Ama hasta que te duela, si te duele es buena señal.

Por  Katy Castro

Alumna de Practicum 1

“Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.”     Madre Teresa de Calcuta

El amor... el sentimiento universal. Según los estudios psicológicos para poder vivir y experimentar un amor verdadero se debe pasar por la teoría” Triangular el amor”, que según datos del INEGI, alrededor de 600,000 mil parejas terminaron divorciándose.

Los sentimientos no son los únicos ingredientes para que una relación sea duradera y sobre todo, sincera. La estructura de éste (el amor) va mucho más allá de sólo querer, admirar o sentirse atraído por la otra persona.

Sí, por supuesto que debe de sentir uno la confianza suficiente para compartirle nuestros sueños, ideales e incluso secretos de nosotros mismos a nuestra pareja. Sin miedo a ser juzgados, al contrario ser escuchados por el otro.  

Pero hay tres factores fundamentales, por supuesto que no hay una guía para este tema tan complicado como el amor. Finalmente lo subjetivo es lo más difícil.

• La pasión: es el primer factor, es el deseo sexual, el que provoca en ti no sólo mariposas en el estómago, sino todo un zoológico dentro de él. Es el magnífico deseo de unión, esas inmensas ganas de querer verlo(a) y cuando la otra persona se va, extrañarla en ese preciso momento y querer verla una vez más.

Esta etapa por lo regular es el tan conocido “enamoramiento”, en donde casi todas las parejas jóvenes se quedan. El momento en el que éste deseo se va apagando, no es que el amor se haya acabado, sino que tiene que dar su siguiente paso, el amor se va transformando. Sufre una evolución. Lo que le abre camino al siguiente ingrediente.

• La intimidad, va más allá de lo sexual como se mencionó anteriormente, se trata de tener esa cercanía con la otra persona. Apoyarla, sentir la misma emoción en todo lo que tu pareja realice, admirarla, que seas esa persona en la que se sienta cómoda contando sus sueños y que incluso se vuelvan tuyos.

Hay que estar dispuestos a que crezca como persona, aún si depende que sea lejos de ti. Sacrificarte por ella. Buscar su felicidad y aceptar aunque no sea a tu lado. Dejar que la otra persona tenga su vida y sus actividades a parte de ti. Para que cuando por fin llegue el momento de verse, tengan de qué platicar y algo qué contarse.

El último factor y el que tiene más peso, se llama: 

• Compromiso. El compromiso es una palabra fácil de prometer, pero muy difícil de llevar a cabo. Se trata de mantener esa relación ya sea en buenos o malos ratos.

 Pueden desaparecer tanto la intimidad como la pasión, pero si el compromiso se va o termina, simplemente ya no existe ningún futuro. El compromiso es una decisión. La decisión de seguir queriendo a esa persona sin importar nada más. Por lo que es, por lo que vale, por lo que han vivido juntos y por decisión. 

Decidir cada mañana estar junto a él/ella. 

Nadie dijo que amar era fácil, al contrario, deben de pasarse por muchísimas pruebas. Pero eso es lo que hace a uno querer y luchar por una relación, por sobre todas las cosas. No importando las adversidades que se presenten.

Si esa persona vale la pena, anda y ve, ama, conoce, enamórate, déjate querer y sé feliz. A eso venimos a la vida, a amar y ser amados hasta agotar la última gota de sangre de nuestro corazón.