La problemática del embarazo juvenil
Por Dominique Boyance
Alumna de Creatividad e
Innovación Periodística
Samanta
Gutiérrez de tan solo 17 años de edad, vivió lo que decenas de miles de niñas padecen
a diario, por falta de información y de
apoyo familiar.
Samanta
cuenta su dolorosa historia al embarazarse a temprana edad, tras haber terminado una relación de un año y medio con
Yair Morales de 24 años de edad.
Al
enterarse que esta embarazada, sin saber qué hacer, le dice a sus padres que reaccionan enfurecidos,
la corren de su casa.
Samanta,
sola y sin un sitio a donde ir, se
comunica con Yair para darle la noticia, quien reacciona aun peor que sus
padres.
Ante
el rechazo de sus padres, y de su pareja, Samanta decide irse a vivir con
Susana, su mejor amiga, que vive con padres.
Después
de los primeros dos meses de embarazo Samanta y la madre de Susana tienen un
desacuerdo muy fuerte, lo que la vuelve a dejar en la calle.
Sola,
joven y embarazada empieza la búsqueda de un trabajo, así que se dedica a
vender dulces en semáforos.
Tras
varios meses, en un día nublado sobre la gran avenida Reforma en el Distrito
Federal, de una camioneta negra, una mujer baja la ventana para comprarle unos
dulces. Desde ese momento la vida de Samanta
sufre un giro, conoce a doña Juliana, quien decide darle un trabajo casa y comida.
Los embarazos juveniles
Como
esta historia hay muchas: cada año en México hay cerca de un millón de
embarazos juveniles, lo que equivale al 26.7% de la población mexicana. La
diferencia es que en el caso de Samanta, tuvo un final feliz.
El
rango de edades en los que se desarrollan los embarazos es de 10 a 19 años, un
18% son por causa de violación y abuso.
Desgraciadamente
no se ha podido bajar esta cifra, por varias razones, uno es la deficiente
educación entre la población, sobre todo en las clases sociales bajas. En
varios casos, las jóvenes son obligadas por sus padres a casarse con la pareja
aunque no estén de acuerdo. Muchas de estas historias acaban mal, las jóvenes
son victimas de abuso físico y mental. Muchas veces por miedo, se quedan con la
pareja, aunque sean infelices, abusadas.
Muchas
de estas niñas y jovencitas llegan a pagar, incluso con sus propias vidas, al
momento del parto, ya que sus cuerpos no están preparados ni desarrollados, para el trabajo de parto.
Estos
embarazos podrían evitarse con una educación sexual familiar, incluyendo a los
mismos padres de familia, una adecuada orientación en las escuelas y
campañas de concientización.
Siguiendo
esta estrategia, en varias comunidades alrededor de México han comenzado a surgir grupos de educación
sexual para los hombres y mujeres que estén interesados.
Algunas
de las organizaciones que se encargan de la educación y apoyo sexual son la Ciudad
de la Alegría y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). En la
UNAM también se ofrecen cursos de ayuda y de educación sexual.
En
la casa hogar Madres Unidas, en el centro de la ciudad de México, se da asilo a
60 niñas y jóvenes de entre 10 a 24 años. Procurando ayudar de manera física y mental a
estas futuras madres.
La casa fue fundada en el año 1990 por la madre Benita,
que desde entonces ha ayudado a miles de jóvenes embarazadas. Ahí les enseñan
como cuidar a un bebé y algo muy importante, les enseñan a trabajar. Al cumplir
los 17 años pueden ir a buscar un trabajo, mientras tanto ayudan a la institución
vendiendo manualidades que ellas hacen durante su tiempo libre.
A
primera vista, la casa hogar pareciera como cualquier otro lugar, sin embargo,
el inmueble, con una fachada de color naranja ya desgatada por el tiempo con
grandes portones negros, esconde historias de mujeres que han sufrido a lo
largo de sus tempranas vidas.
Este
es el lugar donde todas ellas han encontrado la paz, tranquilidad; un lugar donde dejar atrás
todos los malos recuerdos y prepararse para un mejor porvenir, un nuevo
comienzo.
En
la actualidad, este hogar esta dirigido por la madre Elisa, que está al frente
tanto de las jóvenes como del futuro de la institución.
Al
entrar se puede respirar un ambiente de paz cuando uno ve a las niñas y jóvenes
sentadas en el gran patio, junto a la pequeña piscina, que es utilizada para
realizar ejercicios de rehabilitación. Entrando al edificio se puede ver un
gran pasillo donde se encuentran la sala de maternidad, el salón de juegos, la
enfermería, la cocina y un gran comedor.
Subiendo
al segundo piso por unas escaleras de gran tamaño, encontramos los dormitorios
de las niñas y jóvenes, que se encuentran divididos para las de 10 a 15 y las
de 16 a 24 años. Cada dormitorio tiene un buró
de diferente color al lado de la cama el cual tiene un botón de
emergencia en caso de ser necesario.
Los
baños son comunales, cada regadera tiene piso antiderrapante y cuentan con
instalaciones especiales de apoyo para la seguridad de las futuras madres; en
los costados, al igual que en las camas, hay botones de emergencia.
Las
monjas que tienen sus dormitorios en el tercer piso han sido capacitadas para
asistir a las jóvenes en caso de necesidad. Se les imparten clases en un
edificio en el cual también se encuentran los dormitorios de los pequeños y una
enorme bodega donde se guarda la mercancía donada como alimentos y ropa.
Respecto
al cuidado de los bebés, dependerá de si la madre está en edad de atenderlo o
si las monjas se harán cargo de ellos.
