Por: Sofia D. Pineda
Practicum 2
Morir es volverse un recuerdo... un recuerdo que en México se celebra con una fiesta terrenal presente entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, en donde los panes de muerto, las flores de Cempasúchil y el papel picado no puede faltar en cualquier altar, panteón y casa mexicana.
Origen
Esta tradición nos ha acompañado durante muchos años y la UNESCO la nombró como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a partir de 2008. Sus orígenes se remontan al mundo prehispánico , ya que en ese periodo las etnias mesoamericanas rendían culto a la muerte, principalmente los mexicas quienes creían en el Mictlán "lugar de los muertos".
A partir de la llegada de los europeos los rituales prehispánicos en donde veneraban al muerto por 4 días sufrieron un proceso de aculturación. La fiesta del dios del inframundo se unió junto con la celebración de los difuntos y se reinventó el proceso hasta ser concebido como lo conocemos ahora.
¿Qué se debe poner en una ofrenda?
Y claro algo que no debe faltar en toda escuela y como tradición son las calaveritas literarias, en donde de forma sátira se recuerda a la muerte y se ríe de la misma.
Sin lugar a duda la tradición de día de muertos es algo que no podemos pasar desapercibido y que nos hace ver a la muerte de forma muy distinta.
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