El costo de un planeta sano

Una pandemia como la que se vive actualmente ha paralizado al mundo entero: restaurantes, bares, parques, hoteles, playas que antes desbordaban gente, hoy se encuentran cerrados.

Practicum I Grecia Soto

Una pausa, mas forzada que voluntaria, ha demostrado que el único beneficiado con la crisis del COVID-19 es el planeta Tierra. Hay que recordar que el pasado 20 de septiembre de 2019, el Huffington Post informó que, al rededor de 8 millones de personas de diferentes países en el mundo salieron a marchar con el mismo propósito: exigir a sus líderes soluciones para afrontar la única crisis que en ese entonces preocupaba.

Hoy, 6 meses después, un virus es el que muestra las consecuencias que la industria y la economía han traído al modificar la función natural del planeta. El sitio web CVIUM.COM informa que en China la reducción de actividad económica provocada por las cuarentenas implementadas condujeron a una reducción del 25% en las emisiones de CO2 tomando en cuenta las fechas del 1 de enero 2020 al 25 de febrero 2020. De igual manera la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos informó que "el promedio mensual de febrero de CO2 atmosférico en el observatorio Mauna Loa" ubicado en Hawai "... fue de 414.11 partes por millón." El año pasado el observatorio para estas mismas fechas había registrado una cifra de 411.75 ppm. 

Fotografía obtenida del sitio web de CNN: https://edition.cnn.com/2020/03/01/world/nasa-china-pollution-coronavirus-trnd-scn/index.html

No obstante, el sitio de noticias de la ONU advierte que aunque las acciones preventivas frente al COVID-19 han mejorado la calidad del aire, esto no tiene porque sustituir la acción climática, pues la Organización "teme que exista una posible subida extrema de las emisiones una vez que termine la emergencia." Esto debido al fuerte crecimiento de las economías emergentes que surgieron después de la crisis financiera mundial de 2008-2009.

Es por esto que los líderes y las organizaciones mundiales deben de seguir enfocándose en deliberar una solución, pues no resulta confortante que el único respiro que ha encontrado el planeta durante las últimas generaciones se ha presentado al mismo tiempo que 16,313 personas de todo el mundo han dado su último.