Por: Frida Méndez
Practicum 1
El diario The Times destapó la conducta sexual reprochable, de la ONG británica, Oxfam, durante los trabajos posteriores al terremoto en Haità en 2010, en la que ciertos empleados de la organización, entre ellos su director en la isla, Roland van Hauwermeiren, contrataban prostitutas, algunas de ellas menores de edad.
Luego de que esta información se hizo publica, hubo varias consecuencias, como el que Penny Lawrence, directora adjunta de la ONG, renunciara, que el gobierno británica y la comisión Europea amenazaran con retirar fondos a Oxfam, hasta que que el paÃs Caribeño considere tomar acciones legales contra los implicados.
Todo este asunto plantea una serie de problemáticas. No se cuestiona los actos tomados hoy por las diversas autoridades, si no, él que la organización al enterarse de lo que sus fondos estaban pagando solo realizó un reporte interno, que finalizó en 2011 con cuatro despidos y tre dimisiones pero sin haber denunciado ante las autoridades porque "era extremadamente improbable que llevaran acción alguna".
La organización se ha disculpado, los gobiernos han reaccionado sin embargo la mancha a la imagen de ONGs internacionales en paÃses en desarrollo se queda. Una imagen ya de por sà manchada.
El turismo sexual, es un término que ya es usado, y se da tanto en paÃses donde la prostitución es legal, como Tailandia, donde una gran parte son menores, asà como en paÃses donde no es permitido como en Colombia.
Estos "paraÃsos sexuales" se han vuelto populares, sobretodo en paÃses en desarrollo, donde la probabilidad de que haya alguna consecuencia legal es poca; paÃses donde las ONG llegan a tener participaciones y se ven involucrados.
No es cuestión de una mala conducta por parte de organizaciones que se supone planean brindar ayuda. Estas acciones reprobables ponen en duda su buena voluntad, se trata más sobre personas que se encuentran ante una permisividad a la que no están acostumbrados. Es cuestión de unos valores fundamentales débiles.
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