Al paso de los años como jóvenes nos damos cuenta que el sentir ansiedad es algo común, pues forma parte normal de nuestra vida diaria, ya sea por el estrés, que es acumulado por un largo periodo de tiempo, en especial de estas fechas tan difíciles que son exámenes finales, pues según la Sociedad Española de Psiquiatría, se estima que 1 de cada 10 personas sufre algún episodio de ansiedad en algún momento de su vida. La ansiedad por sí misma no es mala, ya que nos alerta y nos motiva para hacer frente a los peligros, sin embargo, cuando este problema se extiende y esas preocupaciones “ocasionales” se vuelven frecuentes ocasionando miedos intensos, excesivos y persistentes sobre alguna situación realizadas día a día, se convierte en un problema.
Al tener ansiedad, se dan episodios repetidos de sentimientos repentinos como el miedo, nervios o terror, ocasionando ataques de pánico, los cuales interfieren con las actividades diarias impidiendo el auto control, pues son desproporcionados en comparación con el peligro real y pueden durar un largo tiempo.
Pero no hay de que preocuparse, pues a pesar de que existen demasiados tipos de ansiedad, cualquiera de estos se puede tratar.
Según Verne Antonio Cano Vindel, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, una de las principales causas por las que se entra en pánico durante las crisis de ansiedad es el miedo que produce el desconocimiento de los propios síntomas, pues dice que son similares a los de una situación de ansiedad común, la misma que puede sentirse al hacer un examen o una entrevista de trabajo pero al aparecer sin explicación aparente, producen miedo e inquietud.
También dice que se produce un círculo vicioso, si la persona afectada empieza a tener taquicardia, cree que puede estar sufriendo un ataque al corazón, de modo que se asusta, aumenta la ansiedad y la taquicardia empeora, explica que la clave para minimizar los ataques e incluso evitarlos es, por tanto, conocer la sintomatología para no magnificarla y saber que no puede producirnos ningún daño.
Cano nos dice que algunos de los síntomas más comunes para identificar un ataque de ansiedad son
- Incremento brusco de la sensación de ansiedad y miedo
- Taquicardia
- Palpitaciones fuertes
- Aumento de la temperatura corporal
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de irrealidad
- Despersonalización (sentirse fuera de uno mismo) o desrealización (sensación de que lo que ocurre no es real)
- Temor a morir, a perder el control o el conocimiento
- Sensación de ahogo. Además de los síntomas mencionados por Cano, el Manual diagnóstico de trastornos mentales, de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, enumera también:
- Sofoco
- Opresión o malestar torácico
- Sensación de entumecimiento u hormigueo.
Sin embargo, el trastorno de ansiedad no implica solamente estar preocupado, pues si se deja pasar y no se trata a tiempo también puede empeorar tu salud, tanto física como mental, y ocasionar;
- Depresión (que a menudo se produce junto con un trastorno de ansiedad) u otros trastornos de salud mental
- Abuso de sustancias
- Problemas para dormir (insomnio)
- Problemas digestivos o intestinales
- Dolor de cabeza y dolor crónico
- Aislamiento social
- Problemas en la escuela o el trabajo
- Mala calidad de vida
- Suicidio
¿Cómo prevenirlo?
Lo más factible es que acudas con el psicólogo para que te de una valoración profesional, sin embargo se puede tomar medidas para reducir el impacto de los síntomas de la ansiedad como por ejemplo:
Pedir ayuda enseguida, pues la ansiedad, como muchos otros trastornos mentales, puede ser más difícil de tratar si te demoras.
Mantenerte activo es de mucha ayuda pues al momento de participar e actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien contigo mismo pueden aliviar tus preocupaciones, ya que tu mente no esta centrada solo en una cosa.
Evitar el consumo de alcohol o drogas pues este puede empeorar la ansiedad, si no puedes dejar de consumir por tu cuenta, lo más recomendable es ir a consulta con tu médico o busca un grupo de apoyo para que te ayuden.
Es posible que tus preocupaciones no se vayan por sí solas y que empeoren con el paso del tiempo si no pides ayuda. Visita a tu médico o a un profesional de salud mental antes de que tu ansiedad empeore, como cualquier enfermedad, es más fácil tratarla si obtienes ayuda pronto.
En un ataque de ansiedad siempre es bueno pedir ayuda en el momento y, para evitar que se presente otro, es recomendable mantener la mente ocupada realizando actividades que nos gusten y nos relajen.
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