Por Laura Gómez Aurioles:
Si te dijera que imaginaras el futuro de México dentro de veinte años, ¿qué verías? Veinte años… dos décadas… ¿qué pasaría? ¿Creerías que estaríamos bajo un régimen casi militar, o nos tendrías cercanos al socialismo? ¿Pensarías que tendríamos armamento militar de primera generación (así como de ondas electromagnéticas) y que el narcotráfico no sería uno de los mayores problemas? ¿Vislumbrarías modificaciones arquitectónicas como, por ejemplo, un arco gigantesco sobre la Torre Latinoamericana?
"2033" es la opera prima de Francisco Laresgoiti, un ingeniero civil (sí, no es un cineasta), mejor conocido como Chisco, ideada por el guionista y productor, Jordi Mariscal. En la Universidad Anáhuac tuvimos la oportunidad de convivir con estas personalidades y conocer más a fondo sobre el proyecto y, después de ver la cinta, conocer la visión de los autores y la opinión de la audiencia, me atrevo a hacer la siguiente crítica: 2033 es una cinta ambiciosa de ciencia ficción que busca revivir los días de la Guerra Cristera, vivida en los tiempos de los presidentes Plutarco Elías Calles y Emilio Portes Gil (1926-1929); sobretodo en el contexto de la opresión para la religión católica. La historia muestra, además, una serie de adelantos tecnológicos interesantes, como drogas absorbidas a través de las pupilas o pantallas táctiles de cristal enormes para sustituir computadoras.
Realizada en un 80% gracias el Estímulo Fiscal 226, que actualmente ha permitido el financiamiento de numerosas cintas, 2033 costó 25 millones de pesos y fue realizada en 20 locaciones y 33 días de filmación. Es curioso que juntando los números anteriores se forme el título de la película (20+33=2033), no obstante, es mera casualidad según el director.
¿Qué podemos decir sobre la cinta? Primero, que es una historia inverosímil. Retomando las preguntas al inicio del texto, francamente pocos imaginamos que en escasos 20 años México va a cambiar tanto, dejando atrás problemas de fondo como el narcotráfico (que ni se menciona en la cinta) y el rezago tecnológico; así como situaciones bien establecidas como la democracia, la libertad de culto y el mismo nombre del país (que tiene todo un pasado prehispánico e histórico por detrás). Resultó tremendamente afanoso pintar un México al estilo Gattaca (1997), Sentencia Previa (2002) -que además se sitúa hasta el año 1954, o sea treinta años después de lo planteado en 2033- o La Isla (2005); cintas Hollywoodenses conocidas por su temática futurista que aparecen como claras influencias de la producción mexicana. Tal vez si hubiéramos visto un poco de humor realista, como por ejemplo, que los aparatos no sirvieran bien, que se fuera la luz tres veces al día... cosas que cotidianamente pasan en el país, creeríamos más en un panorama mexicano futurista. No es por hacernos menos, pero es la verdad: México no es una potencia industrial y mucho menos tecnológica. Y, dejando a un lado los detalles materiales, es poco creíble que en pleno siglo XXI se prohíba el culto religioso o se instaure un régimen militar, lo cual es un retroceso ideológico fatal.
2033 puede ser reconocida por su empeño en incursionar en un género que parecía imposible de realizar en el país: la ciencia ficción. Sin embargo, ¿vale la pena? Se pudo haber hecho algo mejor, sobre todo a nivel guión-historia. Muchos compañeros se quejaron de haber salido de la sala de proyección sin tener idea de qué había pasado en toda la película. ¿A qué se debe esto? Precisamente a la falta de una trama bien desarrollada. Durante toda la entrega se abren y cierran puertas, se comienza a hablar de temas y se ven múltiples avances tecnológicos que quedan inconclusos. Por ejemplo, le inyectan algo a Pablo (Lafarga), el protagonista, y se lo sacan días después sin siquiera explicar qué hace exactamente ese implante (si eso era). Por otro lado, jamás queda claro el porqué del régimen, cuáles fueron los motivos para llegar a ese extremo, cuál es la justificación para omitir temas de suma importancia como el narcotráfico, o cómo vive la gente de clase media o “normal”, ya que en toda la cinta sólo aparecen las elites y los desterrados. La única justificación aparente para todo esto es que se planean dos secuelas para la producción, no obstante, es una excusa un tanto frágil; una película debe hacerse bien sin importar sus secuelas.
2033… un año en dónde se cumplirá un centenario de que el presidente Paul von Hindenburg nombre canciller a Adolf Hitler; de que la dictadura cubana de Gerardo Machado sea derrocada por el movimiento popular; y de que se realice por primera vez el sufragio universal en las elecciones generales que darán la victoria a los partidos de derecha en España; definitivamente no será el año en donde la ciudad de México se llame Villaparaíso (algo que quita aún más realismo); dónde una sustancia llamada Pactia sea elaborada y distribuída por el gobierno mexicano para drogar al pueblo y hacerlo actuar mecánicamente; y dónde la religión sea la causa de una guerra civil. Se reconoce el “esfuerzo colectivo” que describe el director para la realización de 2033; no obstante, el resultado final deja a muchos con ganas de quedarnos por un largo tiempo en el 2010.
Ficha Técnica:
2033 (México, 2009)
Dirigida por: Franciso Laresgoiti
Con actuaciones de: Claudio Lafarga, Sandra Echeverría, José Carlos Rodríguez y Raúl Méndez
2033 (México, 2009)
Dirigida por: Franciso Laresgoiti
Con actuaciones de: Claudio Lafarga, Sandra Echeverría, José Carlos Rodríguez y Raúl Méndez
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