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jueves, noviembre 24, 2022

Cómo adquirir un avión de combate

Foto sacada de El Blog Salmón

En el año de 1996, un chico llamado John Leonard que estudia la carrera de finanzas en una universidad de los Estados Unidos, en su tiempo libre trabaja como limpiador de ventanas; ve una increíble oportunidad de obtener un avión militar de ataque que Pepsi había promocionado para todo el público.  El anuncio tenía como promoción artículos (Pepsi Stuff) que podían ser intercambiados por cosméticos que la propia PepsiCo diseñaba y mandaba a realizar, tales como: playeras, chaquetas, gafas y por supuesto “un avión Harrier Jet II”. John conoció esta noticia por parte de unos amigos de la universidad que tenían como propósito juntar 7 millones de fichas de Pepsi para el avión tipo AV-8 Harrier II Jump. Este indicio hizo que John se pusiera manos a la obra para poder juntar todas las latas de refresco que pudiera y todo el dinero que llegará a necesitar para su cometido.

Ideo una serie de elementos y estrategias para hacer que su economía financiera no lo llevara a la quiebra y así pudiera juntar todo el dinero necesario para poder ganarse el avión. Empezó a comprar cajas de latas, a encontrar y buscar cupones que servían mucho para comprar grandes cantidades de latas a un buen descuento en tiendas participantes; pero todo esto llegó a ser cansado para él, por el largo proceso que se requería y del que se necesitaba. Pero en una de sus visitas en una de las tiendas que tenia un cartel con un catalogó de Pepsi Stuff, pudo ver dentro que no era necesario comprar las latas para poder obtener los puntos, si no, que podía comprar 15 puntos de Pepsi a una módica cantidad de 10 centavos de dólar.

El joven de 21 años fue con uno de sus amigos (Todd Hoffman) a enseñarle la idea con los planes que tenía para conseguir el avión. Todd vio un millón de veces el anunció y el vacío legal que se tenía dentro del comercial, el le hizo una serie de preguntas para ver si funcionaba y pudiera financiar el dinero que pedía John para poder concretar la promoción. La idea era de que si un avión militar vale aproximadamente unos 30 millones de dólares y con la compra de las fichas que pudieran juntar con el dinero que le prestará, esta cantidad era aproximadamente de 700 mil dólares con 50 centavos de dólar. La única idea que se tenían que contemplar era si la promoción era real o no (aunque ellos muy bien sabían que era falso, pero tuvieron que intentarlo), Hoffman ayudó a John con el dinero suficiente para que pudiera comprar el avión. Todd hizo un cheque de la cantidad exacta que solicitaba John, y mientras tanto John emprendía su viaje con una lista de gastos en los cuales se veían la cantidad necesaria para canjear el avión. John entregó el cheque junto a la lista de gastos a las autoridades correspondientes y después se regreso a su ciudad natal, Seattle.

La respuesta de Pepsi

Los directivos y creativos de Pepsi se alarmaron cuando recibieron las noticias de que alguien quería canjear los puntos por el avión que habían promocionado. Todos se lo tomaron de broma, ya que la intención del comercial era esa, dar gracia al final para hacer pensar a la audiencia que es imposible canjear tantos puntos por un avión. A compensación de este “inconveniente” Wolf el apodo de unos de los trabajadores que se encargaban de arreglar estos tipos de conflictos de promociones, hizo que regresaran el dinero junto a una carta para John en la cual decía que era una broma lo del avión, y de modo de compensación de su valentía por intentar conseguir tantos puntos era posible le regalaron a John 2 cajas completas de Pepsi para él. A John no le pareció buena forma de compensarlo, por lo que los demando por difamación y farsa a la empresa, y junto a Hoffman contrataron a un abogado suyo cercano para poder ver este conflicto entre la empresa y el joven de 21 años de edad.

