Por Silvana Paulina Vázquez Chávez Bernal
Lenguajes Periodísticos
Uno de los temas con mayor estigma, es el de la salud mental, lo cual es producto de la ignorancia, el prejuicio y la discriminación que existe por parte de la sociedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2018), la salud mental es la condición de bienestar en la que se encuentra una persona como resultado del óptimo funcionamiento de aspectos de carácter emocional, psicológico y social. La importancia de la salud mental radica en que esta se relaciona con la forma en la que un ser humano piensa, siente y actúa diariamente. Además, la salud mental es necesaria en cualquier etapa de la vida, ya sea niñez, adolescencia, adultez o vejez (NIH, 2021, párr 1).
El tema de los trastornos y de la salud mental ha sido estigmatizado desde tiempos remotos. En la antigüedad se creía que las enfermedades mentales estaban relacionadas con cosas sobrenaturales como la brujería o las posesiones demoníacas (Pérez, 2019, párr 5). Todavía en el siglo XX, la gente las asociaba con locura, y, además, se pensaba que las personas que tenían un trastorno mental eran menos inteligentes, así como peligrosas. Debido a estas creencias —evidentemente erróneas—, la sociedad comenzó a temerle a estos individuos, por lo que optó por aislarlos y excluirlos completamente.
En ese entonces, tan sólo mencionar la palabra “trastorno” era un tabú y la gente prefería no hablar de ello, pero cuando sí lo hacía, sus razonamientos carecían de argumentos lógicos o fundamentados. Desafortunadamente no se contaba con la información necesaria para contradecir estos o incluso inclinarse por otra postura de pensamiento.
Después de todos estos años, se podría decir que este paradigma ha evolucionado, aunque no lo suficiente, ya que aún existe un tabú bastante grande. Algunas personas en cuanto empiezan a notar cierta anormalidad en sí mismas, o incluso los mismos síntomas de una enfermedad mental, se niegan a consultar a un especialista, pues el miedo a ser discriminados o rechazados por su círculo social es más fuerte.
El problema es que esto dificulta un diagnóstico temprano, y, por lo tanto, un tratamiento inmediato y adecuado para evitar que el trastorno siga avanzando. Actualmente —y para tranquilidad de todos—, ya existen psicólogos y psiquiatras que han dedicado su vida a estudiar las patologías, y aplicar los tratamientos idóneos para ayudar a sus pacientes a lidiar con la enfermedad y evitar el sufrimiento (Pérez, 2019, párr 6-7).
Es primordial aclarar que los trastornos mentales no son propios de un determinado grupo de personas, y tampoco son sinónimo de debilidad o sensibilidad. “Son consecuencia de una alteración biológica en las sustancias que regulan el funcionamiento cerebral” (Pérez, 2019, párr 4). En realidad, todas las personas están constantemente expuestas a diversas situaciones, las cuales, junto con factores genéticos y biológicos, pueden predisponer al padecimiento de enfermedades mentales.
Estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (2018) comprobaron que al menos mil millones de personas en todo el mundo sufren de enfermedades mentales, suma que representa a una sexta parte del total de la población del planeta. “Paradójicamente, un estudio nacional del ministerio de protección social estimó que entre un 85.5% y 94.7% de las personas con un trastorno mental no acceden a algún servicio de salud” (Pérez, 2019, párr 3).
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| Carola Isabella Vázquez Chávez Bernal Una salud mental sin tabú Foto: Silvana Paulina Vázquez Chávez Bernal |
Pablo —quien ha ejercido haciendo prácticas clínicas en hospitales y granjas psicológicas— hace mucho énfasis en el hecho de que se necesitan elementos claros para poder hacer un diagnóstico. Él explica que el DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition) es un documento oficial y estadístico enfocado en trastornos mentales; es el manual utilizado por los psicólogos clínicos para diagnosticar de manera correcta un trastorno mental. Este rige en Estados Unidos, pero también es usado en México. Sin embargo, aunque el documento ha ido evolucionando a lo largo de sus versiones, y diversos especialistas se dedican a la elaboración y actualización del mismo, este ha sido criticado hasta por profesionales, pues ellos afirman que cuenta con fallas generales y problemas de clasificación. No obstante, Pablo comenta que a él le ha resultado muy eficiente y sí continúa haciendo uso de él.
