Desde el palacio de Buckingham hasta los rincones más necesitados en América Latina y el Caribe, el COVID-19 ha encontrado su camino.
Grecia Soto / Practicum I
Los números no dejan de crecer, las curvas siguen sin encontrar moderación y el mapa del mundo sigue coloreándose con puntos rojos como varicela: unos grandes, otros chicos, pero todos representando un peligro inminente en 203 paÃses, territorios y áreas, de acuerdo con información actualizada al dÃa de hoy obtenida de WHO (World Health Organization).
Mapa interactivo con información actualizada de Bing de Microsoft |
La magnitud que ha demostrado este virus ha sido histórico y la solución para prevenirlo es tan sencilla que hasta parece irónica: un constante lavado de manos con agua y con jabón, asà como un adecuado distanciamiento social.
Y continuando con dicha lÃnea de ironÃa, el número y el tipo de personas contagiadas también se caracteriza como contrastante, pues se encuentran desde personas de alto nivel socioeconómico, asà como las más necesitadas, adultos mayores, asà como niños y jóvenes, personas con enfermedades crónicas, asà como atletas de alto rendimiento con perfectas condiciones fÃsicas... en fin, para el COVID-19 no hay requisito alguno.
Collage hecho por Grecia Soto con imágenes de Alma Clara Corsini (arriba) y Julie (abajo) |
En estos momentos nadie está exento ni de librarse del contagio, asà como de asegurar una recuperación oportuna. En una época tan vanidosa en la que se ha intentado medir la vida con números, un virus ha sido el encargado de recordar al ser humano algo que probablemente habÃa dejado olvidado en un cajón: humildad.
Hace dos dÃas, en una plaza de San Pedro totalmente vacÃa el Papa Francisco dio la bendición papal Urbi et Orbi, latÃn para a la ciudad y al mundo, y asà mismo, hizo un llamado a la humildad: "Nos encontramos todos, juntos en la misma barca, cada uno de nosotros importantes y necesarios... Nos damos cuenta que no podemos ir cada uno por su lado"
El momento actual es crÃtico, y las repercusiones que se irán desenvolviendo también lo van a hacer. Urge solidaridad, urge empatÃa, porque al dÃa de hoy el mensaje es claro: esta crisis afecta a todos por igual.
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