La última palabra

Después de unos cuantos días de que se emitiera la demanda de John, PepsiCo en su forma de contratacar, también demandaron a John por varias cuestiones políticas que tenía la empresa con sus promociones y los compradores que hacían este tipo de cosas. Pero el día llego y John estaba con las personas encargadas de Pepsi y con sus abogados, haciendo un trato único otra vez por este “inconveniente” y le proponían un total de 750 mil dólares en efectivo y pudiera dejar atrás el avión. John tuvo un tiempo para dialogarlo con el abogado junto a Hoffman, pero decisión de John ya se sabía desde el primer inició que piso un solo pie en las plantas de Pepsi en Nueva York, su objetivo mayor era el avión. Por lo que no acepto el dinero e inicio una gran iniciativa por parte de las televisoras, difundiendo la información del avión, platicando con muchas personas de como lo había tratado PepsiCo con el problema del avión y del cómo no hicieron valido la promoción que intento reclamar más de una vez.

Esto hizo que se iniciara a cuestionar las promociones de Pepsi y del cómo no cumplían con el comercial que no ponía ninguna restricción sobre el premio “Mayor”. Pepsi pasaba por una crisis a causa de este problema con John y se vieron afectados en sus ventas y en imagen dentro de distintas plataformas de televisoras, radios y periódicos de todo Estados Unidos. Aunque algo parecido estaba pasando en Canadá con la promoción, solo que esa promoción en concreto no se encontraba en ella ninguna edición del avión y ponían como conjuntos canjeables los cosméticos de la misma marca.

 

Los engaños continúan.

Después de cierto tiempo, contrataron a Michael Avenatti quien es un abogado muy reconocido en la actualidad, pero para la época en la que se formó el conflicto, no era una persona que esta en la posición que esta actualmente. Mientas indagaba más en el conflicto de PepsiCo, realizo una investigación de sus anteriores promociones de Pepsi y encontró un documento de Filipinas y del como prometían mucho dinero por conseguir algunas tapas que participaban por 100 millones de pesos filipinos. Pero el precio que tuvieron que pagar fueron muchos, muertes, revueltas y descontento de los filipinos por las farsas promociones que tenia la compañía.

La promoción indicaba que en algunas tapas de Pepsi encontrarían dinero en el reverso de la misma, haciendo que muchas personas pudieran ganar mucho dinero si consumían muchos productos Pepsi. Pero la empresa se lavó las manos no haciendo valida ninguna de las promociones que le prometía a la Nación filipina, esto causo el enojo y el descontento de los mismos hicieron que incendiaran los automóviles que repartían la mercancía de Pepsi y algunas de las fabricas fueron de igual manera incendiadas ocasionadas por el enojo de la gente.

Michael Avenatti vio la oportunidad de recrear dos carteles publicitarios de Pepsi, pero nunca se llegaron a concretar, ya que al hacer publicas algunas de estas imágenes podía perjudicar en la última elección de la jueza para la intervención de ambos (Las imágenes se pueden encontrar en el último episodio de Netflix: ¿Dónde está mi avión Pepsi?, ya que nunca salieron al mercado ni al público en general).


Veredicto final.

Habían pasado ya 4 años de la promoción y no habían arreglado nada entre John y PepsiCo, hasta que llegó el día de presentarse ante la corte junto a la jueza Kimba Maureen Wood, quien señalo y se mantuvo comprensiva con la empresa que “ninguna persona razonable” podía validar tal promoción tan descomunal como lo son 700,000 mil dólares por un avión militar. También hubieron argumentos dentro de la casa blanca por parte de la sección militar, en la que indicaban que ningún civil podía concebir ningún equipo de grado militar, mucho menos un avión que valía aproximadamente 30 millones de dólares. Aunque al final no John no logró conseguir el avión que tanto quería, demostró las empresas multimillonarias podían equivocarse o simplemente no aceptar la culpa de ninguna manera, esto hizo que muchas empresas vieran mucho sobre los productos que ponían en descuentos o como promocionales.

 




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