad era igual a cuando pertenecía a una empresa consolidada de Lucha
Libre, si logró acrecentar la popularidad de la liga independiente, captando la
atención de los espectadores.
Los retos en la carrera de Cibernético no terminaron
ahí. Dada su inconformidad con la manera de trabajar de las empresas actuales y
de la poca popularidad de las ligas independientes, decidió crear un concepto
nunca antes visto en la lucha libre mexicana. Se alió con otros luchadores y
crearon una agrupación, conocida como el “Klan Kaos”. La diferencia entre esta
agrupación, con respecto a las anteriores, es que los luchadores son los dueños
y tienen el registro de la agrupación, no se creó dentro del marco de ninguna
empresa. Estamos hablando que, por primera vez en el mundo luchístico, una
agrupación puede viajar libremente por todas las empresas de lucha y en el
mundo independiente, por lo que se espera que su relevancia, impacto y
trascendencia sean mayores.
Cibernético se ha caracterizado por ser uno de los
luchadores más creativos, polémicos, llamativos y originales de la lucha libre.
Es impresionante que, a pesar de mantener una imagen ruda y poderosa, se ha
ganado el carisma de la gente, consolidándose como uno de los más queridos y
recordados de este deporte. Aunque la edad y la trayectoria sugieren un retiro
inminente que cada vez se antoja más próximo, hay algo que no cabe duda. Cibernético
es un hombre que marca tendencia en el mundo luchístico. Podemos decir, sin
lugar a dudas, que es un personaje que aún tiene mucho que dar.
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