El Papa Francisco llega al Vaticano

Hombre Nuevo al Mando

Por Claudio Ochoa Huerta
Alumno de la Facultad de Comunicación

Luego de 13 días donde la Iglesia Católica quedó sin un máximo líder, hoy por medio de la chimenea de la Capilla Sixtina, esa que tuvo los ojos del mundo encima, salió humo blanco anunciando que un hombre estaba listo para ser el sustituto de Benedicto XVI.

Se trata del Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, Jorge Mario Bergoglio. Miembro de la “Compañía de Jesús” mejor conocida como “Jesuitas”. 76 años de edad, situación que para muchos no representa una congruencia con esa inyección de juventud que Joseph Ratzinger quiso dar a la institución presentando su renuncia.

Interesante resulta que Bergoglio quedó en el segundo puesto en el Cónclave anterior del cual fue elegido como Pontífice Benedicto XVI y a pesar de ello no figuraba como los llamados “papables”. Nadie hablaba del que hoy es llamado el Papa Francisco. (Por cierto, el Vaticano anunció que hasta que exista un “Francisco II”, éste tendrá el número uno romano al final de su nombre, es por ello que lo correcto es llamarle “Francisco”).

Tras haber sido elegido apareció en el Balcón de la Bendición, ubicado al centro la Basílica de San Pedro. Abajo en la plaza, en medio del frío y la lluvia, miles de fieles lo saludaban con entusiasmo. Las colores de las banderas de todo el mundo ondeaban para darle la bienvenida.

Hasta ese momento era prácticamente desconocido por la mayoría; luego comenzó el análisis. Se trata de un tipo profundamente dedicado a la causa de los pobres. Los lujos no lo acompañaban en sus misiones, sus traslados eran en camión, no habitaba comúnmente la casa del arzobispado a menos que recibiera alguna visita, constantemente acudía a la ayuda de los pobres y lavaba sus pies, también visitaba a los enfermos. Se trata de un tipo cercano.

El análisis continuaba; salió a la luz su empedrada relación con el ex Presidente de su país Néstor Kirchner y con su esposa y sucesora Cristina Fernández de Kirchner. Especialistas señalan que el motivo de aquel conflicto se debió a que Bergoglio no gusta de los abusos del poder.

Los dimes y diretes continuaron en el año del 2010 cuando en Argentina se aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Bergoglio calificó el hecho como “una pretensión destructiva al plan de Dios” a lo que la Presidenta reviró que esas declaraciones “son cosas que remiten a tiempos de la Inquisición”.   

Horas más tarde de ser anunciado como máximo jefe de la Iglesia Católica, la Presidenta Fernández, emitió un comunicado dirigido al Papa Francisco para expresarle sus felicitaciones por el nuevo cargo.

En sus manos comienza un nuevo camino, en él hay retos y dificultades, veremos la conducción que le otorga el Papa Francisco en esta nueva misión que le fue encomendada.