Alvaro Gordoa |
Y es que ganamos todos. El rector de la Universidad de Imagen Pública es congruente con lo que su ciencia pregona. Viste bien, habla con claridad y seguridad, ve a los ojos, parece no mostrar ninguna coyuntura en su personalidad. No confundir lo anterior con realizar un enfoque superficial de su ser. Pero es que, como él mismo lo menciona, todo comunica. Cada palabra, acción o reacción te dice algo sobre la personalidad de un individuo. https://www.megustaleer.mx/libros/la-biblia-godnez/MMX-010473 Al principio de la entrevista, se ahondó en el tema sobre la sinopsis de su libro, mismo que abarca temas que facilitan a los trabajadores en México dominar su día a día. Las relaciones, los chismes, las envidias terminan por determinar el rumbo de una persona en una organización.
Eso lo sabe Álvaro Gordoa y afirma que puede transmitirles estas bases a otras personas. Cuando me tocó intervenir en la charla, en representación del Practicum I de Periodismo Anáhuac, opté por cuestionarle sobre la importancia de las Redes Sociales en la Actualidad, pidiéndole su opinión acerca de si estas nuevas tecnologías representan sólo un complemento del networking que siempre ha existido en la relación cara-a-cara con otras personas, o si las RRSS representan una importancia hoy en día tan proporcional como el trato directo. Él, sin titubear, me señaló que las redes sociales, que parten como un complemento y no logran proliferar en una persona que no genera relaciones de forma orgánica, cara a cara, forman ya ahora parte fundamental del networking. Es decir, ya no se les pueden ver como dos situaciones ajenas que simplemente conviven.
Ahora forman el conjunto de un todo y eso eleva sustancialmente la importancia de las redes, pero mantienen completamente vigente el éxito de las nada obsoletas relaciones personales. Álvaro Gordoa. Una deidad Godín. Un parteaguas en la historia de Imagen Pública en México. Un genio incomprendido. “No existe gente con Imagen Pública perfecta”, así lo ha señalado él en diversas ocasiones. Pero existe Álvaro Gordoa.
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