Por Ana Silveyra
La obra del pintor belga René Magritte, se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México desde el mes de marzo hasta su clausura, el 11 de julio. La muestra cuenta con más de 150 piezas acomodadas en tres salas.
La exposición, bajo el nombre “El Mundo Invisible de René Magritte”, es un logro entre el Museo Magritte de Bélgica, la Fundación Magritte, el Museo Rufino Tamayo de México y coleccionistas de Europa. La última vez que una muestra del artista se presentó en nuestro país, fue hace 36 años, en 1974. Funge como parte de los festejos del Bicentenario de nuestro país, aunque parezca que no tiene mucho que ver con México.
“Lo que veremos en esta muestra es al mundo rindiendo homenaje a un artista, cuya obra se presenta en una nación que celebra su Independencia”, comentó Roxana Velásquez, directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, en una entrevista.
En la muestra se hace un recorrido a lo largo de la carrera del artista belga, somos testigos de su búsqueda de identidad como pintor, su estilo, sus incursiones en diversos movimientos artísticos como el cubismo, futurismo, y finalmente, el surrealismo. También se puede apreciar su “vagabundeo” por la publicidad, en la cual trabajó a pesar de que se sabe que la detestaba.
Aunque fue pintor surrealista, a Magritte se le distingue por no plasmar lo onírico -como Dalí- si no una versión alterada de la realidad, ya sea la gravedad, sacar de contexto algún objeto, o dar nombres que poco o nada tienen que ver con la pintura, pero siempre dentro de la cotidianidad.
El trabajo de Magritte se presta mucho para la interpretación semiótica (aunque al pintor rechazaba que se hicieran interpretaciones de su obra), ya que juega con la relación entre significado y significante, donde el nombre de un objeto no es necesariamente la imagen mental del mismo, pues una palabra puede significar varias cosas, dependiendo su contexto. Sobre este tema Magritte escribió un libro titulado “Les mots et les images”, un extracto puede verse en su idioma original en la exhibición.
Hay ciertos símbolos que pueden considerarse usuales en la obra de Magritte como: las pipas, los cascabeles y hombres con sombrero de bombín. Como también son usuales ciertos temas como: la burguesía, la pérdida de identidad (retratada como hombres sin rostro), el fenómeno de masas (donde todos somos la misma cosa), lo genérico, el juego entre lo visible y lo invisible, los contrastes. Magritte intentaba tergiversar conceptos para así, lograr la liberación del pensamiento.
Su obra invita a la reflexión y a la interpretación, que aunque no sea acertada, es más que disfrutable. Son 150 obras fuera de lo cotidiano; ver un Magritte en persona es una experiencia ineludible.
No te lo pierdas, “El Mundo Invisible de René Magritte” se exhibe en el Museo del Palacio de las Bellas Artes hasta julio de este año.
No te lo pierdas, “El Mundo Invisible de René Magritte” se exhibe en el Museo del Palacio de las Bellas Artes hasta julio de este año.
La mejor reseña que leí, mejor que El Universal!!! yeiiii!!! viva COMA!!!!
ResponderBorrarPara mi punto de vista es toda una experiencia personal, porque tu tienes el poder de interpretar la obra como tu quieras, eso es algo que me encanta de la pintura. No tenía el placer de conocer sus obras, pero me parecen fenomenales.
ResponderBorrarSiento que las personas que pueden lograr algo fuera de lo cotidiado, convierte todo en algo mágico, va más lejos de lo que ves todos los dás, algo así como un misterio. Adriana Ibarra Velasco Siles.
Aunque, en lo personal, prefiero el surrealismo abstracto de Miró o Tanguy, sin embargo, Magritte es uno de los grandes exponentes de esta corriente vanguardista. Cierto, la obra de este autor nos invita a la interpretación, pero también nos lleva a realizar una profunda introspección en los profundos e insolitos recovecos de la mente humana.
ResponderBorrarFercho