Deportes al Extremo…

¿Cómo Sobrevivir al Bongi?

Por Sergio Bailleres Verduzco.

Para todos aquellos que por vértigo y miedo a las alturas, no saben qué es el bongi, aquí encontraran información que aseguro les gustará y los hará sentir como si estuvieran en una grúa a más de 15 metros de altura, preparándose para una caída tan libre, que puede tener regreso o puede que no lo tenga, y esto no es una exageración pues los accidentes pueden ocurrir al practicar ésta afición a la sensación de peligro y adrenalina que solo puede proveer un deporte extremo.

Practicar el “Góming” o “bungee jumping” (lanzamiento con ligas), es una actividad de hondas raíces en culturas primitivas. Por mera casualidad fue descubierto hace poco más de 60 años por investigadores de National Geographic, quienes atestiguaron cómo los nativos de la Isla de Pentecostés, en Vanatú, ubicada en Oceanía, realizaban un ritual poco común, donde construían plataformas de aproximadamente 15 a 24 metros de altura, en las cuales se amarraban una liana en los tobillos y se dejaban caer al vacío, confiando únicamente en que la enredadera no se desgarraría y la altura fuera la indicada para su caída y no romperse el cuello o estrellarse contra el piso sin poder dar marcha atrás.

Costumbre Centenaria, ¿Tabú o Realidad?

Actualmente los nativos de Pentecostés del sur del Pacífico, siguen con este tipo de rituales llevándolos a cabo cada año a manera de un sacrificio u ofrenda a sus deidades para lograr cosechas fructíferas. Este ritual a pesar de que fue descubierto en 1950, es una tradición que tiene aproximadamente 200 años de existencia. Sí es una realidad que de acto religioso ha pasado a deporte extremo, además el bongi es usado como mecanismo de adaptación social que nosotros mismos hemos creado, ya que en algún momento de nuestras vidas, ha llegado alguien que nos ha retado. Un simple “¿te atreves?, o un “aviéntate del bongi, o ¿tienes miedo?, ¿qué no eres hombre”, a muchos les va colmando la paciencia, hasta llegar a un límite de tolerancia y orgullo que nos lleve a subir a esta, torre o grúa, dejarnos sujetar los tobillos por largas ligas para tirarnos a un vacio de cabeza a velocidad de caída libre.

Condiciones, Costos y Lugares de “Caída”

Si la idea de tirarte al vacio atado a unas largas ligas te atrae, seguro te servirá saber que el lugar más atractivo de México, por su imán turístico, es el paradisiaco puerto de Acapulco, ya que en el DF no hay realmente un lugar fijo para practicar el bongi. En cuanto a costos, son similares de local en local, solo varia si el salto lo hace una o dos personas a la vez. Si te avientas solo hay que pagar 700 pesos, en pareja mil pesos, y si el salto es en Acapulco y eres “residente” te pueden hacer hasta un 50% de descuento; ese precio solo incluye el salto y te dan un diploma por haberte aventado, si quieres el video ya es extra.

Pero los riesgos a que algo salga mal existen, se han dado casos en que gente que se ha aventado del bongi no han corrido con buena suerte. Hay quienes han perdido la vida porque se les revienta la liga o porque el cálculo entre la distancia de la altura con la caída no es precisa, es cuando hay lesiones e incluso la muerte. Esos son los motivos por los que para “tirarse” en bongi, hay que firmar una carta eximiendo a los dueños de esta actividad de cualquier responsabilidad médica o legal.

Testimonios, Dos Caras de la Moneda

COMA entrevistó a un amante del bongi, que de viva voz, con emoción y conocimiento real nos compartió él porque de su afición extrema. Francisco Javier Arias Mejía, estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Anáhuac Norte, a quien se le puede llamar un “amante al peligro”, de lo cual ya dejo constancia en este mismo espacio digital de COMA cuando relato su crónica de cómo se tiró en paracaídas. (ver en el histórico de COMA, Deportes, 0ctubre 2010)

- COMA: ¿Por qué te aventaste del bongi? - FJAM: Quería ver que se sentía, soy adicto a la adrenalina y quería darle algo a mi espíritu aventurero que jamás olvidaría.

Paco Arias al momento de lanzarse

Paco Arias reconoció que en un principio sí “me dio algo de miedo la idea de tirarme” y eso ocurrió cuando le dieron a firmar el famoso papelito “deslinda-responsabilidades”, por si ocurría un accidente en su “caía”, nuestro entrevistado recordó, con una sonrisa nerviosa que “la firma me dio un poco de desconfianza pero es más la adrenalina la que no te deja pensar bien, te hace tomar decisiones tan fuertes y arriesgadas. - COMA: ¿Te volverías a aventar? - FJAM: Sí, no me perdería la oportunidad. Fue una experiencia intensa que cuando vaya el próximo puente a Acapulco, seguro volveré a repetir.

Testimonios, Dos Caras de la Moneda

Con las reservas y dificultades del caso, COMA se dio a la tarea de buscar otro testimonio y punto de vista, pues no todo es “miel sobre hojuelas” en la práctica del bongi, y el mismo hecho que exista una “carta” que se firme para eximir de repercusiones legales a los dueños de bongis, hizo que indagáramos testimonios o referencias de quienes no ha salido tan bien librado de la práctica del bongi.

Con la petición de guardar su anonimato, por razones obvias, pues vive de los ingresos de su negocio de Bongi, entrevistamos a un pequeño empresario que lleva 15 años en el negocio en el puerto de Acapulco.

- COMA: ¿qué necesitas para abrir un negocio de bongi?

EMPRESARIO: Bastante dinero ya que el material es caro, la cuerda que te atan a los tobillos en realidad es una liga hecha de un hule especial tratado con polímeros, trenzada por múltiples ligas apara soportar así un gran peso, y el jalón de la “resorteada”. Tiene un tiempo de vida limitado al desgaste.

- COMA: ¿Es peligrosa la práctica del Bongi?

- EMPRESARIO: No podría calificarse así al 100 por ciento. Hay de todo, personas que han recibido el golpe amortiguado en una caída, y quienes solo experimentan “molestias ligeras” como mareos, vértigo, nauseas, vómito, taquicardia, dolor de cabeza, ataques de euforia, llanto, ataque de nervios, desmayos y cosas así muy leves, el mismo nervio que te da como si te fueran a inyectar con una “jeringota”.

- COMA: ¿Pero has presenciado algún accidente más grave?

- EMPRESARIO: Desafortunadamente si, (ríe nerviosamente nuestro entrevistado) en Spring Break los gringos pierden la cabeza y más por el tequila, un chavo se aventó y se desnucó, por no dar bien su peso y medidas para el lanzamiento.

Decisión Personal

Para concluir, solo se puede decir que quien quiera aventarse del bongi debe considerar con toda conciencia y la “cabeza fría” realizar esta actividad, no llevado solo por el impulso de ganar un reto, sino analizar los pros y contras de tirarse a un vacio solo sujeto de los tobillos por una larga liga.