Foto: BBC
Posar,
encuadrar y capturar. Así es como muchas personas han acabado con su vida.
Tomar una foto
de tus aventuras y experiencias para compartirlo en redes sociales puede ser
divertido, pero cuando se trata de subir a lo más alto de un edificio, sostener
un arma cargada o pararse en las rocas resbalosas de lo más alto de una
cascada, hay que pensarlo dos veces.
Un estudio
publicado en el Journal of Family Medicine and Primary Care explicó que, entre
2011 y 2017, alrededor de 259 personas en todo el mundo murieron mientras se
tomaban una selfie.
Según el
estudio, el ahogamiento es la primera causa de muertes por selfies,
generalmente involucrando a personas que se caen de un bote o son arrastradas
por las olas del mar.
En segundo lugar,
está el transporte, haciendo referencia a personas que murieron mientras
intentaban tomar una foto frente a un tren o vehículo en movimiento.
Los incendios y
caídas desde lugares altos ocupan el tercer lugar en la lista. Además, ocho
personas murieron mientras se tomaban selfies junto a animales peligrosos.
No es sorpresa
que Estados Unidos lidere el número de muertes por selfies con armas de fuego:
las personas se han disparado accidentalmente mientras posaban junto a un arma.
Más hombres que mujeres
En julio del año
pasado Gavin Zimmerman, un chico de 19 años, falleció mientras intentaba
tomarse una selfie en un acantilado en Nueva Gales del Sur, Australia.
En septiembre
del mismo año, Tomer Frankfurter murió en el Parque Nacional Yosemite, en
Estados Unidos, después de caer 250 metros por tomarse una selfie.
Los
investigadores descubrieron que India, Rusia, Estados Unidos y Pakistán son los
lugares con mayores registros de muertes por selfies.
A pesar de que las mujeres son
más conocidas por tomar selfies, el estudio arrojó que el 72% de las víctimas de
muertes por selfie fueron hombres, ya que tienen mayor inclinación a tomar riesgos,
como pararse en un acantilado para capturar una foto dramática.
Más casos que los registrados
El estudio mostró que este tipo
de muertes están en aumento.
Mientras que en
2011 se registraron solo tres casos, esta cifra subió a 98 en 2016 y a 93 en
2017.
Por otra parte,
los investigadores aseguran que las cifras reales son mucho más elevadas, pero
no siempre son registradas como tal. Por ejemplo, si una persona muere tomándose
una selfie mientras maneja, es probable que se declare que murió por un
accidente de tránsito.
Investigadores
de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos recomendaron crear “zonas
anti selfies” en lugares peligrosos, es decir, de acceso prohibido para tomar
fotos, con el objetivo de reducir el número de muertos.
Esto incluye
cima de montañas, edificios altos y lagos.
Fuentes:
BBC Mundo
Animal Político
CNN
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