Por: Alexia Illingworth
Prácticum 1
El sol esperaba pacientemente a cada uno de los
alumnos, profesores y administrativos que se reunirÃan en la explanada de la
Universidad Anáhuac para hacer la ya tradicional peregrinación a la BasÃlica de
Guadalupe. Eran las 8:30 de la mañana y el sitio ya estaba repleto de personas
con la camisa naranja del evento, que por el frente tenÃa la ilustración de la
Virgen y por la parte de atrás #PeregrinaciónA.
Ansiosos de poder subir a uno de los más de 20
camiones disponibles para dar inicio al trayecto, los asistentes formaban filas
largas para hacer de la organización algo sencillo y rápido, puesto que la
emoción y cada una de las peticiones de las personas reunidas estaban listas
para ser llevadas a La Villa.
Los camiones se llenaban con rapidez, al momento
de ocuparse por completo salÃan en dirección al destino, un recorrido tranquilo
y sin tráfico. No todos los autobuses llegaban al mismo tiempo, es por ello que
la espera para los que habÃan abordado más temprano fue algo larga. Poco a poco
los camiones fueron llegando y los peregrinos de la Universidad Anáhuac se iban
incorporando a la Calzada de los Misterios donde ya estaban todos reunidos.
FOTO: ALEXIA ILLINGWORTH
FOTO: ALEXIA ILLINGWORTH
El recorrido tuvo la compañÃa de algunos sacerdotes
de la comunidad, quienes se tomaron unos minutos para confesar a quienes asà lo
desearan, mientras el staff organizaba la dinámica y reunÃa a los más de 500
asistentes dispuestos a caminar a la BasÃlica. Cuatro hombres se colocaron
hasta el inicio de la peregrinación y en sus hombros llevaban a la Virgen de
Guadalupe, atrás de ellos todos los asistentes, personas mayores, alumnos de
todas las carreras, comunidad de Anáhuac Sur y Puebla, administrativos,
familiares, todos reunidos con el mismo objetivo: llevar su devoción a uno de
los lugares con mayor importancia histórica y religiosa a nivel internacional.
Los cantos empezaron mientras se daban los
primeros pasos hacia el destino y junto con el caminar de la gente se dio
inicio al rosario. El cielo estaba completamente despejado y los rayos del sol
caÃan directamente hacia los asistentes, el calor se comenzaba a sentir, pero
el ánimo seguÃa presente. Fueron dos kilómetros recorridos en el camellón,
cruzando algunos semáforos, la gente cantaba, la música se escuchaba y la fe de
cada uno se sentÃa. HabÃa más peregrinos que pertenecÃan a otros grupos, algunos
se transportaban en bicicleta, pero en todo el recorrido habÃa camiones
estacionados a los lados, camiones en los que por la parte de atrás se podÃa
ver cómo estaba adecuado para que más de 10 personas durmieran ahÃ, vehÃculos
decorados, gente haciendo comida, peregrinos que habÃan viajado desde muy lejos
para ver a la “Morenita”.
Y asà empezó mi trayecto a un lugar desconocido
hasta ese dÃa, la emoción me invadÃa, la espera de conocer uno de los lugares
más representativos de México, donde se reciben cada año a más de 20 millones
de peregrinos de nuestro paÃs y de otros rincones del mundo. Una experiencia
nueva, que hace crecer la fe de cualquiera. Sin duda alguna la caminata fue
larga y pesada, sin embargo, no se lograba sentir el cansancio, ganaba más mis
ganas de llegar al lugar del que tanto habÃa escuchado. Lo que mi mente habÃa
imaginado no alcanzaba superar el magnifico sitio conocido como la BasÃlica de
Guadalupe, un poco antes de llegar a la puerta se podÃa empezar a contemplar lo
que se conoce como la Antigua BasÃlica, la original, algo que me motivaba a
pesar de que el sol quemaba con gran fuerza.
Al pasar la reja que rodea del lugar, gente
aplaudÃa el hecho de haber llegado, gente desconocida, peregrinos que habÃan
estado ahà toda la mañana, gente del staff también nos recibÃan con aplausos
y mensajes de aliento y junto a esto, nos entregaban el misal que se
llevarÃa a cabo a las 12 del dÃa.
Eran las 11 de la mañana y la mayorÃa de los
peregrinos de la Universidad Anáhuac ya estaban en el lugar, alumnos de la
carrera de teatro y actuación nos recibieron con un tradicional baile
prehispánico, llamando la atención de los que se encontraban cerca. Faltaba una
hora para la misa que serÃa celebrada por el Dr. Cipriano Sánchez GarcÃa y en vista
del tiempo de sobra, me decidà a adentrarme a lo que la conocida Villa tiene
por mostrar. El Templo expiatorio a Cristo Rey, comúnmente conocido como la
Antigua BasÃlica de Guadalupe, construido en el 1695, un trabajo arquitectónico
que impone con sólo apreciar su fachada, dentro habÃa gente rezando o
simplemente admirando la maravilla arquitectónica. Templo y antiguo convento de
las Capuchinas, Templo del Pocito, Cementerio del Tepeyac son algunos de los lugares
que pude conocer y adentrarme a la historia gracias a la compañÃa de esa
mañana, una compañÃa que ha visitado en repetidas ocasiones el magnÃfico lugar.
La explanada de la BasÃlica estaba repleta de
casas de campaña, de devotos de la “virgencita” que esperaban que se llevará a
cabo la misa por su párroco. El sol seguÃa quemando, sin embargo, no podÃa irme
del lugar sin conocer y subir la Capilla del Cerrito, donde se dice que fue el
lugar exacto en el que Juan Diego presenció por primera vez a la Virgen de
Guadalupe, más escaleras por subir, pero la vista desde la capilla no tenÃa
comparación, se podÃa ver gran parte de la cuidad y en primer plano la gran
BasÃlica de Guadalupe, con su singular color blanco y azul.
FOTO: ALEXIA ILLINGWORTH
FOTO: ALEXIA ILLINGWORTH
Casi las doce del dÃa, y a pesar de mi
cansancio debÃa caminar un poco más para conocer cada rincón de la BasÃlica, la
intriga me invadÃa y al entrar al lugar pude comprender todo lo que la gente
decÃa acerca de este espectacular sitio. La misa se llevó a cabo, con todos los
que conformábamos la peregrinación y otras personas de muchos sitios. Al
finalizar nos dirigimos a los camiones, cansados, pero satisfechos del hecho de
haber entregado la mañana para visitar La Villa.
FOTO: ALEXIA ILLINGWORTH
FOTO: ALEXIA ILLINGWORTH
FOTO: ALEXIA ILLINGWORTH
Impactante, inmenso, lleno de fe, asà podrÃa
describirlo; un lugar donde se ve gente entrando de rodillas porque la
“morenita” les hizo el milagro, gente conmovida con la imagen de la virgen que
se aprecia al pasar por la rampa eléctrica, lagrimas derramadas de personas
rezando con devoción. Una vibra espiritual que en pocos lugares se puede llegar
a encontrar, asà fue mi primera vez en la BasÃlica de Guadalupe.
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