Y si caen las redes... ¿qué sigue?

Por Daniela Nicole Ramírez Moreno

Practicum I

El día de ayer, 04 de octubre del 2021, alrededor de las 10 de la mañana las redes sociales aliadas a Facebook comenzaron fallar. Todos pensábamos que era una falla regular, de las que tienen alrededor de una hora de duración, pero nos topamos con la gran sorpresa de que se iba a prolongar durante el resto de la mañana, y parte de la tarde.

Facebook y sus redes hermanas sufrieron la baja más grande que han tenido, pues durante 7 horas, 3 mil millones de usuarios de Facebook, y 7,200 millones de cuentas alrededor del mundo, incluyendo Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger sufrieron la caída general más grande registrada en su sistema. Debido a lo largo de la falla, los usuarios de Facebook emigraron a otras aplicaciones, tales como Twitter y TikTok, para mantenerse conectados. La polémica no paró en otras redes, pues el contenido que encontrábamos era exclusivamente relacionado a la falla reportada en vivo. 

El colapso de las redes sociales resultó en millones de amigos, familiares, seres queridos, estudiantes, empleados y empresarios desesperados por mantenerse en contacto con sus allegados, y varios negocios perdieron ventas gracias a esta falla. Incluso parece que se nos olvidó que existen los SMS y otras formas de comunicación, como una llamada celular, pues la generación de Centennials, los usuarios más jóvenes, hemos adoptado nuestra vida diaria acorde a la comunicación por medio de redes sociales. 

Dichas aplicaciones se ven obligadas a desconectarse debido a problemas técnicos que frecuentemente tienen, pero la de ayer no fue normal, y arrojó a la estrella de las redes sociales a una caída técnica y económica. Debido a la gran baja, las acciones de Facebook cayeron un 5% en Wallstreet, perdiendo 6 mil millones de dólares, y Mark Zuckerberd bajo al quinto lugar en las personas más ricas del mundo. 

¿Cuáles fueron las causas? Diego Suárez, el director de la firma de ciberseguridad Transparent Edge Services, explicó que el problema surgió de una falla en la configuración o un ataque cibernético. 

Como moraleja, nos queda clarísimo que dependemos infinitamente de las redes sociales, y que cuando estas fallan sentimos que se nos viene el mundo encima, pues entramos en pánico y olvidamos que el mundo existió alguna vez sin ellas.