Por Ana Silveyra:
Furia de Titanes (Clash of the Titans), dirigida por Louis Leterrier se estrenará el próximo 16 de abril a nivel nacional. Agarrándose de la moda tridimensional (y para ganar más dinero), será exhibida en este formato aunque fue filmada en 2D y en realidad lo único que está en 3D son los subtítulos.
En la película, los hombres, cansados de la tiranía de los dioses, deciden retarlos, provocando “furia” y decepción en el Olimpo. Hades (Ralph Fiennes), el dios del inframundo, desata su ira matando mucha gente, entre ellos la familia de Perseo (Sam Worthington), un semi-dios criado como hombre. Zeus (Liam Neeson) decide castigar a los hombres dejando que Hades libere al kraken -una criatura malvada que habita en el mar-. Por tanto, Perseo y otros soldados se ofrecen para realizar una misión letal para matar al kraken y a Hades.
Perseo pasa gran parte de la historia negando su condición de semi-dios, luchando contra su propio destino, que es un conflicto ya muy gastado. Los soldados se enfrentan contra criaturas mitológicas (entre éstas una Medusa de videojuego) que dan lugar a la acción y los efectos por los que se vanagloria esta película, pero no resultan nada impresionantes. Parece una mezcla entre Piratas del Caribe y Gladiador, hecha con las peores partes de ambas.
El maquillaje y el diseño de vestuario son bastante precarios; los actores Liam Neeson y Ralph Fiennes aparecen disfrazados con barbas de halloween, como ocultándose tras ellas para no ser reconocidos. Todos los soldados son caracterizados con delineador negro para darles un toque de “misticismo” y “etnicidad”. Y los dioses visten armaduras de la edad media, que nada tienen que ver con la época.
Aunque en una película de este tipo las actuaciones nunca importan; cuando ni los efectos ni los diálogos ni los vestuarios son sobresalientes, resalta mucho la infortunada interpretación de los actores, siendo Neeson y Fiennes los más afectados, vaya hasta te sientes mal por ellos, dan penita pues.
A pesar de todo esto, Furia de Titanes recaudó en su primera semana más de 60 millones de dólares en los Estados Unidos, el director confirmó que será una trilogía. Sam Worthington de pronto se convirtió en el rey de las películas taquilleras y de las secuelas, y al parecer lo estaremos viendo en éxitos veraniegos de aquí a la eternidad. Quizá en las secuelas muestre algo de carisma y calidad.
Éstas son las críticas que valen la pena, me gustó mucho cómo se demuestra que a veces lo que vende es lo más nefasto.
ResponderBorrar¡Bien por las barbas de halloween!