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lunes, octubre 20, 2014

Los piratas del siglo XXI.

Por: Carlos Ferráez

La luz de una lámpara de escritorio ilumina la mitad del rostro de quien, por razones obvias, me pidió que no publicara su nombre.  La otra mitad de la cara, es alumbrada con mucho menor intensidad por la luz blanca del monitor. Estamos en un departamento de un piso en la Colonia Narvarte, de la Ciudad de México. Don Pirata Informático, mueve los dedos velozmente sobre el teclado de una computadora armada. “Espérame, nada más dejo esto uplodeando” me dice sin despegar los ojos de la pantalla.

En el 2011, el entonces presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, Jorge Dávila Flores, dijo en una entrevista para el Excélsior, que la economía ilícita es la principal generadora de empleo e ingreso en México. Actualmente (2014) el valor del ingreso que deja la piratería en el país está calculado en 75 mil millones de dólares al año según datos de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra). Comparto estos datos con el entrevistado y le pido su opinión.


 “No me sorprende”, me dice casi indiferente, ya sin teclear en la computadora. “Vivimos en un país de contrastes enormes, donde la aspiracionalidad es el pan de cada día. También es un país en que consumir cultura es carísimo. Si quieres leer un libro o ver una película y ganas 60 pesos por jornada laboral, ¿cómo le haces?. Ir al cine con alguien más te sale por lo menos en 200 pesos y comprar un libro, mejor ni te cuento”.

El estudio en el que nos encontramos, está impecablemente organizado. Las plumas sobre el escritorio están ordenadas por color: dos negras, dos azules y dos rojas. El entrevistado es un fanático de la música, por lo que las paredes están cubiertas por posters de bandas de rock clásico: Los Beatles, Pink Floyd, Queen y  The doors, resaltan del resto.

Mr. Pirata Informático tiene las manos llenas de trabajo, la mayoría del tiempo. Consigue cualquier software para computadora. Esa es su principal fuente de ingreso, aunque también, en ocasiones, consigue archivos de alta calidad de películas y a los CD’s, pero ahora se está alejando de eso, porque no deja tanto dinero.

“Es una lucha constante y en mi opinión ridícula. Hay un grupo de expertos de informática que son contratados por las grandes empresas: Adobe, Windows, Apple, la que tú quieras, para crear algoritmos y barreras para que nadie que no pague tenga el software, y del otro lado, existe otro grupo, mucho más cuantioso y por lo tanto mucho más ingenioso, de hackers que nos dedicamos a romper sus códigos y sus barreras, para vender el software mucho más barato. Y pues somos tantos que siempre hay alguien que encuentra cómo romperlos.”

Si se suman los ingresos petroleros del 2011, equivalentes a 41 mil 682 millones de dólares, los 21 mil 271 millones de dólares que entraron al país por concepto de remesas, y los 11 mil 872 millones de dólares que dejó la industria turística en 2010, ni así se juntan los 75 mil millones de dólares anuales que deja la venta de mercancías sin licencia.

Ingresos en México 2011




A mediados del 2011, American Chamber of Commerce México, publicó una encuesta sobre el consumo de piratería en México. Las cifras fueron reveladoras y alarmantes. El estudio arrojó que 8 de cada 10 personas encuestadas han consumido en internet por lo menos un producto sin licencia;  de este 80%, el 47% se encuentra en un rango de edad de entre los 16 y los 30 años.

El entrevistado me pide que me acerque a su computadora, me muestra una tabla de Excel que revela los precios de la suite de Adobe completa del 2014. Rebasa los 20 mil pesos. Me dice “yo la instalo por 2,000, y funciona idéntico. Dime tú quién en México tiene 20,000 pesos para gastar en un software”. Él tiene una educación universitaria y se fue metiendo al negocio de software pirata porque era muy bueno en informática.

Al preguntarle sobre los demás crímenes que genera la venta de mercancías ilícitas, el entrevistado se nota incómodo “Es cierto, pero no es mi rama. Hay ámbitos en los que se asaltan camiones, pero eso ya casi no pasa. Ahora todo es una gran mafia, los conductores están involucrados, también. La verdad es que casi todos salen ganando con la piratería. Además en México es un crimen menor y casi nunca es perseguido.”

Me detengo a meditar sobre lo que me dice, fijo la vista en el poster de “Abby Road” en el que Paul, John, George, y Ringo cruzan la emblemática avenida. Una pregunta me viene a la cabeza y disparo. Cuestiono a este pirata moderno, sobre su opinión de los derechos de autor. Me observa unos segundos, se percata de que estoy mirando los posters, se recarga  sobre el respaldo de su silla y los contempla conmigo: “Todos ellos ya tienen la vida resuelta”, concluye.




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