Colillas de cigarro: el contaminante silecioso

Por: Frida Méndez
Practicum 2


Ser periodista de los de antes; una sala de prensa con el sonido incesante de las teclas de máquinas que no paran, llenas de hojas de papel que contienen las historias más importantes del día; una sala de prensa con un olor fuerte a tinta, café y, claro, especialmente cigarro.

Con el paso de los años esa imagen romántica de la sala de prensa ha cambiado totalmente, las máquinas de escribir cambiaron por computadoras, los papeles fueron sustituidos por correos electrónicos y se descubrió el daño a la salud que conlleva el fumar.

EL VICIO DE FUMAR

La OMS estima que este vicio termina con siete millones de personas al año en todo el mundo; en México se estima que hay, aproximadamente, 14.3 millones de fumadores; es por esto que 2003 se creó el Convenio Marco para el Control de Tabaco; el cual entre otras cosas quitaba la publicidad y el patrocinio público, además de aumentar los impuestos al tabaco.

Sin embargo, el convenio no contempla todo el ciclo de vida de un cigarrillo. Te levantas en la mañana, desayunas y empiezas el día hasta que decides que es momento de un break, por lo que sales a fumar un cigarro a despejar la mente hasta se consume, lo pisas para apagarlo y regresas a la rutina normal ¿ubicas el error?.

LAS COLILLAS Y EL PROBLEMA QUE REPRESENTAN 

El 50% de los cigarros son consumidos en el exterior, y des estos sólo el 59% se depositan en ceniceros o basureros. El problema está en que las colillas se tiran como si fueran un trozo de papel más; sin embargo esa colilla que apagaste con el pie y dejaste en el piso se quedará ahí hasta que se desintegre en aproximadamente 25 años.

Hay que pensar que las colillas tienen una función principal: la de bajar los niveles de nicotina y toxinas, como el alquitrán, que entran al cuerpo al fumar por lo que sus materiales están diseñados para eso. El acetato de celulosa, por ejemplo, tarda por lo menos 100 años de degradarse por completo.

Esa colilla, que quedó en piso, absorberá todas las toxinas de la calle, lo cual puede sonar bien, sin embargo muy probablemente ésta terminará en una alcantarilla y en el mar donde soltará estas toxinas, contaminando las aguas y poniendo en peligro la vida marina; según una investigación hecha por la UNAM en 2011, una colilla contamina 8 litros de agua y en México se tiran alrededor de 50mil millones al año. Definitivamente esto nos da algo en que pensar. 

Erika Malo: Fumadora nos habla sobre como desecha las colillas de sus cigarros

Por otro lado, supongamos que después de apagar el cigarro no lo dejaste en el piso y lo tiraste en la basura; esto también presenta un reto. Las colillas están hechas de materiales como el Cadmio, un material pesado que puede causar diversas enfermedades, por lo que debería ser tratados como desechos peligrosos. La realidad está muy lejos de eso; la nueva ley de tratamiento de residuos orgánicos e inorgánicos de la CDMX las clasifica como desechos inorgánicos no reciclables pero no cuentan con una manejo especial.

¿QUÉ SE PUEDE HACER?

El fumar es un vicio muy dañino para la salud y el medio ambiente por lo que no adquirir el hábito sería lo ideal; pero si todavía no te sientes listo para soltarlo puedes empezar por  tirar todas la colillas al bote de basura y si no hay uno cerca, guardarlas hasta tirarlas de forma adecuada.