La Dictadura Perfecta decepciona

Por Rodrigo Trejo Avendaño
Practicum 1

Luego de una extraordinaria campaña de promoción, La Dictadura Perfecta, la película más reciente de Luis Estrada, aburre, desespera y, sobre todo, decepciona a los incautos que, como yo, fueron al cine con la expectativa de un buen rato. Una narrativa monótona, cíclica y torpe, una historia pobre, actuaciones forzadas y una crítica poco sustanciosa, la receta perfecta para la peor película del año, y les juro que no exagero.

Vi el trailer en Internet dos o tres días antes del estreno, y quedé prendado; no podía esperar a que fuera jueves para ir al cine, y ver la susodicha película. Como pueden imaginarse, mis expectativas eran altas, esperaba una historia que hiciera alusión al estado de la política nacional de forma creativa, sagaz y, sobre todo, divertida. Al final, lo único que vi fue un popurrí de noticias que dejaban ver lo triste de nuestra realidad política.

En términos generales, la estructura es la siguiente, un político comete una barrabasada, las redes sociales explotan con burlas, el político se acerca a la televisora en busca de ayuda; ellos, a cambio de una buena feria, hacen su magia y todo se soluciona. Lo anterior se repite una y otra vez, y, lo peor, visualmente todo es muy redundante, así que por ningún lado ves que la trama avance.

Y, por poco lo olvido, no existe evolución o desarrollo de los personajes; como empiezan, terminan. Pero bueno, pensándolo bien, quizás esa era la idea, hacer un paralelo con la realidad nacional.

Sea como sea, la película no iba ni a la mitad y yo ya me picaba los ojos; la envidia que sentí por mi novia cuando finalmente se quedó dormida es incalculable. Pienso que el arte debe de representar la esencia de la realidad; hacer una abstracción de lo cotidiano, y transmitir juicios de valor de modo enriquecedor, honesto y novedoso. Para lo que se hizo en La Dictadura Perfecta, mejor habría sido un video de Youtube de recopilara todos los momentos risibles de la política mexicana.

En todo caso, no creo que todo fuera malo, creo hay cosas que valen la pena salvar. Por ejemplo, me parece interesante el binomio que existe entre políticos y medios, y pienso que el manejo de la opinión pública es un tema sumamente rico. Lo cierto es que todo fue manejado de forma simplista, poco creativa, excesivamente literal y sin un verdadero hilo conductor.