Para
conocer la atención emocional brindada a las jóvenes tuvimos la oportunidad de platicar con la
psicóloga de la institución, quien pidió mantenerse en el anonimato. Nos comentó que empezó a trabajar en Madres
Unidas hace 7 años y medio, cuando una de sus empleadas fue victima de abuso,
quedó embarazada y fue a vivir a la casa hogar: “Cuando yo llegué a Madres
Unidas, llegué con la idea de que eran chicas problemáticas y desubicadas. Me
sorprendí al ver que la mayoría de ellas estaban solamente desubicadas y no sabían
a quien acudir con sus problemas ya que no habían sido apoyadas por sus
familiares”, comentó.
El
trabajo psicológico en cada una de las
chicas es constante, buscando identificar la problemática individual de cada
una: “Empezamos el día con
terapia en grupo, cada quien dice las metas que quiere cumplir en su vida,
hablamos de los problemas de cada una de ellas y nos enfocamos en ayudar y
hacerlas pensar por sí mismas y hacerlas independientes”, indicó la psicóloga.
Madres
Unidas ha ayudado a miles de jovencitas, la mayoría proveniente de comunidades
muy pequeñas a lo largo de México. Ante
las desventajas que padecen las jóvenes (algunas de las cuales ni siquiera hablan
español), la institución se siente orgullosa cuando salen adelante y tienen éxito. Por lo común, una vez que salen de la casa
hogar es raro que regresen.
La
institución se distingue por contar con centros de adopción. Cabe mencionar que
la mayoría de los adoptantes son extranjeros, principalmente europeos.
En
Madres Unidas están intentando crear conciencia a los jóvenes de México. Para
evitar embarazos adolescentes, su equipo da clases de educación sexual todos
los miércoles y sábados de 10 a 16 horas.
Al
igual que muchas otras, esta casa hogar se mantiene a través de donaciones personales o de empresas. Madres Unidas se
destaca ya que para conseguir fondos venden miel que es traída de un monasterio
ubicado en las afueras de Oaxaca.
Desafortunadamente,
como bien expuso la psicóloga de la institución, los embarazos adolescentes son
un serio problema social que pocos lo conocen y muchos lo hacen de lado. Es
preocupante escuchar noticias como la de una niña de 9 años que tuvo un bebé en
Guadalajara hace unos meses y no ver acciones serias por parte de las
autoridades para evitar estas situaciones y apoyar a quienes han sido víctimas
y han tenido que enfrentarse solas, sin armas ante la vida.
Es
necesario hacer campañas fuertes de educación sexual a niños, jóvenes y adultos
con la finalidad de concientizar lo que implica tener hijos, así como dar apoyo
real y legal a las víctimas para salvaguardarlas de sus atacantes. No podemos
evitar los embarazos adolescentes sin la ayuda de todos; es necesario dejar de ignorar
lo que está sucediendo.
muy buen trabajo! :)
ResponderBorrarcreo que es una realidad que es muy triste y muy común en nuestro país, y aunque hay muchas fundaciones las cuales se encargan de ayudar a estas jóvenes madres solteras, creo que deberían de organizar campañas de información donde les puedan dar platicas y las informen acerca de este tema, ya que no solo es el problema de tener que traer un hijo al mundo si no que muchas de ellas no tienen con que darle una buena calidad de vida ya que no cuentan con los recursos necesarios a su hijo o mueren al dar a luz, y es muy triste que por eso haya cada vez mas niños abandonados o en orfanatos que crezcan sin educación y sin una familia unida la cual les enseñe valores y los guie.
ResponderBorrarXimena Oropeza
Este problema ha surgido principalmente por la falta de educación. Es un problema que para ser arreglado debe de ser atacado desde la raíz.
ResponderBorrarMe parece impresionante como el sentido maternal no despierta automáticamente en muchas de las mujeres que se embarazan en nuestro país.
Creo que a causa de esto nuestra ciudad está sobrepoblado y crea muchos problemas económicos y sociales.
es impactante y real esta situación en las sociedad, me gustaría que hicieran una segunda nota de donde se encuentran las instalaciones de madre unidas para poder ayudar de cualquier a manera posible y que tengan otra oportunidad en la vida
ResponderBorrarluisa león
Creo que el principal problema de los embarazos no premeditados en México es la falta de comunicación ya que a tan cortan edad es difícil conocer las consecuencias que trae no utilizar protección.
ResponderBorrarCreo que después de cierto tiempo se va volviendo mas complicado ya que al no tener recursos económicos el entorno en el que crece el niño es desfavorable para su crecimiento y por ende las consecuencias en su futuro no son buenas y se convierten en delincuentes.
Alexander Duek
Es lamentable la situación actual, que por falta de información principalmente, los jóvenes adolescentes cometen estos actos de irresponsabilidad. Pero desde mi punto de vista, lo que es aún más lamentable es la falta de consciencia de la juventud, puesto que hoy en día existen un gran número de métodos anticonceptivos que podrían evitar este tipo de situaciones. Por ende, pienso que verdaderamente es necesario aceptar la realidad de la sociedad para implementar y fomentar campañas informativas sobre este tema, para tomar consciencia y lograr crecer en un entorno favorable para el desarrollo de las familias.
ResponderBorrarAna Karen Tovilla
Yo creo que para evitar estos problemas se deberían de crear programas de educación sexual en las cuales promocionen la abstinencia o en todo caso los anticonceptivos. Así ese porcentaje de mujeres podría disminuir y evitar los embarazos prematuros.
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