Asimismo,
Pablo explica que la psicopatología es el área que se encarga del estudio de
los trastornos mentales y esta establece que existen tres niveles de
diagnóstico:
1.
Los rasgos. Que son pequeñas acciones
o comportamientos que están presentes en la vida de una persona, pero no la
alteran de ninguna forma;
2.
Las conductas, son consiguiente de
los rasgos, ya que estos se expresan en mayor medida y con más potencia,
determinando como tal el actuar de la persona, y, finalmente,
3. El trastorno, que se refiere a la enfermedad, pues afecta negativamente a la persona en sí, así como su desenvolvimiento en el entorno y su relación con los demás.
“Todo
el mundo puede tener ciertos rasgos, sin que estos se conviertan en una conducta
o trastorno. Si se supiera esto, no existirían 'extremos' al hablar de salud
mental: el tabú o el creerse sabelotodo” (P. Fernández, comunicación personal,
13 de mayo del 2022).
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Jorge Alberto Vázquez Chávez. Una salud mental sin tabú Foto:Silvana Paulina Vázquez Chávez Bernal |
Pablo concluye diciendo que definitivamente la tecnología y el mundo digital representan “armas de doble filo” para esta y para las futuras generaciones, ya que, por un lado, permiten que las personas se eduquen, se informen y se interconecten, pero por el otro, la libertad de difusión y publicación de información puede llegar a ser peligrosa. “La cantidad de información y de recursos es impresionante, pero se utiliza de manera superficial y equivocada” (P. Fernández, comunicación personal, 13 de mayo del 2022). En concreto, el verdadero problema es el abuso de la tecnología; la clave está en medir el uso de las herramientas que esta otorga y actuar responsablemente.
La salud mental es, en definitiva, algo muy complejo que depende, no sólo de psicológico, sino también del contexto histórico, social, económico y político del individuo. Y como ya se mencionó, fue la facilidad y el acceso a la información lo que permitió la desestigmatización de esta.
Cabe mencionar que la salud física y la salud mental tienen el mismo nivel de importancia, y se complementan entre sí, ya que, si hay problemas físicos, estos afectan directamente aspectos relacionados con la salud mental, y viceversa; está comprobado y se le llaman trastornos psicosomáticos (Centro Médico Teknon, s.f., párr 1).
Para
finalizar, es importante mencionar que es indispensable la promoción de la
sensibilidad y empatía a los profesionales de la salud, a los líderes dentro de
una comunidad, a los agentes involucrados en toma de decisiones colectivas, y,
por supuesto, a los medios de comunicación, sobre la necesidad de darle la
seriedad y atención que requiere el cuidado de la salud mental, así como de
abordarla de un modo riguroso, realista y positivo (CSME, s.f., párr 2).
Referencias y bibliografía
Centro
Médico ABC. (s.f.). ¿Qué es la salud
mental?. https://centromedicoabc.com/revista-digital/que-es-la-salud-mental/
Centro
Médico Teknon. (s.f.). Trastornos
psicosomáticos. Centro Médico Teknon. https://www.teknon.es/es/especialidades/bueno-jose/trastornos-psicosomaticos#:~:text=El%20t%C3%A9rmino%20psicosom%C3%A1tico%20hace%20referencia,expresando%20f%C3%ADsicamente%20su%20malestar%20psicol%C3%B3gico.
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agosto del 2019). Salud
mental. https://medlineplus.gov/spanish/mentalhealth.html
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Mundial de la Salud. (30 de marzo del 2018). Salud mental: fortalecer nuestra respuesta. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response
P.
Fernández, comunicación personal, 13 de mayo del 2022.
Pérez,
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Medicina de la UNAM. https://gaceta.facmed.unam.mx/index.php/2018/02/15/desestigmatizar-los-trastornos-mentales-p
ara-su-atencion-adecuada/
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