Por Ana Silveyra:
En las salas temporales del Museo Franz Meyer están instaladas dos exposiciones que poco tienen que ver una con la otra y que tampoco tienen mucho que presumir. La exhibición de “Los Cisnes Salvajes” consta de los vestuarios empleados en la pelÃcula del cuento de Hans Christian Andersen que fue llevada al cine por la propia Reina de Dinamarca Margaret II, quien no sólo la produce, sino la dirige.
En las salas temporales del Museo Franz Meyer están instaladas dos exposiciones que poco tienen que ver una con la otra y que tampoco tienen mucho que presumir. La exhibición de “Los Cisnes Salvajes” consta de los vestuarios empleados en la pelÃcula del cuento de Hans Christian Andersen que fue llevada al cine por la propia Reina de Dinamarca Margaret II, quien no sólo la produce, sino la dirige.
Acompañando los vestuarios hay fotos de los actores y un video de cómo se hizo la cinta. Fue filmada en pantalla verde en donde con el efecto de incrustación, recorta a los actores y les superimpone un “decoulage” que diseñó la Reina, es una especie de collage de fotografÃas. El proyecto se siente más bien como un capricho de la Soberana y del sentido de nacionalismo y orgullo que tanto produce Hans Christian Andersen a los daneses, pero una obra de arte, no es.
En el segundo piso, la exhibición llamada “Yo siempre vivo, yo nunca muero. Arte textil contemporáneo” muestra textiles mexicanos empleados de manera moderna, sin mucho uso actual, más bien creando obras de arte. El proyecto pedÃa que los textiles fueran de Oaxaca o inspirados en el estado. Y como resultado, varios artistas de México y de otros paÃses hicieron obras con los telares tradicionales.
La curadora de la exposición, Adriana Lenitas, comenta que “ésta es la primera exposición de arte textil en México después de años en silencio”. Y con ella pretende hacer conciencia sobre la relevancia de los textiles y sus usos. La exposición está compuesta por 23 obras; manteles, faldas, tapetes, y colgantes para la pared.
Todos claramente para ser más bien considerados arte y no un objeto “común”. Con los ajustes realizados a los textiles oaxaqueños, es imposible sacar los originales del pensamiento y tener una perspectiva objetiva, pues quien quiera que haya ido a Oaxaca comprenderÃa que allá y sin ninguna alteración, los textiles son mucho más bellos. “Existe un claro diálogo entre la tradición y la experimentación”, dice la curadora, pero en éste diálogo hay problemas de comunicación, y el mensaje se pierde sin impacto alguno.
La disposición de las exposiciones en el Museo Franz Meyer revela una disparidad temática y estilÃstica entre las obras presentadas. Mientras que la exhibición de "Los Cisnes Salvajes" parece más un capricho de la reina danesa Margaret II, destacando el sentido de nacionalismo más que la calidad artÃstica, la muestra de "Yo siempre vivo, yo nunca muero. Arte textil contemporáneo" ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la relevancia de los textiles y sus usos en la actualidad. Sin embargo, la ejecución de esta última exhibición presenta ciertos problemas de comunicación, ya que los ajustes realizados a los textiles oaxaqueños pueden dificultar la apreciación de su belleza original. A pesar de los intentos por establecer un diálogo entre la tradición y la experimentación, el mensaje parece perderse, dejando poco impacto en el espectador.
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