Francisco Agustín Berdiales
22 de abril del 2024
Los estudiantes de actuación al culminar la función del sábado 20 de abril.
Estrenado originalmente en Nueva York en la década de 1970, el musical "Godspell" presenta una estructura narrativa conformada por composiciones escritas a partir de antiguos himnos episcopales. Está basado en el Evangelio de San Mateo y en sus parábolas, reflejando el respeto, la tolerancia y, sobre todo, la empatía hacia el diferente. La obra transmite esperanza para aspirar a un futuro mejor a través de sus valores.
Originalmente, Godspell fue el resultado de un proyecto estudiantil de la Carnegie Mellon University en el año 1971. En este 2024, fue adoptado por el director Rafa Maza junto con los estudiantes de Teatro y Actuación de la Universidad Anáhuac como parte de su proyecto de titulación, con el fin de transmitir estos valores a través de divertidas metáforas y situaciones de la vida cotidiana en nuestro país.
El elenco estuvo conformado por brillantes actrices y actores que se comprometieron y estuvieron a la altura para llevar a cabo un desafío complicado. Dos semestres fueron necesarios para que los estudiantes lleven a cabo sus ensayos teatrales, pero sobre todo los vocales. Algunos de los estudiantes de teatro y actuación se vieron en la necesidad de aprender a cantar, realizando calentamientos vocales y corporales previos a cada función.
De izquierda a derecha: Nat Howland, Ale Criollo, Sofía Malagón, Mayela Rangel, Rod Oscós,
Anayancy Núñez, Wendy Rivas, Ana Zamudio, José Morán, Ana Cuesta, Montse Jasso, Lore Watty y Fer Flores.
Los actores demostraron un dinamismo que les permitió adaptarse a cada imprevisto. Sofía Malagón, una de las actrices, declaró que "Ha sido un crecimiento que hemos ido trabajando función tras función. Hemos pasado por rachas diferentes: había días en que alguno venía enfermo, otro venía al cien por ciento y viceversa. Nos tuvimos que adaptar a la obra, que en comparación con la primera vez, tiene una energía más alta y el público nos lo hace saber".
La dinámica de la obra resultó ser muy amena para el espectador. Durante el intermedio, los actores invitaron al público a tomar vino, que simbolizaba la "Sangre de Cristo" acorde a la temática de la obra. Los asistentes se retiraron del Teatro Varsovia muy contentos y satisfechos con la función: mencionaron que la música fue de su agrado, al igual que la adaptación a los chistes contemporáneos, los cuales le dieron un toque humorístico, pero a la vez metafórico, que terminó enriqueciendo el objetivo de la obra. El proyecto se convirtió en un antes y un después en la vida de unos estudiantes a los que les espera un futuro brillante en el mundo de la actuación.
El pasado domingo, culminó la última función.
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