Por Sofia Salame Chacra
Practicum 1
Así como hace un año, la fotografía de Aylan Kurdi, muerto en la playa del Mar Mediterráneo, escandalizó a los medios del mundo entero, la historia nuevamente se repite, mostrando nuevas caras, de infantes, sufriendo las consecuencias de la guerra.
Omran Daqneesh (5 años) se ha viralizado en las redes sociales, haciendo un llamado a la reflexión sobre el conflicto Sirio (que empezó en el 2011). Los medios de comunicación han intentado con imágenes de pequeños, denunciar los horrores de la guerra y a los más afectados, las generaciones más jóvenes, que en la mayoría de los casos quedan huérfanos y desamparados.
El miércoles 17 de agosto, la ciudad de Alepo, Siria fue bombardeada y Omran fue rescatado de un edificio en llamas (el cual colapso una hora después) junto a él, estaban sus tres hermanos y padres, uno de sus hermanos ya fallecido.
De acuerdo con las cifras del Observatorio de víctimas Sirias de los Derechos Humanos, este mes han muerto casi 233 civiles en distintas batallas de guerrereo entre las fuerzas armadas y el gobierno.
Estas áreas de guerra se describen como lugares en los cuales ya no hay luz, hay falta de suplementos médicos y comida, hay carencia de agua y en estas zonas de conflicto, lo único que sobra, son los constantes ataques aéreos. Mientras tanto la ONU envía a voluntarios para proveer primeros auxilios, sin embargo, las dificultades para acceder son tan graves, que hay semanas en las cuales las personas no reciben ni servicios ni suplementos.
“The civil war in Syria has been an ongoing body count of innocent people caught in the middle of an array of exchanges of fire between the government and rebel groups. It is shameful how one photograph of a five-year-old boy can send the whole world into a frenzy, all the while thousands of children just like him are constantly killed but remain unrecognized because there was no photographer to capture their tragic deaths.” The New York Times.
Miles de inocentes mueren día con día, miles de historias se entierran en el humo y cenizas y tristemente no pueden ni serán recordadas, porque como bien lo menciona The New York Times, no habían fotógrafos cerca para mostrar sus historias.
En el video se observa como no llora, ni grita, solo está confundido o quizás acostumbrado, en el peor de los casos. Los niños en las guerras, se han convertido no solamente en víctimas, sino en trofeos y representaciones de poder y de odio, las generaciones jóvenes que tanto sufren, las generaciones a las que se les arrebata su familia, sus sueños, su hogar, su historia. Los niños, sus familias, miles y miles de inocentes mueren sin razón alguna y nosotros, alzamos las banderas virtuales, nos indignamos con un sad face en Facebook y creemos que ayudamos.
Abramos a esta situación, una oportunidad para reflexionar sobre las problemáticas en Medio Oriente, dar un share o escribir una nota no son suficiente reflexión, compartir un contenido o darle “sad face” no son suficiente indignación, alcemos la voz, exijamos a las autoridades correspondientes detener fuego y bajar las armas. Sonará idealista, pero estoy segura que se pueden reducir estas malas noticias, con mayor información, una sociedad con mayor exigencia y con ganas de querer cambiar.
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ResponderBorrarSin duda la foto de la tragedia que se vive en Siria. Ojalá que termine pronto esta sangrienta guerra civil.
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