Por: Ana Sofía Díaz Pineda
Practicum 1
Coyoacán “lugar de los coyotes”, un recinto turístico ubicado
al sur de la Ciudad de México que te hace transportarte a un pequeño pueblo, el
lugar famoso por sus churros rellenos, por aquel tianguis de artesanías muy
conocido entre los jóvenes con poco presupuesto que quieren una perforación, el
mercado donde encuentras unas quesadillas, gorditas o antojitos mexicanos deliciosos
o por la parroquia San Juan Bautista lugar emblemático del centro de esta
delegación; pero, sobre todo es el lugar
que guarda gran parte del acervo cultural mexicano ya que ahí han vivido
grandes pintores, músicos historiadores y poetas que ponen en alto a México a
nivel nacional e internacional.
A cinco minutos aproximadamente del centro de Coyoacán, un
azul vibrante irradia ante mis ojos por una casa ubicada en la esquina entre las
calles Londres y Allende, esta, es la tan famosa casa Azul de la icónica
pintora mexicana Frida Kahlo que como menciona el poeta Carlos Pellicer “La casa azul pintada por dentro y por fuera,
parece alojar un poco de cielo”, es magnífica. Si bien, se menciona que
esta casa, ahora museo, es uno de los recintos más visitados por turistas y
nacionales, es mejor llegar una hora o treinta minutos antes que den las diez
de la mañana para poder apreciar mejor cada rincón ya que, principalmente en
domingos, se llena de visitantes.
Ir en compañía de la familia o amigos durante el fin de
semana a través de la Casa Azul es algo que nadie debe perderse en su vida,
aunque sí, se debe llevar unos cuantos pesos en el bolsillo tanto para la entrada
cuyo costo es de 40 pesos para estudiantes, 90 para personas con credencial
nacional y 220 por la entrada general, como para comprar un souvenir con la
cara de Kahlo plasmada. O bien, planear la visita anticipadamente para adquirir
los boletos a través de la página de internet de dicho museo y así tener
asegurada la entrada.
También algo que no debe faltar es ir bien desayunados, se
puede pasar a tal mencionado centro de Coyoacán y después visitar este museo ya
que por fuera se encuentra prohibida la venta ambulante, aunque hay que
mencionar que un puestito de tacos de canasta, así como de papas y mangos
estaba frente a la larga fila de visitantes, respecto al transporte para llegar,
a veces es mejor no llevar el coche o dejarlo en el centro de Coyoacán porque
no hay estacionamiento, como mejor opción la estación de metro “Viveros” de
Coyoacán” está a diez minutos caminando o bien se puede vivir toda una experiencia
de turista y llegar en turibus a este recinto.
Iniciando el recorrido a través de esta casa de dos pisos
con un gran espacio de áreas verdes se siente una vibra diferente, caminar por
cada una de las salas en donde pasó toda su vida Frida Kahlo acompañada de su
esposo, el gran muralista Diego Rivera, te hace remontarte varios años atrás,
ver su arte, sus objetos, pasar por su tan pintoresca cocina, así como conocer
la cama en donde murió y la simpleza de su estudio te lleva a sentir como si
Frida Kahlo estuviera a tu lado en todo el recorrido.
Este lugar icónico recaba grandes historias, entre el
fanatismo de Frida por Marx, sus problemas de salud, los diversos amoríos de la
pareja y la forma de vestir entre huipiles y enaguas del istmo de Tehuantepec,
Oaxaca, así como su uni ceja siempre serán la imagen representativa de Kahlo, quien
también nos ha dejado frases que trascienden a nivel global.
Una hora y media es lo necesario para poder caminar y
aprender sobre cada rincón de la Casa Azul, para las once y media que logré
salir entre el conglomerado de turistas reconocí la importancia de esta casa
para nuestra identidad mexicana, así como su trascendencia mundial, Frida Kahlo
es, fue y siempre será una artista icónica y representativa de nuestra
historia.
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